Liderazgo

Seis consejos para gestionar equipos móviles y remotos

Cuando un equipo está constantemente en movimiento y de viaje, los modelos de liderazgo tradicionales deben pasar a un segundo plano.

Videoconferencia en línea de una empresa mundial en una sala de reuniones. GETTY

Desde la pandemia, el teletrabajo se ha convertido en una práctica habitual para los empleados. Pero, ¿qué ocurre si su organización va más allá de la nueva norma del teletrabajo y requiere desplazamientos? Cuando un equipo está constantemente en movimiento y de viaje, trabajando desde habitaciones de hotel, autopistas y, en nuestro caso, clínicas médicas móviles, los modelos de liderazgo tradicionales deben pasar a un segundo plano.

En mi empresa, operamos una gran flota de clínicas médicas móviles. Nuestro equipo abarca los 48 estados contiguos e incluye médicos y personal de campo que prestan atención directamente a los pacientes y a los participantes en ensayos clínicos.

Dirigir este tipo de equipo requiere algo más que sistemas sólidos. Aunque pueda parecer un cliché, la creación de una cultura, la empatía y la comunicación son claves para el éxito. Recientemente, he reflexionado sobre algunas de las lecciones que nuestros increíbles líderes han aprendido a lo largo de los años.

Estas son algunas de las lecciones que hemos aprendido:

1/ Los calendarios son importantes, pero la cultura lo es aún más

La cultura no prospera por casualidad, especialmente cuando tu equipo está siempre en movimiento. Ya sea un mensaje rápido del tipo «¿Cómo va tu semana?», una foto divertida que alguien ha compartido en nuestra plataforma de mensajería o un debate con todo el equipo sobre los mejores sitios para comer en una ciudad por la que alguno de vosotros está pasando, procura estar en contacto con frecuencia. He descubierto que esos puntos de contacto informales mantienen al equipo conectado y comprometido.

    Nuestros jefes de equipo también dan prioridad al reconocimiento durante las reuniones semanales. Celebramos tanto los grandes logros como los pequeños, y siempre dedicamos tiempo a reírnos un rato. Los jefes de equipo también hacen menciones «entre bastidores» en las que informan al equipo ejecutivo de los logros y las estrellas emergentes de sus equipos, para que podamos ponernos en contacto directamente con ellos y compartir nuestro agradecimiento.

    También nos ha resultado útil dividir los mensajes grupales en grupos más pequeños cuando es necesario. Según mi experiencia, si se quiere que la gente actúe, es más eficaz pedirlo directamente a tres personas que enviar un mensaje a diez. Esto nos ayuda a todos a mantener nuestro valor fundamental de responsabilidad y rendición de cuentas, al tiempo que reduce las distracciones en el conjunto del equipo.

    Aunque estos consejos pueden parecer de sentido común, creo que las empresas que los aplican suelen salir ganando.

    2/ Planifica tu comunicación

    Uno de los hábitos más valiosos que hemos desarrollado es ser conscientes del tiempo. Aunque (normalmente) no atendemos a pacientes a las dos de la madrugada, nuestras operaciones funcionan las 24 horas del día, los siete días de la semana. Nuestro equipo trabaja muy duro, por lo que es esencial que respetemos el tiempo libre de los miembros del equipo y animemos a todos a desconectar y recargar energías. También controlamos los horarios de los pacientes de nuestros médicos, para no enviar mensajes no urgentes durante las horas punta.

      También recomiendo pensar siempre dos veces antes de asignar tareas complejas cuando se sabe que alguien lleva días viajando. El momento en que se envía un mensaje influye en cómo se recibe y en su eficacia general.

      3/ Aprovecha los momentos presenciales para fortalecer las relaciones

      Aunque muchos de tus empleados estén viajando, aprovecha el tiempo que pasáis juntos. Cuando estoy de viaje y me cruzo con un miembro del equipo que trabaja sobre el terreno o a distancia, por ejemplo, me aseguro de que quedemos para comer, cenar o incluso solo para tomar un café. No siempre hablamos de trabajo (aunque a veces es inevitable). A veces, se trata simplemente de estar presentes y conocernos mejor.

        Cuando los miembros del equipo viajan desde fuera de la ciudad, coordina los horarios para maximizar el tiempo que pasáis juntos. He descubierto que esas interacciones, por breves que sean, aceleran la confianza de una manera que las herramientas virtuales simplemente no pueden.

        4/ Crea normas de comunicación que inviten a la personalidad

        Hemos aprendido que la coherencia y la claridad son fundamentales, pero también lo es dejar espacio para que las personas sean ellas mismas. Nuestro equipo utiliza reuniones periódicas por videoconferencia con espacio para el humor y los saludos, y canales de mensajería dedicados a intereses personales, como los logros del equipo, los aperitivos para llevar y mucho más. También pedimos que el vídeo esté siempre encendido durante las reuniones (pero la seguridad es lo primero si alguien está de viaje). Sabemos que sacamos mucho más provecho de las videoconferencias cuando podemos ver las expresiones faciales de los demás.

          Cuando los miembros del equipo saben cuándo hay que ser profesionales y cuándo está bien ser desenfadados, ese equilibrio ayuda a mantener alta la moral.

          5/ Apóyate en la tecnología, pero no dejes que sustituya a la conexión

            Como muchas empresas, utilizamos anotadores con IA, grabaciones de vídeo y resúmenes de reuniones para mantener a todos informados y al día. No todo el mundo puede asistir a todo en directo, y eso está bien. Estas herramientas ayudan a que la información sea accesible sin sobrecargar a las personas.

            Dicho esto, no dejemos que la tecnología sustituya a la interacción humana. Si algo es importante, cojo el teléfono o programo una reunión rápida en persona. La eficiencia digital combinada con una conexión auténtica es lo que mejor funciona.

            6/ Sé vulnerable e invita a los demás a participar

            Uno de nuestros valores fundamentales es «Te vemos». Un aspecto clave para ayudar a los miembros de nuestro equipo a sentirse vistos es fomentar la apertura y la vulnerabilidad.

              Mostrarse auténtico como líder hace que a los demás les resulte más fácil hacer lo mismo. Si tengo algo en mente que me distrae de la conversación, lo comparto con el equipo. Si me siento estresado, lo digo. Del mismo modo, si estoy orgulloso de nuestros logros recientes o he tenido un momento que conecta nuestra misión con nuestro impacto, también lo comparto. Mostrarse vulnerable tanto en contextos positivos como negativos abre la puerta y anima a los demás a hacer lo mismo. Este enfoque no solo es un buen liderazgo, sino que también es bueno para la salud del equipo.

              Cuando tu gente trabaja sola o en pequeñas unidades móviles, necesita saber que alguien la ve, la escucha y se preocupa por ella más allá de los indicadores clave de rendimiento y las métricas.

              El camino no tiene por qué ser accidentado

              Gestionar un equipo repartido por todo el país, cada día en un lugar diferente, especialmente uno que presta servicios presenciales en un mundo en el que prima el teletrabajo, conlleva una serie de retos únicos. Pero con sistemas claros, una comunicación auténtica y un enfoque genuino en las personas, esos retos se convierten en oportunidades para la conexión, la resiliencia y un equipo más fuerte.

              El camino puede ser largo y sinuoso, pero tu equipo no lo recorrerá solo.

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