Para cualquiera que esté cambiando su carrera profesional, LinkedIn es su herramienta principal, no su último recurso. Pero con demasiada frecuencia, los profesionales lo usan como una cinta adhesiva digital, y solo lo utilizan cuando algo falla: la pérdida de un empleo, la búsqueda de financiación o una crisis de identidad profesional. Según la experta en LinkedIn Meredith Farley, fundadora del estudio de contenido Medbury, esa es la forma más rápida de no obtener resultados.
LinkedIn tiene más de mil millones de usuarios en todo el mundo, pero solo una fracción está activa, según Social Sprout. Alrededor de 310 millones usan la plataforma mensualmente, pero menos del 1 % publica contenido con regularidad. Al cambiar de carrera, la clave está en saber qué no hacer si quieres destacar y ganar visibilidad.
«LinkedIn es una de las plataformas más eficaces para la visibilidad profesional, el networking y el crecimiento empresarial», explica Farley. «Pero la mayoría de la gente la ignora por completo o lo hace mal».
Farley comparte cómo evitar los errores más comunes y comenzar a aparecer en LinkedIn de una manera que realmente funcione:
El error número uno: no usarlo hasta que necesites algo
Las personas que triunfan en LinkedIn no se conectan solo para pedir trabajo o difundir grandes noticias. Forjan relaciones, comparten ideas y ofrecen valor antes de esperar nada a cambio.
Depender demasiado de la IA
La IA es una herramienta útil, pero no puede reemplazar tu voz única. «El corazón y el alma humanos se reflejan en el contenido», afirma Farley. Las peculiaridades sutiles, las historias personales y las reflexiones reales hacen que las publicaciones sean atractivas.
Esperando a la musa
La inspiración está sobrevalorada. La constancia, no. Los profesionales exitosos consideran LinkedIn una práctica, no un proyecto apasionante. Usa marcos de trabajo, crea contenido por lotes y comprométete con un cronograma.
Suponiendo que siempre debería sentirse bien
Algunas de tus mejores ideas fracasarán. Eso no significa que no fueran valiosas. «LinkedIn puede parecer vulnerable», dice Farley. «Pero que algo no tenga muchísimos «me gusta» no significa que no funcione». Los «me gusta» a corto plazo se desvanecen. El posicionamiento a largo plazo perdura.
Tener miedo de presumir
Compartir tus logros no es autopromoción. Es comunicación estratégica. Si nunca hablas de tus logros, la gente no sabrá lo que has logrado ni cómo aportas valor. La clave está en compartir con contexto y gratitud: destaca lo aprendido, reconoce a quienes te ayudaron en el camino y explica por qué es importante.
“La gratitud es el antídoto contra la arrogancia”, dice Farley.
Confundir compartir demasiado con autenticidad
LinkedIn no es tu diario. Las historias personales solo son impactantes cuando se conectan con perspectivas profesionales. Antes de publicar, pregúntate: «¿Le resulta útil a alguien más?». Si no, guárdalo para otra plataforma.

Dejar que el miedo al juicio te detenga
Antiguos colegas, amienemigos, exjefes: imaginar su juicio silencioso puede impedirte publicar. Pero el miedo a ser desagradable no es una estrategia. Es una jaula. No dejes que quienes ni siquiera te aprecian controlen tu narrativa profesional.
Persiguiendo «me gusta» en lugar de «resultados»
Una publicación viral que no aporta valor es solo ruido. ¿Una publicación discreta que atrae al cliente, el trabajo o el inversor adecuado? Eso es oro. LinkedIn se centra en el posicionamiento y la cartera de clientes, no en la popularidad.
Falta de un sistema
Si tu estrategia es «publicar cuando me acuerdo», no tienes una. Un sistema de contenido debe incluir liderazgo de opinión, posicionamiento de marca y estrategias para construir relaciones. De lo contrario, solo estás adivinando. La constancia genera confianza, y la confianza genera oportunidades. Sin un marco claro, te arriesgas a ser olvidable en lugar de influyente.
Olvidarse de participar
LinkedIn no es una plataforma de «publicar y desaparecer». El algoritmo premia la interacción. Si no comentas, respondes ni conectas con otros, estás desaprovechando oportunidades y visibilidad.
Malinterpretando la plataforma
Los ganchos importan, el formato importa, e incluso el momento de publicación importa. Optimizar no significa «piratear el sistema». Significa comprender cómo funciona LinkedIn y alinear tu contenido con la interacción de los usuarios; el algoritmo prioriza la visibilidad. Pequeñas decisiones, como usar saltos de línea para facilitar la lectura o colocar enlaces externos en los comentarios, impactan drásticamente el rendimiento.
Esto no es Twitter. Esto no es Threads. No se trata de vibras ni memes. LinkedIn es un ecosistema propio, diseñado para el diálogo profesional, el intercambio de ideas y la narración empresarial. Trátalo con la misma consideración estratégica que cualquier comunicación empresarial de alto riesgo.
Repitiendo tu historia central con un propósito
No necesitas narrativas nuevas e incontables para mantenerte relevante. Necesitas una historia poderosa contada con claridad y coherencia. Los líderes más eficaces replantean su origen, misión y propósito no porque les falten ideas, sino porque la repetición genera reconocimiento. Bien hecho, no es aburrido, sino que define.
Los cambios de carrera no se hacen en silencio. LinkedIn te da el micrófono: úsalo con intención y constancia. Así es como las oportunidades te encuentran.