El éxito es un estado que puedes alcanzar brevemente al completar todos tus objetivos y alcanzar tus resultados. Pero los objetivos, una vez completados, necesitan ser reajustados o realineados para que puedas continuar el camino del crecimiento. En mi experiencia, esto implica realinear quién eres y examinar dónde se encuentran tus nuevos objetivos. Así se construye un marco para ti y se establece cómo debes actuar para alcanzar ese objetivo. Y por último, con el plan en marcha, puedes determinar lo que vas a conseguir.
Todo se reduce a un simple marco: Quién eres determina cómo actúas, lo que impulsa lo que consigues. Al comprender y alinear estos elementos, puede llegar al estado de éxito de forma continua y fiable.
La base: Quién eres
En esencia, representa su identidad como líder. Esto incluye tus valores, tu «por qué» y tu mentalidad. Es fácil perderse en el ruido de las tareas cotidianas y perder de vista el próximo objetivo, por eso es tan importante saber quién eres.
Cuando trabajo con nuevos directivos, lo primero que les pido es que reflexionen sobre su «quién». Les pido que respondan a tres preguntas sobre sí mismos:
¿Cuál es mi estado actual y final como líder?
¿Cuál es mi «por qué»? ¿Qué me motiva y da sentido a mi trabajo?
¿Cuáles son los valores y motivaciones de mi equipo y cómo se alinean con los míos?
Estas preguntas sientan las bases de cómo liderará una persona. He descubierto que cuando uno sabe quién es, puede liderar con autenticidad y determinación. Esto debería ayudar a generar confianza en su equipo, que es el primer peldaño hacia el éxito.
También es importante tener en cuenta que esto no es un ejercicio de una sola vez. Todo evoluciona constantemente, así que asegúrese de que usted y su equipo revisan esta cuestión de la identidad con regularidad, preferiblemente al menos una vez al trimestre. ¿Sus acciones siguen estando en consonancia con sus valores? ¿Cómo han cambiado su estado actual y su estado final? ¿Y su «por qué»? Al mantener estas preguntas en primer plano, puede mantener la alineación para continuar en el camino de su equipo hacia el éxito.
La ejecución: Cómo se hace
Si la identidad es la base, la ejecución es el marco. Aquí es donde entran en juego los procesos, los hábitos y los sistemas. El «cómo» es el puente entre la identidad y los resultados.
Me aseguro de que mi equipo esté alineado reuniéndome semanalmente con mis jefes para revisar sus procesos. En estas reuniones no se trata sólo de detectar ineficiencias, sino de garantizar que nuestra forma de trabajar refleja quiénes somos como líderes y qué queremos conseguir.
También es importante reconocer que los procesos no son estáticos. Lo que funciona hoy puede no funcionar mañana, por lo que son importantes las revisiones periódicas y la formación. Si se mantiene proactivo, podrá adaptarse a las circunstancias cambiantes y asegurarse de que su «cómo» sigue sirviendo a su identidad y sus objetivos. Dedicar tiempo a alinear los procesos con sus valores puede ayudarle a crear coherencia y propósito, todo lo cual proporciona un marco para el éxito.
El resultado: Qué has conseguido
Finalmente se llega a los resultados tangibles: Indicadores clave de rendimiento, aumento de los ingresos, compromiso del equipo y mucho más. Aquí es donde se produce el éxito, donde puedes ver con tus propios ojos lo que has conseguido.
Me gusta asegurarme de que los resultados sean siempre visibles y estén actualizados. Mi equipo puede ver su progreso en tiempo real, lo que, según he comprobado, fomenta la responsabilidad y una mentalidad orientada a los resultados. Además, me exijo lo mismo a mí mismo. Mantengo mis propios cuadros de mando para hacer un seguimiento de los KPI vinculados a mis responsabilidades. Puede tratarse de porcentajes de margen diarios, métricas de rendimiento del equipo o avances en nuevas estrategias. Al comprobarlos varias veces al día, me aseguro de que me mantengo centrado en los resultados más importantes.
Este nivel de visibilidad no sólo te permite rendir cuentas, sino que también refuerza la conexión entre identidad, ejecución y resultados. Es un recordatorio constante de que el éxito no consiste sólo en alcanzar cifras, sino en lograr resultados que se ajusten a quién eres y a lo que representas.
El liderazgo no consiste sólo en hacer lo correcto, sino en ser la persona adecuada. Cuando alineas tu identidad con tus acciones y resultados, puedes crear una base poderosa para el éxito.
El marco «quién/cómo/qué» es una forma sencilla pero transformadora de pensar en el liderazgo y los logros. Empezando por ser conscientes de uno mismo, desarrollando procesos eficaces y haciendo un seguimiento de los resultados significativos, los líderes pueden crear un efecto dominó de éxito que beneficie a sus equipos, a sus organizaciones y a sí mismos.
Así pues, te reto a que reflexiones sobre tu trayectoria de liderazgo. ¿Quién es usted? ¿Cómo funciona? ¿Y está logrando los resultados que realmente importan? Si te centras en estas tres preguntas, podrás liberar todo tu potencial y liderar con determinación.