Gastro

Marqués de Vargas lanza Hacienda Pradolagar 2018: cuando el legado familiar se traduce en viñedo singular

La bodega lanza su referencia más exclusiva en acto homenaje a la enóloga Ana Barrón, fallecida recientemente. La casa riojana presentó asimismo en sociedad a su nueva directora técnica, Graciela Palacios.

Historia familiar, excelencia enológica y el tributo a una figura irrepetible del vino riojano. Marqués de Vargas ha presentado en Madrid, en la boutique de calzado masculino a medida Glent Shoes, la nueva añada de Hacienda Pradolagar (2018), un vino de parcela que ha obtenido la calificación de Viñedo Singular por parte del Consejo Regulador de la DOCa Rioja. Una cita en la que la autenticidad y el arraigo demostraron seguir siendo valores contemporáneos para el futuro de esta región vitivinícola.

En la propia voz de Pelayo de la Mata, XIII Marqués de Vargas y presidente de las bodegas, esta casa relató su historia, que se remonta a 1840, cuando su bisabuelo Felipe de la Mata plantó las primeras viñas en la finca de Pradolagar, en Logroño. «En esa época se puso muy de moda plantar viña porque la filoxera en Burdeos hizo que los bordeleses descendieran a La Rioja para comprar vino», contextualizó, recordando cómo aquellos terratenientes se convirtieron primero en agricultores y después en bodegueros.

El legado continuó con su abuelo Pelayo y con Francisco de la Mata, noveno Marqués de Vargas y alcalde de Logroño a finales del siglo XIX, hasta llegar a su padre, Hilario de la Mata, presidente de un importante grupo que soñó con tener una bodega con el título familiar pero que falleció sin poder verlo cumplido. «Hace más de 30 años, mis hermanos y yo construimos la bodega Marqués de Vargas en la finca familiar, cumpliendo así su sueño», explicó.

El reconocimiento de lo excepcional

Hoy, ese proyecto representa la pasión de cuatro generaciones dedicadas a elaborar vinos de la más alta calidad, trabajando bajo el concepto de château: solo producen vino con las uvas de sus propios viñedos. Las 52 hectáreas de Hacienda Pradolagar, plantadas exclusivamente con variedades autóctonas, son el corazón de esta filosofía.

En 2019, el Ministerio de Agricultura y la DOCa Rioja otorgaron a tres parcelas de Marqués de Vargas el reconocimiento de Viñedo Singular por sus características excepcionales, desde la añada de 2017. Una distinción que en el caso del flamante Hacienda Pradolagar 2018 se traduce en un vino de parcela de producción muy limitada, elaborado únicamente en las mejores añadas con uvas de viejas viñas de la parcela La Victoria.

Las casi 12 hectáreas de Viñedo Singular de la finca representan aproximadamente el 4% del total de esta categoría en toda La Rioja, un dato que dimensiona la singularidad del proyecto. «No es una finca demasiado grande, pero simboliza nuestras raíces», subrayó De la Mata.

Ana Barrón: el legado de una enóloga irrepetible

El acto tuvo también un marcado componente de homenaje a Ana Barrón, la anterior enóloga de la bodega, fallecida el pasado verano a los 55 años tras dos años de lucha contra un cáncer. Hacienda Pradolagar 2018 es, de hecho, su última gran obra.

La autenticidad, la sinceridad y la pasión han sido los valores que han definido su figura, alabada por toda la comunidad enológica nacional e internacional. Consciente de su enfermedad, Ana Barrón dedicó sus últimos dos años a preparar a quien hoy es su sucesora: Graciela Palacios, la nueva enóloga y directora técnica de Marqués de Vargas. «Ella fue muy generosa. Se entregó y traspasó a Graciela todo lo bueno que sabía», reconoció el propietario.

Graciela Palacios: continuidad con mirada propia

Joven pero sobradamente preparada —ha realizado vendimias en Brasil e Italia además de su formación académica—, Graciela Palacios proviene de una familia, vinculada a los vinos de La Rioja desde hace varias generaciones. Su padre es un conocido viticultor en la región.

«Ana sigue con nosotros en cada barrica, en cada sala, en cada decisión que tomamos», afirmó Palacios en su intervención. «Nos ha dejado un legado espectacular, lleno de honestidad, trabajo, esfuerzo y un profundo amor por el vino. Emociona pensar que parte del talento de su voz está dentro de esta copa». Así, la joven enóloga ha asumido el reto con una primera añada nada fácil —la 2024, que está elaborando actualmente— y cuenta con el respaldo de Xavier Ausás como asesor enológico.

La Victoria: un suelo que marca la diferencia

En su presentación técnica del vino, Palacios condujo a los asistentes en un viaje sensorial que comenzó en el origen: la parcela La Victoria, una terraza inferior dentro de Hacienda Pradolagar que la bodega sectoriza junto a su asesor de campo. La finca está dividida en 34 parcelas, cada una trabajada con un respeto casi reverencial.

«Lo más importante lo tenemos debajo de los pies: el suelo», señaló la enóloga. El suelo de La Victoria es calcáreo, una característica fundamental que retiene la cantidad justa de agua —ni tanta como los arcillosos ni tan poca como los arenosos— para llegar al déficit hídrico al final de la madurez. «Lo que buscamos es la madurez fenólica, ese tanino que nos permite tener vinos complejos y de excelencia», aseguró.

La toma de decisión de la vendimia se realiza mediante cata de uvas, un método que Palacios aprendió de Ana Barrón y que inicialmente le parecía «imposible». Las parcelas se subsectorizan y se seleccionan según la madurez perfecta. «Creo que lo que nos diferencia es ese amor que ponemos en la visión del viñedo», afirmó.

La cosecha 2018 fue también muy complicada en La Rioja: mucha precipitación y altas temperaturas finales. «Pero creo que es una vendimia ideal para saber dónde se trabaja bien el viñedo», argumentó Palacios. El suelo calcáreo permitió llegar a la madurez fenólica deseada pese a las condiciones adversas.

El vino está compuesto por tempranillo —la columna vertebral— y mazuelo, una variedad minoritaria pero autóctona que la enóloga quiso destacar especialmente. «Me gusta la acidez del mazuelo y creo que para estos tiempos, para trabajar de manera más sostenible, es una variedad ideal. Son muy complicados de trabajar, tienen mucha vigorosidad, pero cuidándola con mimo te lo devuelve todo. Hace un coupage perfecto con el tempranillo».

Notas de cata: «Un vino infinito»

La cata reveló un vino de notable intensidad y complejidad. En fase visual, el Hacienda Pradolagar 2018 muestra un color rubí con ribetes de cereza y teja, lágrima moderada que cae lentamente, anunciando densidad en boca. En nariz, domina la fruta escarchada, regaliz y fruta negra, con una madera presente pero nunca abusiva. «El actor principal de esta película siempre es la fruta», subrayó Palacios. La bodega trabaja con 15-17 tonelerías diferentes —100% roble francés, más una parte experimental en bocoy— para conseguir que la madera nunca eclipse la fruta.

Aparecen también frutos secos —avellana, nueces—, galleta, especias, vainilla y canela. «Teníamos una broma interna con Ana. Yo le decía: ‘Ana, pero este es el vino infinito’, y ella se reía», recordó Palacios. «Empezábamos a catarlo, lo dejábamos tapado y volvíamos… y te seguía saliendo galleta, especiado, esa pureza, esa profundidad. Limpieza».

En boca se confirma la grandeza del vino: volumen, sensación envolvente, taninos cárnicos que recuerdan al membrillo. «Aquí es cuando realmente dices: ‘La uva se cogió bien'», afirmó la enóloga. «Gastronómicamente puede funcionar muy bien, pero siempre va a ser el protagonista. Si es una conversación, este vino es conversación constante, no un monólogo».

La retronasal devuelve frutos secos, nuez y canela. «Se vuelve a abrir, vuelve a ser infinito. Es un vino muy profundo, complejo, extremadamente de calidad», concluyó Palacios.

«Hacienda Pradolagar 2018 no es solo un vino que habla de una añada. Es un vino que habla de familia, de equipo, de Ana por supuesto, de nosotros, del futuro», resumió Graciela Palacios al término de su intervención. En efecto, este vino de Viñedo Singular condensa 184 años de historia familiar, la herencia de una enóloga irrepetible, la apuesta de una nueva generación y, sobre todo, el trabajo meticuloso en un terroir excepcional certificado en ecológico. En tiempos donde la alta gama se debate entre la tecnología y la tradición, Marqués de Vargas apuesta claramente por el respeto al viñedo, el trabajo artesanal y la paciencia.

«Mi mayor ilusión es poder transmitir a las nuevas generaciones la misma pasión por el mundo del vino que yo heredé de mi padre», declaró Pelayo de la Mata consciente de que la  DOCa Rioja tiene un gran futuro por delante que pasa necesariamente por una apuesta sin concesiones a la calidad y no a la cantidad. Si Hacienda Pradolagar 2018 es un ejemplo de ese camino, esa transmisión está más que asegurada.

FICHA

D.O. Ca La Rioja

Añada 2018

Variedades 75% Tempranillo, 25% Mazuelo

Crianza 26 meses barrica de roble francés 100% nueva. Tamaño: 13% en bocoyes de 500 L. y 600 L.

Alcohol 14,7 %