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Viajar en Navidad tiene premio

Viajes de trabajo, viajes de ocio… y viajes emocionales. En Navidad, muchos son de lo tercero. Porque si por algo destaca esta época del año es por convertir los pequeños detalles en grandes y las distancias en destinos. En este punto, contar con tarjetas como Iberia Aire son un aliciente para viajar con tranquilidad y seguridad para solo preocuparse por llegar a casa.

Aire se dirige a una generación que entiende la movilidad como un estilo de vida. Joviales, inquietos, conectados… viajeros que en Navidad vuelven a casa, improvisan escapadas o buscan ese vuelo que les permita regalar tiempo, presencia y experiencias. Aire no exige, se adapta a ese ritmo lleno de impulso y significado, convirtiendo cada pago en una recompensa futura. Por eso en estas fechas cobra un sentido especial.

La filosofía de Iberia Cards sostiene que la fidelización es una construcción emocional. En Navidad, esa emoción se intensifica. “Iberia Cards nos permite extender la relación con el cliente mucho más allá del vuelo”, apunta Víctor Moneo, Director de Ventas Globales de Iberia. Aire materializa esa idea: incluso cuando no estamos viajando, seguimos avanzando hacia el próximo destino. Un regalo que nos hacemos sin darnos cuenta.

Los beneficios de Aire cobran especial relevancia durante estas semanas llenas de movimiento. Desde Avios que se acumulan en las cenas navideñas, los regalos o las compras de última hora, hasta seguros de viaje que aportan tranquilidad cuando las terminales se llenan y los horarios se complican. En un periodo donde queremos llegar a tiempo, Aire actúa como una compañera discreta que suaviza los imprevistos.

El soporte tecnológico de Aire se convierte también en un aliado natural de estas fechas. Pagos digitales rápidos, control del gasto en la app de Iberia, ventajas personalizadas según el uso… Cada herramienta está diseñada para que el viajero tenga más control y menos estrés. En un momento en el que la vida se acelera, la tarjeta simplifica, organiza y acompaña.

Lo más interesante de Aire es su capacidad de transformar los hábitos navideños en oportunidades reales. Los desplazamientos familiares, las compras de regalos, los planes con amigos, incluso los viajes improvisados que surgen tras una sobremesa… Todo suma Avios, todo alimenta la posibilidad de un viaje futuro. La tarjeta convierte la generosidad de diciembre en la emoción de un vuelo que llegará meses después.

Aire nos recuerda que viajar no empieza en el aeropuerto, sino en la forma en la que vivimos cada día —especialmente en Navidad, cuando los deseos se intensifican y las experiencias cobran valor. Cada gesto se convierte en una promesa, cada compra en un paso, cada movimiento en un puente hacia el próximo destino. Porque la magia navideña tiene muchas formas, pero pocas tan tangibles como saber que, mientras vives el presente, ya estás construyendo el viaje del mañana.

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