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Viajar comienza antes del despegue

Un viaje empieza en un aeropuerto, pero también en la forma en la que vivimos cada día, en los pequeños gestos cotidianos que abren ventanas hacia destinos que todavía no hemos imaginado. Bajo esta premisa nace Iberia Aire, una tarjeta que interpreta la vida del viajero moderno, que se mueve con la ligereza de saber que cada compra es una forma de avanzar.

Aire es la tarjeta pensada para quienes viajan con la mente despierta y los pies rápidos. Para quienes entienden que la movilidad no es un trayecto, sino un estado mental. Con cada pago, Aire convierte lo cotidiano en una brisa que empuja hacia lo extraordinario. Su esencia responde a una pregunta simple: ¿y si viajar fuese una consecuencia natural de tu día a día?

Respaldada por Iberia Cards y el universo Iberia Plus, Aire está diseñada para acumular Avios con la misma naturalidad con la que respiras. Un café, una compra online, un taxi, una escapada inesperada… Todo suma. El viajero no tiene que cambiar su estilo de vida. De esta forma, el programa convierte el consumo responsable y la planificación diaria en un motor continuo de recompensas.

Pero Aire no solo premia. También protege. Su propuesta integra ventajas de seguridad, pagos digitales y servicios orientados al movimiento constante. Sabemos que el viajero millennial no se detiene, y por eso la tarjeta acompaña sin fricciones: desde la rapidez del pago sin contacto hasta servicios como Smart Delay, que transforman un imprevisto en un paréntesis más amable.

Aire está construida para quienes buscan equilibrio: pagar con eficiencia, viajar con inteligencia y vivir con flexibilidad. Iberia Cards lo explica así: “La fidelización no es un programa, es una filosofía”. Esta tarjeta demuestra ese principio con cada detalle: tecnología que reduce barreras, ventajas que se integran en el día a día y una experiencia de marca que conecta emoción y utilidad en partes iguales.

En un momento en el que la movilidad es más aspiracional que nunca, Aire se convierte así en una herramienta real, palpable y útil para viajar más y mejor. Y lo que antes era un deseo lejano ahora es una consecuencia lógica: ahorrar, acumular, planificar… y volar.

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