Con la apertura del nuevo Paradisus by Meliá Fuerteventura, la cadena mallorquina da un paso más en su apuesta por el lujo experiencial y la actualización de destinos icónicos. El proyecto, que ha supuesto una inversión de 32 millones de euros y la duplicación del equipo humano, simboliza el nuevo enfoque de Meliá hacia una hotelería más cualitativa, sostenible y con impacto real en el entorno.
“Es una apuesta por la calidad y por reposicionar destinos maravillosos como Pájara, en una reserva de la biosfera, asegurando que nuestros productos sigan siendo competitivos los próximos veinte años”, comparte con Forbes Travel Gabriel Escarrer, CEO de Meliá Hotels International, minutos antes de la inauguración oficial del resort, en una entrevista en la que está acompañado de José Luis Acea, consejero delegado de Banca March, entidad que es compañera en el proyecto.
El nuevo Paradisus, integrado en un entorno natural protegido, encarna la ambición del grupo por combinar el lujo con la autenticidad local: “Hemos más que duplicado la plantilla —de 150 a más de 320 trabajadores— y las tarifas reflejan esa evolución hacia la excelencia”, detalla Escarrer.
El modelo, nacido en el Caribe y ahora consolidado en Canarias, seguirá expandiéndose: “El próximo Paradisus abrirá en Bali, y estamos estudiando nuevas ubicaciones, destinos de alto poder adquisitivo, con una operativa de al menos diez meses al año. Esa es la clave del éxito de la marca”.
Ordenar el crecimiento, no frenarlo
Preguntado por los retos del turismo en España, Escarrer defiende la necesidad de ordenar el modelo sin recurrir a prohibiciones: “No me opongo al alquiler turístico, me opongo al ilegal. Lo que resta competitividad a nuestro sector es la falta de control. Sea en party boats, taxis pirata o guías sin licencia, la ilegalidad nos hace daño como destino”.
Escarrer insiste en que el debate debe centrarse en la planificación y la sostenibilidad social: “El impacto de los hoteles en empleo, proveedores y riqueza local es muy diferente al del alquiler vacacional. Debemos ponderar cuánto queremos crecer y hacerlo de forma ordenada, porque cuando el residente deja de sentirse parte de la solución, el turismo se convierte en un problema”.
Del efecto champán a la normalización
Pese a las voces que alertan de una desaceleración en el turismo, Escarrer prefiere hablar de una “normalización” del crecimiento: “Después del COVID, hemos vivido años excepcionales, con crecimientos fuera de lo común. Pero ahora lo que llega no es una desaceleración, sino una normalización. Seguiremos creciendo entre dos y tres veces el PIB español, lo cual sigue siendo extraordinario”.
Para el CEO de Meliá, el reto no está en crecer más, sino en crecer mejor: “El turismo de sol y playa seguirá siendo necesario, pero ya no es suficiente. Debemos acompañarlo de cultura, gastronomía, patrimonio y experiencias auténticas. Solo así mantendremos nuestra competitividad y seguiremos siendo un referente mundial”.
El Paradisus Fuerteventura es, precisamente, la expresión tangible de esa visión: lujo, identidad local y sostenibilidad unidos bajo una misma marca. “No se trata de prohibir, sino de gestionar. No de crecer más, sino de crecer mejor. Esa es la normalización que necesita el turismo español”, concluye Escarrer.
