El domingo 12 de octubre, Día de la Hispanidad, comenzó con normalidad para Regina Zurdo, conservadora-restauradora del Museo Naval de Madrid, hasta que a las 14:15 recibió un mensaje inquietante en el grupo de WhatsApp del Área de Conservación. La directora técnica del museo, Berta Gasca, había compartido la frase «Ha sucedido esto», acompañada de la imagen del cuadro Primer homenaje a Cristóbal Colón de José Garnelo, de seis metros de largo por tres de alto y 150 kg, manchado con pintura roja. Minutos antes, las activistas Victoria Domingo y Luna Lagos, del movimiento Futuro Vegetal, habían arrojado la pintura contra la obra antes de ser detenidas por el vigilante de sala y la Policía Nacional.
La reacción del personal fue inmediata. El subdirector del museo, capitán de navío Enrique Esquivel, alertó a la directora técnica, y ambos coordinaron rápidamente a todo el equipo, desde especialistas científicos hasta militares de guardia. Las restauradoras, aunque muchas se encontraban fuera del museo, pusieron rumbo a la calle Montalbán 2, donde se ubica el Cuartel General de la Armada y la entrada temporal del museo, para intervenir cuanto antes.
Durante el traslado, Regina recordó el ataque del Museo del Prado en noviembre de 2022, cuando activistas del mismo grupo pegaron sus manos a La maja desnuda y La maja vestida de Goya. Contactó con sus colegas del Prado para conocer protocolos de actuación y poder replicarlos. Lucía Martínez, especialista que se encontraba cerca, llegó rápidamente al Museo Naval y fue fundamental para comenzar la limpieza de la pintura antes de que se secara, evitando daños mayores al barniz y al óleo.
Al llegar al museo, el equipo constató daños adicionales: la media culebrina inglesa de bronce de 1592 junto al cuadro también estaba afectada, lo que requería cuidado extremo para evitar oxidación. La policía científica recogió las botellas de pintura y tomó muestras del pigmento antes de permitir que los especialistas trabajaran en la sala La era de los descubrimientos. A lo largo de la intervención, se utilizó papel, algodón e hisopos para eliminar cuidadosamente la pintura, minimizando los efectos sobre la capa de barniz y la acuarela de restauraciones anteriores.
A pesar de la limpieza de urgencia, el ataque dejó marcas visibles en el cuadro y afectó la policromía original. Las activistas alegaron que la pintura era biodegradable, pero se confirmó que era química, lo que complicará la restauración. Por fortuna, otras piezas cercanas de gran valor, como la Carta de Juan de la Cosa, permanecieron intactas, aunque algunas vitrinas y superficies contiguas recibieron salpicaduras. Los daños requerirán una restauración integral que se estima podría durar un año y medio, afectando la planificación de futuras exposiciones.
Primer homenaje a Cristóbal Colón fue presentado en la Exposición Internacional de Madrid de 1892 con motivo del IV Centenario del Descubrimiento y obtuvo un premio en la Exposición Universal de Chicago de 1893. Fue depositado en el Museo Naval en 1981 por el anticuario Manuel González López y posteriormente donado por Juan Alvargonzález González en 1996. Este incidente resalta la vulnerabilidad de las colecciones públicas ante actos de vandalismo, subrayando la importancia del equipo técnico y la coordinación inmediata para proteger el patrimonio cultural.
