El concepto de lujo en los viajes para los españoles se ha desmaterializado, centrándose en la calidad, la atención al detalle y las experiencias, más que en los símbolos de estatus o las marcas de prestigio. Así lo revela una encuesta del club viajero Travelzoo, realizada a más de 1.000 socios en España.
Según el estudio, el 81% de los encuestados define el lujo como calidad y atención al detalle, frente a solo un 9% que lo vincula a símbolos de estatus o marcas. La experiencia en sí misma es lo que marca la diferencia para casi la mitad de los viajeros.
Al planificar una escapada, el alojamiento se consolida como el elemento esencial de la experiencia para casi ocho de cada diez encuestados. Un tercio de los viajeros está dispuesto a invertir más por mayor comodidad, servicio superior o propuestas únicas, valorando especialmente las habitaciones espaciosas (57%), las vistas panorámicas (39%) y un servicio excepcional (32%).
La gastronomía es el segundo gran pilar del lujo, con más de la mitad de los viajeros que destina un presupuesto extra a experiencias gourmet. Además, un 44% enriquece su viaje con actividades y excursiones exclusivas.
En contraste, el transporte queda en segundo plano: solo un 27% mejora sus vuelos, manteniendo la mayoría la clase económica.
Un lujo aspiracional y al alcance
Según señala el estudio, los viajeros españoles perciben el lujo viajero se percibe como un capricho aspiracional que eleve el viaje a un nivel especial, priorizando la comodidad, la calidad y los servicios premium, incluso asumiendo un gasto extra. Pero también con sensibilidad hacia el precio: casi la mitad de los encuestados no pagaría más de 250 euros por noche en un hotel de lujo, y un tercio estiraría el presupuesto hasta los 500, mientras que solo una pequeña fracción estaría dispuesta a superar esa cifra. Los hoteles de cinco estrellas y resorts lideran las preferencias, seguidos de la gastronomía de alto nivel, las experiencias culturales exclusivas y las estancias en villas boutique. En un segundo plano aparecen los vuelos en business, los espacios wellness, los cruceros y, para los más aventureros, los safaris y expediciones.
