Milán luce tan bella como siempre en el pasado primer fin de semana de septiembre. Los Formula 1 rugen en el cercano circuito de Monza disputando el Gran Premio de Italia, y la ciudad se baña con la luz más bonita del año, la del final del verano, que se asoma en cada esquina, cada parque y cada chaflán y hace que el patrimonio arquitectónico milanés -esa mezcla única de gótico y racionalismo, barroco y art déco– luzca simplemente espectacular. La capital lombarda estaba seductora como siempre, sí, pero también triste: despedía a uno de sus hijos predilectos, Georgio Armani, pero no por ello dejaba de mostrarse al visitante tan despreocupadamente guapa y elegante, como nos tiene muy bien acostumbrados.
Y es que Milán es una de las ciudades más elegantes del mundo, un templo del street style que, siempre, rebosa de esa sutil elegancia lombarda que hace parecer fácil y casual lo que no lo es: tan guapos, los milaneses, muchos de los cuales pasean por la ciudad con un bello dispositivo de aires futuristas que era un complemento más, y destacado, de sus outfits. Se trataba de los dispositivos para fumadores adultos IQOS, los innovadores gadgets que calientan el tabaco en lugar de quemarlo y que, con sus sofisticado diseño y materiales premium – aluminio anonizado sobre una elegante paleta de colores- encajan en la perfección en el dress code milanés. Una excelencia en el diseño que define también el espectacular IQOS Lounge, la boutique del centro de la ciudad donde se presentan la gama de productos de la marca y se pueden adquirir dispositivos, ediciones limitadas y accesorios originales.

Matter of Scale
Esa pasión por el mejor diseño industrial que define los dispositivos IQOS fue compartida en un evento Matter of Scale, que la marca organizó en Milán el pasado 6 de septiembre, y que contó con la participación de Carlo Ratti, ingeniero, profesor del MIT el comisario de la Biennale de Venecia; y de Tom Dixon, el célebre diseñador británico.

En el encuentro, la marca compartió su implicación con la innovación tecnológica y el diseño industrial, su visión para un futuro «libre de humos» y su estrategia de transformación empresarial: desde 2008, PMI ha invertido 14.000 millones de dólares para desarrollar, fundamentar científicamente y comercializar productos innovadores libres de humo para adultos que, de otro modo, seguirían fumando, con el objetivo de eliminar por completo la venta de cigarrillos. En esa dirección, PMI prevé que, en 2030, dos tercios de sus ingresos provengan de líneas como IQOS o sus bolsas de nicotina.

Precisamente muy cerca de Milán se encuentra Philip Morris Manufacturing & Technology Bologna, un espectacular centro de excelencia situado en las afueras de Bolonia donde la marca desarrolla la producción de productos sin humo de Tabaco y que alberga el Centro para la Excelencia Industrial de Philip Morris International, el más grande del mundo en su tipo, dedicado a la industrialización, innovación de procesos, ingeniería y sostenibilidad. PMI invirtió más de mil millones de dólares en la puesta en marcha del complejo -se trata de la fábrica la más grande construida en Italia en los últimos 20 años-, donde trabajan más de 1.700 empleados.
La fábrica es toda una fantasía tecnológica y tener el privilegio de visitarla es como asistir tras la bambalinas a los ensayos de la ópera de Milán: el asombro que producen la sofisticación, la pulcritud y, por supuesto, la belleza de la tecnología, presente en cada rincón de la fábrica. Es la misma belleza que reivindicaba Marinetti cuando decía que «un automóvil rugiente, que parece correr como la metralla, es más bello que la Victoria de Samotracia» y que, con el espectáculo de los Formula 1 compitiendo en Monza horas antes en la retina, enmarca la pista de alta velocidad por la que PMI, espoleada por el diseño y la sostenibilidad, nos enseña cómo es un futuro sin humos. Porque lo realmente bello no es solo lo que admiramos, sino lo que mejora la vida de todos.
