No inmerecidamente, los wows de la arquitectura contemporánea parecen estar reservados para los proyectos levantados en Medio Oriente -Arabia, los países del CCG- y el Pacífico asiático, ya sean obras públicas de ciencia ficción o capitales estatales de nuevo cuño. Pero también en la práctica arquitectónica nos encanta el aroma de la tradición, y que un nuevo y espectacular rascacielos adorne con gracia el skyline de Nueva York es una noticia que nos encanta.
Y, desde el pasado lunes 25 de agosto, cuando abrió parcialmente sus puertas, la última estrella en sumarse a ese icónico firmamento es 270 Park Avenue, un majestuoso edificio en el corazón del Midtown neoyorquino diseñado por Foster+Partners. El edificio alberga la nueva sede de JPMorgan Chase en un solar en el que, hasta su demolición en 2021, se erigía el Union Carbide Building y, con 423 metros de altura y 60 plantas, es uno de los edificios de oficinas más altos del mundo.

Con su diseño, el estudio de Sir Norman Foster se plantéo reimaginar el lugar de trabajo moderno con un enfoque en la sostenibilidad, la tecnología y el bienestar de los hasta 15.000 empleados que puede acoger el edificio en sus más de 230.000 metros cuadrados de superficie.
Así, el concepto del nuevo diseño fue crear una ampliación atemporal de Park Avenue, que celebra la icónica historia arquitectónica de la ciudad y sirve como un poderoso símbolo para la próxima generación de torres de oficinas en Nueva York. Mediante un sistema estructural de vanguardia para sortear las limitaciones del terreno, tanto en la planta baja como a nivel del suelo, la innovadora estructura de columnas en abanico y los arriostramientos triangulares permiten que el edificio toque ligeramente el suelo a lo largo de toda la manzana. Al elevar el edificio unos 24 metros del suelo, extiende el mirador desde la entrada de Park Avenue hasta Madison Avenue.

Un edificio Cero emisiones
La energía renovable que alimenta por completo al rascacielos, procedente de una central hidroeléctrica del estado de Nueva York, y la tecnología y materiales empleados en su construcción -procedentes del reciclaje en un 97%- convierten al edificio en todo un campeón de la sostenibilidad, alcanzando cero emisiones operativas netas y una calidad del aire interior que supera los más altos estándares de sostenibilidad, salud y bienestar, y convirtiéndolo en el el edificio totalmente eléctrico más grande de Nueva York.
Un food court con 19 restaurantes, un espectacular gimnasio, un centro de wellness, espacios religiosos y de meditación, un centro médico, un pub irlandés… las instalaciones para empleados del edificio son otro de sus grandes atractivos. El 270 Park Avenue estará totalmente operativo durante 2026 pero es, desde ya, es una de las visitas obligadas en cualquier viaje a Nueva York.
