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La original estrategia de Japón para diversificar el destino de sus turistas

El Ministerio de Medio Ambiente japonés lanza una colección de una colección de 35 sellos goshuin que presentan los atractivos de los parques nacionales del país.

Cortesía Oficina Nacional de Turismo de Japón

Históricamente, pocos países como Japón han despertado tanta fascinación entre los viajeros de todo el mundo. Desde mediados del siglo XIX, cuando se produjo el “bakumatsu” -la célebre y obligada apertura al exterior de Japón, forzada por el comodoro americano Matthew Perry- y el apogeo de la era Meiji, el imaginario colectivo de Occidente rebosa de imágenes japonesas. Desde las célebres estampas ukiyo-e a los infinitos personajes del manga y el anime, pasando por los supercars o, desde luego, la gastronomía, el soft power nipón ha calado en casi cada aspecto de nuestra vida cotidiana. Y la industria turística es una de las grandes beneficiadas. 

Al igual que en otras partes del mundo, las autoridades quieren descentralizar los flujos de visitantes que, en el caso de Japón, se concentran mayoritariamente en Tokio, Kyoto y Osaka. Y, conscientes del poder de ese soft power, y como medida para inspirar a los viajeros internacionales a descubrir destinos menos conocidos e impactar positivamente en comunidades locales más remotas, las autoridades se han puesto manos a la obra con una iniciativa original que entronca con la pasión que despierta su cultura popular: una colección de 35 sellos goshuin, inspirados en los que los peregrinos recogen en templos y santuarios, y que presentan los atractivos de los parques nacionales del país.

Lanzados por el ministerio de Medio Ambiente nipón, estos sellos, cada uno diseñado como una pequeña obra de arte, se pueden adquirir en los centros de visitantes como recuerdo artístico de la experiencia en la naturaleza. Pura esencia japonesa para vivir… y coleccionar.