Al más puro estilo Johnny Mercer, se puede decir que, llueva o luzca el sol, pasear por Amberes es siempre una delicia. La ciudad flamenca es una de las más elegantes y encantadoras de Europa: una auténtica capital mundial de la moda y el diseño sobre la que siguen reinando Los Seis de Amberes -Dries Van Noten, Ann Demeulemeester, Dirk Bikkembergs, Marina Yee, Dirk Van Saene y Walter Van Beirendonck- y sus herederos.
A la sombra de la preciosa casa de Rubens, en pleno proceso de renovación, se extiende la Schuttershofstraat, una de las calles más exclusivas de la ciudad, flanqueada de exclusivas flaghsips, tiendas multimarca y ateliers -de Chanel a DSQUARED2, de Soeur a Moncler– y donde luce desde el pasado otoño Blinds, la primera obra de arte para un espacio público del artista y ex-diseñador de moda Martin Margiela. La obra es un monolito circular de acero, con un acabado reflectante, y su superficie toma como referencia las lamas de una persiana, pero con una capa adicional de misterio que entronca con el ADN de la obra artística de Margiela, que comenzó su carrera como artista en 2010, dos años después de dejar la dirección de la maison honónima, que ostentó desde 1988.
Precisamente el glamour de los escaparates de los comercios y sus clientes, el bullicio de los transeúntes -hasta 1.1 millones al año- y el mismo dinamismo de Amberes son la inspiración para la escultura. Según el Museo Middleheim, la institución que dirige Kunst in de Stad (Arte en la Ciudad), la colección urbana de obras de arte en espacios públicos de Amberes en la que se engloba Blinds, “la obra de arte reflectante también hace un guiño a los escaparates de las tiendas que bordean la calle. Los transeúntes ven lo que está expuesto y también un atisbo de sí mismos”, examinando así la idea de “ver y ser visto, del atractivo y el brillo, y la imprevisibilidad de la vida en la ciudad”. Otra razón más de peso -y van…- para darse una escapada a Amberes.