Las monumentales ciudades y los pintorescos pueblos de la conocida como «la bota» de Europa siempre se han posicionado entre los destinos preferidos de los turistas. Concretamente, en el puesto 5º este pasado 2023 según el último ranking publicado por la Organización Mundial de Turismo, donde su arte, comida y belleza brilla por sí solas a lo largo de sus urbes, valles y costas. Es cierto que Italia es un tesoro mediterráneo ideal para toda variedad de vacaciones y viajes, sin embargo, este amor por la «bella Italia» es tan popular que su turismo ha escalado hasta un punto en el que se le denomina como «excesivo». De ahí que el gobierno italiano tenga en mente implementar una dura subida de tasas turísticas para ayudar a las ciudades en sus ingresos y fomentar la responsabilidad en los visitantes.
No obstante, las asociaciones de la industria hotelera y turística no caminan por el mismo sendero a la hora de aceptar un posible aumento de tasas de hasta 25 euros, ya que dicen «que podría ser una razón de freno y no de fomento ante un momento en el que Italia ya se enfrenta a múltiples competidores europeos» como bien coinciden la asociación que representa a los pequeños y medianos hoteles, Federalberghi, y Barbara Casillo, la directora de Confindustria Alberghi, que representa a hoteles más grandes y cadenas globales.
«Si asustamos a los viajeros que acuden a nosotros dando la impresión de que queremos quedarnos con lo que podamos, no estamos haciendo un buen servicio al país», dijo Casillo en una entrevista. A la que respondió el Ministerio de Turismo, dirigido por Daniela Santanchè del partido Hermanos de Italia de la Primera Ministra Giorgia Meloni, que todavía están pendientes «de un diálogo con estos organismos en septiembre acerca de esta prometedora propuesta de cambio de las normas de la tasa turística».
El organismo de turismo italiano insiste en que en estos tiempos de «turismo excesivo», dicha modificación impulsaría a una mejora de los servicios y de sus cuidados, «cuyas tasas no son todas un impuesto» según Santanchè.
Pero, lo que verdaderamente se pregunta el sector turístico es «si estas cantidades están destinadas realmente a la disposición de los turistas o a fines del propio Estado«, tal y como dice Marina Lalli, presidenta de Federturismo, organismo que representa a todo tipo de empresas turísticas. Sospechas que se rigen según casos en los que los ingresos de las tasas turísticas han sido utilizados para cubrir grietas presupuestarias y no para fondos turísticos como la señalización multilingüe y el mantenimiento de los lugares turísticos.
Igualmente, la última propuesta del Gobierno, según Financial Times, consiste en: 5 euros por habitación y noche para aquellas con un precio inferior a 100 euros; 10 euros por noche para las que se encuentren entre 100 y 400 euros; 15 euros para las que tengan un coste de entre 400 y 750 euros; y 25 euros por noche para aquellas que superen los 750 euros.
Para los residentes estos números son música para sus oídos, ya que de esta forma las tasas podrían compensar su indignación frente a las consecuencias causadas por los 65 millones de turistas registrados en el país italiano este 2023. Entre ellas está la pérdida del carácter tradicional de los centros urbanos o el aumento imparable de apartamentos convertidos en alojamientos vacacionales de corta duración. En cambio, para el sector turístico, en parte, es como una pesadilla, porque parte de los fondos se dedicarían a la recogida de basura.
Normalmente, las ciudades italianas ya aplican estas tasas para los alojamientos durante la noche tanto a los visitantes extranjeros como propios italianos, no obstante, estas oscilan entre 1 y 5 euros pero persona y noche, siempre a dispensa de las características del hotel o pensión en las que se hospeden. Según el Banco de Italia, en 2023 se recaudaron 775 millones de euros en tasas turísticas, cuya suma despegó gracias a que el Gobierno de Meloni ampliarán estas tasas hasta 10 euros, incluso algunas ciudades como Venecia, han aplicado tasas personalizadas como la de cobrar una tasa de entrada para visitar su centro histórico durante un día.
«El turismo pone a prueba la naturaleza y toda la infraestructura de la ciudad«, declaró Eike Schmidt, ex director de la Galería de los Uffizi de Florencia y ahora miembro de su ayuntamiento. «Italia está lejos de Bután, pero es absolutamente correcto tener mayores aportaciones de turistas».