En lo que va de mes se ha registrado un incremento del 6,3% respecto a las reservas de alojamientos turísticos en nuestro país, en comparación con las cifras de junio del año anterior. Esto es lo que se desprende de las informaciones aportadas por GuestReady, empresa especializada en la gestión de este tipo de alquileres.
Según las previsiones de esta compañía y teniendo en cuenta términos de ocupación general de pisos turísticos, Barcelona y Málaga lideran con un 70% de los pisos ya reservados para el verano, seguidas por Valencia con un 67% y Madrid con un 38%.
En cuanto a los precios, Málaga se posiciona como la ciudad más cara, con un promedio de 198 euros por noche, alcanzando 236 euros en el mes de agosto. Le sigue Barcelona, con 190 euros; Valencia, con 168 euros, y Madrid, con 118 euros por noche. Esta misma empresa prevé un crecimiento del 12% en ocupación para Málaga y Barcelona en comparación con el verano pasado.
A pesar de este crecimiento, la valoración de GuestReady constata que Valencia ha experimentado una disminución del 9%.
Influencia de los eventos culturales
El auge del mercado del alquiler turístico se debe en gran medida a la celebración de eventos importantes en ciudades clave. Por ejemplo, durante las últimas semanas, Madrid ha alcanzado el 100% de ocupación gracias al Pokemon GO Fest y a los conciertos de Taylor Swift o Bruce Springsteen. Eventos como el MadCool Festival y los conciertos de Metallica también están impulsando la demanda en el mes de julio.
De manera similar, en Barcelona la ocupación está siendo alta debido al Sónar Festival, celebrado del 13 al 16 de junio, las festividades de Sant Joan y el Gran Premio de Fórmula 1 del 21 al 23 de junio. En Valencia, el concierto de Luis Miguel, el 27 de junio, ha llevado a una ocupación máxima. Por su parte, Málaga también muestra cifras alentadoras, con el Brisa Festival, del 25 al 27 de julio, alcanzando una ocupación del 78% por el momento.
Desafíos para el sector
En este contexto de crecimiento y expansión, GuestReady identifica como principal desafío para el sector la operatividad durante el verano, cuando el número de check-ins se duplica en comparación con el invierno. Para enfrentar esta demanda, la empresa ha implementado estrategias rigurosas, desde limpiezas profundas, pasando por una mejor comunicación cliente-propietario e implantación de nuevas tecnologías, hasta unas necesarias revisiones de aire acondicionado previas, asegurando así la mejor experiencia posible para los huéspedes durante la temporada alta.