Durante la Primera Guerra Mundial, las crestas montañosas de la región del Trentino, en el norte de Italia, fueron escenario de cruentas batallas. Los soldados lucharon contra dos enemigos: por un lado, el ejército oponente; por otro, la nieve, el hielo y las avalanchas. Y todo ello en un entorno extremo.
Lo que fue aquella línea del frente hoy se ha transformado en una ruta de senderismo conocida como Sentiero della Pace (Camino de la Paz, en italiano). La ruta recorre 495 kilómetros de esta región alpina, con toda la señalización marcada con el símbolo de la paloma de la paz. Por el camino salen al paso los escenarios donde se desarrollaron emblemáticas batallas de la Primera Guerra Mundial entre italianos y austrohúngaros.
Ahora, además, el sendero acaba de experimentar una renovación integral y se ha lanzado una nueva aplicación en la que los excursionistas pueden encontrar mapas e información sobre la ruta.
Cómo es el Camino de la Paz
Esta ruta se divide en siete secciones, que se pueden recorrer en 35 etapas. Si se desea realizar el Camino de la Paz al completo hay que reservarse no menos de 30 días de caminatas. La ruta está bien señalizada y, en caso de pérdida, se puede buscar el símbolo de la paz, la paloma, como guía. El mejor momento para recorrerlo es desde finales de la primavera hasta el otoño. Y en todo momento se puede seguir el camino a recorrer utilizando el mapa de Va’ Sentiero que está en la web visittrentino.info.
La salida se realiza en Passo del Tonale, desde donde inmediatamente se afrontan algunos tramos de gran altitud y se cruzan los glaciares Adamello-Mandròn. Luego la ruta continúa a lo largo de cientos de kilómetros de caminos de mulas y trincheras, pasando por docenas de fortalezas, puestos de vigilancia y baterías antiaéreas, túneles y cuarteles sobre las desafiantes alturas de los glaciares. También se pasa por pequeños cementerios y varios museos repartidos por los diferentes valles del Trentino.
Desde Colle di Miravalle, donde cada tarde suena la Campana de los Caídos, se sube hacia el monte Zugna y la «zona sagrada» del monte Pasubio. Luego se afrontan las mesetas cimbrias y las rocas rojas de la cadena Lagorai, para llegar a las crestas fortificadas de la montaña Marmolada. Después tantas jornadas de caminata entre montañas, bosques, lagos alpinos, arroyos y cascadas, el Camino de la Paz finaliza en el glaciar del mismo nombre en Val di Fassa.
Seguir el Camino de la Paz supone montarse en una montaña rusa de emociones, entre lugares históricos, bosques repletos de flora y fauna, verdes pastos de montaña, arroyos y rugientes cascadas y picos envueltos en silencio desde donde se domina toda la belleza de estos valles.
Este tema es un extracto del publicado en Forbes.com, cuya versión íntegra se puede leer aquí.