Es verdad que Inglaterra cuenta con castillos con tanta fama mundial como Windsor y Warwick. Pero no es menos cierto que en ese país también se pueden encontrar (y visitar) castillos menos conocidos, igualmente monumentales y, desde luego, muy ricos en historia.
Gestionados por Britain’s National Trust, una organización que salvaguarda los tesoros naturales e históricos de Gran Bretaña, en estos castillos (algunos intactos y otros en ruinas) aún se pueden escuchar historias de intriga, ambición y resiliencia.
Cada uno de ellos supone un retazo del pasado de Inglaterra: desde fortificaciones medievales hasta románticas recreaciones de la época victoriana.
Castillo de Bodiam, Sussex del este
Bien conocido en Inglaterra, pero sin duda mucho menos entre los visitantes internacionales, el Castillo de Bodiam es el ejemplo por excelencia de fortificación medieval, construido a finales del siglo XIV en medio de la agitación de la Guerra de los Cien Años.
Sir Edward Dalyngrigge, un caballero que había demostrado su valía a las órdenes de Eduardo III, fue el fundador del castillo. Aunque su propósito inicial era defenderse de los invasores franceses, algunos historiadores sugieren que la grandeza de esta construcción quiso ser también un reflejo del estatus social y la riqueza de Dalyngrigge.
Hoy en día, ofrece una mirada al mundo medieval, con el tranquilo telón de fondo de la campiña de East Sussex. En días tranquilos, su reflejo en el foso circundante crea una escena pintoresca que supone la más pura visión romántica de un castillo medieval inglés.
Castillo Corfe, Dorset
Situadas en lo alto de una colina, en el corazón de Purbeck Hills, las ruinas del castillo de Corfe cuentan una historia de más de mil años. Originario del siglo XI, posiblemente se construyó sobre los restos de una fortificación romana. El castillo ha sido testigo de acontecimientos fundamentales en la historia del país. Su ubicación fue elegida estratégicamente para proteger la ruta principal de la red defensiva de Inglaterra.
Por eso mismo también se convirtió en un objetivo militar. Después de la Guerra Civil Inglesa (1642-46), algunas partes del castillo de Corfe fueron demolidas, para evitar su uso como fortaleza militar.
Lo que queda hoy es una ruina de una belleza inquietante, cuya silueta quebrada es un poderoso símbolo de resiliencia. Visible a kilómetros de distancia, ofrece un sorprendente contraste con el idílico pueblo de Corfe.
A pesar de su ruinoso estado, hay mucho que ver y hacer durante una visita a este castillo. De hecho, la audioguía (de descarga gratuita en el teléfono móvil), revela muchos secretos del pasado del castillo.
Castillo de Dunster, Somerset
Ubicado en el atractivo paisaje de Somerset y con una vista panorámica del Canal de Bristol, el Castillo de Dunster lleva ahí, en sus diferentes formas, desde hace más de mil años.
En sus inicios como estructura de motte y bailey (una forma rudimentaria de fortificación a base de madera), luego transformado en una gran fortaleza de piedra y, por último, como una refinada residencia victoriana: el Castillo de Dunster encarna la evolución de las residencias aristocráticas inglesas.
Por tanto, su imagen actual, palimpsesto de estilos y épocas, narra la evolución del castillo a lo largo de los siglos. Dentro de sus muros, una rica colección de objetos y muebles desvela historias de las personas que lo vivieron, gobernaron y visitaron.
Siguiendo el tranquilo jardín arbolado en paralelo al río se puede llegar hasta el histórico molino de agua, aún en funcionamiento. Los visitantes pueden, incluso, comprar harina integral orgánica directamente en el propio molino.
Castillo de Wray, Distrito de los Lagos
La arquitectura de estilo neogótico del castillo de Wray, a orillas del lago Windermere, en Lake District, supone una perfecta postal de la Inglaterra victoriana.
Wray Castle tiene una historia intrigante, no como fortaleza histórica sino como residencia privada del siglo XIX, un reflejo de la fascinación que sentían las élites de la época victoriana por los castillos medievales. Sus torres, con el telón de fondo de uno de los paisajes más pintorescos de Inglaterra, evocan historias de una época pasada, aunque nunca formara parte de en las batallas o los dramas reales de la Inglaterra medieval.
Sin embargo, el encanto del castillo reside en su impresionante ubicación junto al lago y su factura arquitectónica. La planta baja del castillo está abierta, lo que permite a los visitantes explorar una exposición de fotografías en el interior, que más parece una iglesia.
Jardín del castillo de Sissinghurst, Kent
El jardín del castillo Sissinghurst, en Kent, representa una manifestación diferente del legado histórico. Una que hunde sus raíces en la belleza y la tranquilidad de los renombrados jardines ingleses y no en el pasado militar de los castillos al uso.
Creados por la ilustre escritora Vita Sackville-West y su marido, el diplomático Harold Nicolson, en el siglo XX, los jardines de Sissinghurst encarnan la visión de belleza, diversidad y armonía de que hacía gala esta pareja.
Dividido en una serie de «habitaciones», cada espacio del jardín está dedicado a una combinación de colores o concepto temático diferente: desde el sereno jardín blanco hasta el vibrante jardín de la cabaña.
Este enfoque innovador lo ha convertido en uno de los jardines más famosos de Inglaterra y en una fuente de inspiración para jardineros y amantes de la naturaleza, en general.
Antes de visitar cualquiera de estos castillos, siempre es una buena idea consultar la web oficial de Britain’s National Trust para acceder a la información más actualizada sobre la visita, eventos, aparcamientos y horarios de apertura.
Este tema es un extracto del publicado en Forbes.com. Si quieres ver la versión original, pincha aquí.