La pasión de Jennifer Loh por el activismo ambiental comenzó a una edad temprana, impulsada por los grandes viajes de su familia y un momento crucial vivido durante sus años de colegio. Un artículo en la revista Time sobre el calentamiento global despertó su preocupación por el medio ambiente y la inspiró a tomar medidas. Este temprano despertar marcó el comienzo de un compromiso vital con la sostenibilidad y la conservación.
Ya mayor, Loh comenzó a trabajar en Hyatt Regency, Maui (en las islas Hawái) donde fue copresidenta de The Green Team durante el proceso de certificación LEED de ese establecimiento. Trabajando estrechamente con el director de Ingeniería, fue testigo del ahorro de 250 toneladas de desechos de alimentos y de la transición exitosa a fuentes de energía renovables, en particular la energía solar.
A medida que el hotel implementó diversas medidas de eficiencia energética, Loh comenzó a preguntarse por qué más empresas no adoptaban prácticas tan sostenibles. Al reflexionar sobre la experiencia, señala: «eso fue hace 15 años. Hyatt Regency Maui fue el primer hotel en Hawái en lograr la certificación LEED y, desde entonces, 25 hoteles más han seguido su ejemplo». Este viaje transformador la llevó a cofundar Travaras, una startup de viajes regenerativos dedicada a promover prácticas sostenibles en la industria hotelera.
A medida que surgen estos nuevos conceptos respecto a los viajes y el turismo lo hace también un nuevo lenguaje. Un término como «sostenible» se ha vuelto omnipresente y le sigue el camino «lo orgánico». En ocasiones se ha utilizado «regenerativo» para describir prácticas sostenibles. Así, los viajes regenerativos, un concepto con raíces anteriores a su definición formal, se presentan como un elemento más de una manera de entender el mundo en la que también entran los viajes sostenibles. ¿Pero se superponen estos conceptos? ¿Cuál es la diferencia entre los viajes regenerativos y los viajes sostenibles?
Amanda Ho, cofundadora de la plataforma de viajes llamada Regenerative Travel, lo explica de una forma simplista: ”es un tipo de viaje que es un acto de restauración, reposición y renovación del medio ambiente y la comunidad. Es una reciprocidad entre cómo el destino y hotelero buscan contribuir a un impacto positivo. Es la restauración del vínculo que tenemos con las comunidades y la naturaleza”.
Por su parte, O’Shannon Burns, directora del Programa de Gestión de Activos Turísticos Sostenibles de la Universidad de Cornell, explica que la regeneración, por naturaleza, es un concepto aspiracional.
Otra voz experimentada es la de Sarah Dusek, junto con su socio, Jacob, ambos auténticos innovadores en materia de viajes. Tras haber fundado la empresa de glamping más grande de Estados Unidos, Under Canvas, y venderla por más de 93 millones de euros, ella y Jacob han lanzado una nueva empresa, Few & Far. Se trata de un campamento de safari de ultralujo, con los valores de la sostenibilidad y de la regeneración como objetivos fundamentales.
Dusek ofrece su visión sobre el asunto: “mucha gente todavía no entiende realmente lo que significan los viajes regenerativos: es una palabra de moda. Usemos un lenguaje diferente que ayude a las personas a conectarse con el concepto. Por ejemplo, viajes retributivos, viajes que invierten en el medio ambiente y las comunidades locales, o viajes que marcan la diferencia».
Si bien los principios generales tanto de los viajes sostenibles y regenerativos apuntan a minimizar el impacto negativo del turismo y promover acciones positivas para el medio ambiente y las comunidades locales, y enfatizan la importancia de la conservación, la gestión de recursos y la participación comunitaria, la diferencia clave entre ambos radica en su enfoque. Y en su alcance.
Los viajes sostenibles se centran en mantener el status quo y garantizar que las actividades turísticas no agoten los recursos ni dañen los ecosistemas. Los viajes regenerativos van un paso más allá, al buscar activamente restaurar y regenerar el medio ambiente, las culturas y las comunidades impactadas por el turismo. Los viajes regenerativos tienen como objetivo dejar un destino mejor de lo que se encontró, promoviendo la biodiversidad, apoyando las economías locales y fomentando el intercambio y el entendimiento cultural.
Bahía de Ha Long, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Juan Barbour
Los viajes regenerativos son un concepto relativamente nuevo dentro de la industria de viajes y ocupan una porción pequeña pero creciente del mercado. Y van ganando impulso a medida que los viajeros y las empresas se vuelven más conscientes de la necesidad de ir más allá de la sostenibilidad. Los viajes regenerativos también satisfacen las demandas de los viajeros que buscan experiencias más inmersivas y auténticas en lugares remotos y poco visitados.
Ya hay notables Iniciativas como la Declaración de Glasgow sobre la Acción Climática en el Turismo. Concebida y firmada durante la COP 26, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2021, esta declaración compromete a los firmantes y a las partes interesadas con objetivos ambiciosos. Uno de ellos es el compromiso de reducir a la mitad las emisiones para 2030 y lograr emisiones netas cero para 2050. Para lograr estos objetivos, la declaración describe cinco directrices clave entre los firmantes: medir, descarbonizar, regenerar, colaborar y financiar. Señala un cambio significativo en el enfoque de la industria, enfatizando no sólo la sostenibilidad sino la regeneración activa del medio ambiente y las comunidades afectadas por el turismo.
En Hawái, donde la legislación ahora exige la certificación LEED para nuevos edificios y ofrece subvenciones para apoyar iniciativas de turismo regenerativo, el compromiso con las prácticas sostenibles es claro. Este enfoque proactivo no solo beneficia al medio ambiente, sino que también crea oportunidades para la innovación y el emprendimiento en la industria del turismo. Una analogía de Lisa Hennessy, cofundadora y directora de marca de Travaras, lo explica con bastante claridad
Según ella, los viajes regulares se consideran un «menos», ya que a menudo suponen quitarle algo al lugar y a su gente visitados, dejándolo en peor situación que antes. La sostenibilidad, por su parte, se representa como un «0», pues los viajeros pretenden dejar el lugar tal como lo encontraron, sin mayores daños. Los viajes regenerativos, sin embargo, son el objetivo final, medido como un “Plus”, pues el viajero deja el destino mejor de lo que lo encontró, contribuyendo activamente a su regeneración y bienestar.
Conforme se acerca la época estival, la de mayor concentración de viajes, los expertos entrevistados en este tema recomiendan algunos destinos a considerar para una experiencia vacacional regenerativa y transformadora.
Songsaa, Camboya
Tras unas magníficas vacaciones de dos semanas en ese país, la fundadora y directora ejecutiva, Melita Koulmandas, descubrió una pequeña isla completamente cubierta de basura y un ecosistema moribundo. Decidió quedarse y se comprometió a revitalizar la zona. Con la colaboración de la comunidad local, en 18 meses se convirtió en la primera área marina protegida de Camboya La zona marina finalmente se convirtió en un Parque Marino Nacional. Koulmandas abrió Songsaa en 2012 como una iniciativa viva que promueve la continuación de la revitalización del archipiélago donde se encuentra.
Emboo, Kenia
Un safari de lujo y neutral en carbono en el centro de Masai Mara, sin dejar rastro en la idiosincrasia de la zona: esto supone el uso de tiendas de campaña que funcionan completamente con energía solar, una flota de jeeps eléctricos para el transporte, agua 100% reciclada, alimentos procedentes de huertos locales y cero químicos en los productos de limpieza. Y la emoción de observar de cerca los animales del safari.
Andaz Maui en Wailea, Hawái
Un hotel reciclado de 5 estrellas con certificación Leed Silver que ofrece una gran eficiencia de ahorro con el uso de energía solar para el sistema de agua caliente, gracias a paneles situados en la azotea, reducción de desechos, cristalería hecha con botellas de vino recicladas, bicicletas gratuitas para los huéspedes y puertos de carga para vehículos eléctricos en el propio establecimiento.
Manta, en Isla Pemba, Tanzania
En una isla remota frente a la costa de Tanzania, este complejo de lujo de 5 estrellas alberga impresionantes habitaciones con vistas al océano y con jardín, junto con una estructura flotante que alberga una sala submarina. La joya de la corona es el exclusivo Coral Reef Safari para dos personas, con guía personal y un recorrido de tres horas por los arrecifes de coral junto a la isla. Todos los ingresos de dinero apoyan a la fundación asociada, Kwanini, para continuar con los esfuerzos de conservación y preservación.
Grand Teton Luxury Tented Camp
Una experiencia de lujo personalizada entre los emblemáticos y pintorescos picos del Parque Nacional Grand Teton de Estados Unidos. Con el objetivo de no dejar rastro, los viajeros duermen en una tienda de campaña estilo safari construida a medida y situada en un rancho local. Todo el equipo se empaqueta cuando terminan, sin dejar rastro, y durante la experiencia se toman alimentos locales, además de utilizar energía solar.
Tema publicado en Forbes. Puedes leer el original aquí.