Viajar en el tiempo, sumergirte en las páginas de la historia y vivir en otra época es posible gracias a Áurea Hotels. La marca de Eurostars Hotel Company hace realidad este sueño fusionando el esplendor del pasado y las comodidades del presente para desembarcar en una aventura única.
El lugar donde el tiempo se detiene
En pleno corazón de la Ribeira Sacra, con unos interminables jardines y situado entre bodegas milenarias, se alza el Áurea Palacio de Sober, un antiguo pazo con murallas del siglo XII que salvaguarda la historia de Galicia.
Escenario de eventos históricos como la vuelta Irmandiña, el palacio es un lugar único donde el tiempo parece detenerse y sólo el presente cobra importancia.
Sus habitaciones, amplias y luminosas, son el refugio perfecto para descubrir el encanto que se esconde en esta tierra y transportarte a épocas pasadas.
Además, podrás entregarte a la gastronomía local en su restaurante Dona Branca y encontrarás en su spa con vistas a la naturaleza un oasis destinado al bienestar.
Recorrer la historia de Lisboa
A orillas del río Tajo se sitúa uno de los hoteles más emblemáticos de la ciudad: el Áurea Museum, construido sobre el antiguo Palacio de Coculim del siglo XVI, que acogió a distinguidas familias estrechamente relacionadas con la corte y sus muros presenciaron la ocupación romana, invasiones islámicas y el comienzo de viajes en busca de un nuevo mundo.
Este elegante establecimiento, impregnado de la esencia y la magia del pasado, narra de forma elocuente la historia de la ciudad. En su interior, alberga una fascinante zona expositiva donde se exhiben restos arqueológicos de incalculable valor, entre los que destaca una estela fenicia, considerada la más antigua de Europa y un auténtico tesoro datado en el 6000 a.C.
Legado de Cádiz
Una casa palacio barroca, construida a mediados del siglo XVIII y remodelada después según los gustos isabelinos, situada en pleno corazón de Cádiz, así es el hotel Áurea Casa Palacio Sagasta.
El edificio desempeñó un papel crucial durante la Guerra de Independencia (1808-1814) al albergar la Embajada Británica.
Desde su tradicional patio central, hasta la escalera monumental de dos tramos y pasando por la torre mirador, una de las de mayor envergadura de la ciudad, cada rincón de este antiguo palacio enciende la imaginación del visitante y lo traslada a algunos siglos atrás. Alojarse en él es sumergirse en el legado gaditano y vivir la historia de la “Tacita de plata” en primera persona.