La cuenta atrás para los Juegos Olímpicos de Verano de París ya está en marcha. Momento en que la Ciudad de la Luz se transformará en un estadio en vivo por tercera vez en la historia. París ya es una de las ciudades más visitadas del mundo (con casi 36 millones de visitantes en 2023), pero coincidiendo con el mayor evento deportivo internacional, entre el 26 de julio y 11 de agosto, se prevé que habrá 16 millones de viajeros adicionales.
Quien no haya llegado a la primera ronda de venta de entradas individuales, el verano pasado, no tiene por qué preocuparse: de forma progresiva se van a ir poniendo a la venta entradas para los diferentes eventos en los próximos meses. Por supuesto, estar en las gradas es sólo una parte de la diversión.
Dónde ver los Juegos
En una de muchas novedades, la ceremonia de apertura el 26 de julio no se desarrollará en un estadio, sino en el corazón de la ciudad, cuando 160 barcos llenos de atletas desfilen a lo largo del Sena hasta el Trocadero, convirtiendo el río en el escenario principal. Con una entrada se accede a los muelles inferiores, desde el Puente de Austerlitz hasta el Puente de Iéna, pero otros muchos espectadores podrán apostarse también en las orillas para ver el espectáculo, que se retransmitirá en 80 pantallas gigantes.
También se podrá ver la celebración en una de las casi 30 fan zones gratuitas en la región de París. Dos de los barrios más céntricos que emitirán en directo los eventos serán el distrito 19, en el parque de La Villette, y el Trocadero, en el distrito 16, junto a la Torre Eiffel.
A lo largo de los 19 días que durarán los Juegos Olímpicos se llevarán a cabo 329 eventos de 41 deportes, tanto en la capital francesa como en sus alrededores. Así, un lugar tan emblemático como el Grand Palais será la sede de la esgrima y el taekwondo.
En los alrededores de París, la localidad de Seine-Saint-Denis será la sede de la Villa Olímpica y Paralímpica. Además, el torneo de fútbol se llevará a cabo en seis estadios en todo el país (Burdeos, Nantes, Lyon, Saint-Etienne, Niza y Marsella), por lo que alojarse en el centro de la ciudad facilitará los desplazamientos de un evento a otro.
Dónde alojarse
Para disfrutar de esta gran fiesta del deporte, una buena opción es el hotel de cinco estrellas Cheval Blanc Paris, reconocido con cinco estrellas por Forbes Travel Guide. Muy cerca del Pont Neuf, su terraza panorámica en el séptimo piso, Le Tout-Paris, ofrece magníficas panorámicas del Sena y la centelleante Torre Eiffel. Para disfrutar de una comida digna de una medalla, nada como reservar una mesa en el restaurante Plénitude, toda una experiencia.
Quienes tengan la suerte de alojarse en el suntuoso Hôtel de Crillon, A Rosewood Hotel, tendrán una butaca de privilegio para contemplar las competiciones de nuevos deportes como el breakdance, además del skate, el BMX freestyle y baloncesto tres contra tres. El escenario elegido es la Place de la Concorde, que se convertirá en un parque urbano con cuatro estadios, un escenario para dj’s, zonas de descanso y diferentes opciones de restauración.
Por su parte, el Ayuntamiento de París, el Hôtel de Ville, será el punto de partida de la mítica maratón de larga distancia. Entre los hoteles más cercanos a este acntecimiento, Le Grand Mazarin se encuentra en una esquina de la plaza y, parece ser, tiene aún algunas habitaciones disponibles.
Lo mismo ocurre con el Hotel Raphael Paris, recomendado por la Forbes Travel Guide, un encantador hotel de gestión familiar que está a solo un tiro de jabalina de los Campos Elíseos.
A dos minutos a pie de Roland-Garros, sede del tenis y el boxeo durante estos Juegos Olímpicos, está Molitor, un hotel del lujoso distrito 16 que es conocido por su piscina Art Déco. La piscina y el amplio Spa by Clarins supondrán un auténtico respiro durante el calor del verano. Los huéspedes pueden ver eventos en pantallas repartidas por toda la propiedad, incluido el bar de la piscina.
Una ventaja de alojarse en estos hoteles de alta gama es que el conserje puede ayudar mucho para conseguir reservas en restaurantes y entradas para los espectáculos populares.
Qué hay que ver
Más allá del deporte, París ofrece mucho más para conquistar este verano. “Noche con los impresionistas, París 1874” del Musée d’Orsay (hasta el 11 de agosto) es una experiencia única que, con la ayuda de un casco de realidad virtual, permite sumergirse por completo en un estudio de arte del siglo XIX en el Boulevard des Capucines.
Hasta el 2 de septiembre, la Colección Pinault se exhibirá de forma pública en la Bolsa de Comercio, mostrando una selección de piezas de la década de 1980 que se enmarcan en el tema “Le monde comme il va” (El mundo tal y como avanza).
Dado el tráfico que caracteriza a esta ciudad, la mejor manera de llegar a estos centros de exposiciones (o a cualquier otro lugar) es a pie o en transporte público (el Metro es la opción más confiable). Dado que los barrios céntricos de París (Louvre, Le Marais, Saint-Germain-des-Prés y Barrio Latino) seguramente estarán bastante abarrotados de público, quien quiera un descanso de las multitudes, lo mejor es que se dirija a otras zonas igualmente pintorescas pero mucho menos frecuentadas
En el Canal Saint-Martin, por ejemplo, se puede navegar al tiempo que se admira el arte callejero. También es recomendable la visita a Pigalle en el distrito 9, a la sombra de la basílica del Sacré-Cœur de Montmartre. Un barrio especialmente encantador ahora que ha limpiado su sórdida fama por haber sido en algún momento el «barrio rojo» de París.
Dónde comer y beber
Para cenar en el centro de la ciudad, cerca de Les Halles, la emblemática brasserie Au Pied de Cochon, está abierta todo el día hasta las 5 de la mañana. También todo el día abren los restaurantes informales Bouillon, en Pigalle y République. Y muy recomendables son los animados restaurantes de cocina francesa y las enotecas bares de la Rue du Nil en Sentier, cerca de Les Halles.
El segundo distrito, particularmente alrededor de Sentier, es un lugar muy céntrico, próximo al Ayuntamiento, que está viviendo un renacimiento dentro del capítulo de la restauración con nuevas incorporaciones como el restaurante Tekés, de inspiración israelí, y su hermano Shana, un bar de vinos mediterráneos con platos compartidos, ideal para cenas informales en grupo.
Le Fumoir, frente al Louvre, es uno de los favoritos para tomar un aperitivo y observar a la gente pasar en la terraza, mientras que Le Mary Celeste, en Le Marais, nunca falla con sus caprichosos platos pequeños, cócteles artesanales y una gran selección de vinos por copa.
Por último, en Pigalle está la singular experiencia de Soho House (en un edificio que perteneció a la familia del cineasta Jean Cocteau). También varias azoteas panorámicas, como el Bar sur le Toit del Hôtel Rochechouart. Uno de los pocos lugares de la ciudad para disfrutar prácticamente en soledad, con vistas de 360 grados, incluida la Torre Eiffel.
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