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Un nuevo informe de la Comisión Europea revela el principal riesgo para el turismo en España

El turismo, un pilar crucial de la economía española que representa el 12% del producto interno bruto (PIB), se enfrenta a un desafío considerable: luchar contra el cambio climático. Sí, también afecta (y de qué manera) al turismo. Un reciente estudio de la Comisión Europea, titulado «Regional impact of climate change on European tourism demand», señala a España como una de las regiones más vulnerables al cambio climático en términos de turismo. En particular, zonas como la Región de Murcia y las Islas Baleares podrían enfrentar caídas significativas en la llegada de turistas bajo escenarios extremos de aumento de temperatura.

Las proyecciones del estudio para España son particularmente severas para la temporada alta. En los escenarios de una subida de temperaturas de tres y cuatro grados se daría una caída de la demanda turística del 1,6% y del 3,1%, respectivamente (esta estimación incorpora un incremento de la demanda turística entre octubre y mayo). Sin embargo, para los meses de julio y agosto, prevé una caída de la demanda turística de casi el 10% en el escenario de una subida de tres grados y de más del 15% en el escenario de cuatro grados.

La vulnerabilidad al cambio climático se ve ya en nuestro día a día, sin duda. De hecho, un análisis de CaixaBank, que ha estudiado los pagos con tarjetas en los TPV del banco, revela que las zonas más cálidas de España tuvieron un crecimiento del gasto turístico más lento durante las temporadas altas de 2019 y 2023. Este fenómeno se muestra como una señal clara de que el sector turístico debe prepararse para un futuro marcado por temperaturas más extremas.

El análisis muestra una correlación negativa entre el crecimiento del gasto turístico y la temperatura media en verano de 2023. Los municipios menos cálidos experimentan un crecimiento del gasto turístico significativamente mayor que los más cálidos. Mientras que la costa atlántica muestra un crecimiento positivo, la costa mediterránea sur experimenta un crecimiento más limitado. Además, el turismo rural destaca como un sector que ha mantenido un buen desempeño, posiblemente impulsado por el auge del turismo rural durante la pandemia.

Impacto diferente según el destino

Los municipios costeros y urbanos en las zonas menos cálidas muestran un mayor crecimiento del gasto turístico en comparación con los municipios más cálidos. Entre el verano de 2019 y el de 2023, el gasto turístico creció cerca de un 45% en los municipios costeros con temperaturas medias inferiores a 21 grados, mientras que en los municipios costeros más cálidos (temperatura media superior a 25 grados), el gasto turístico creció un 35% en promedio, lo que representa un diferencial de 10 puntos porcentuales. Este diferencial es similar en los municipios urbanos, pero muy inferior en los municipios rurales. Estas diferencias también se explican en parte por la saturación de determinados destinos de costa con elevadas temperaturas y, por tanto, con menor potencial para haber crecido entre 2019 y 2023.

Efecto de las olas de calor

El año 2023 fue el más caluroso registrado, según el Servicio de Cambio Climático Copernicus. El análisis del impacto de las oleadas de calor en el gasto turístico revela una disminución del gasto durante las horas más cálidas del día. Los sectores más afectados son el de restaurantes y ocio, mientras que las farmacias experimentan un ligero aumento en el gasto. Esto resalta la importancia de que el sector turístico se adapte a las preferencias cambiantes de los turistas durante las condiciones climáticas extremas.

A la luz de estos datos, «es crucial que el sector turístico innove e invierta en estrategias de adaptación», subraya el análisis de CaixaBank. Esto incluye el desarrollo de infraestructuras resistentes al clima, la reconfiguración de experiencias turísticas para satisfacer las preferencias cambiantes de los turistas y la promoción de prácticas sostenibles.

Para las áreas costeras, estrategias específicas como actividades acuáticas durante las horas más cálidas y mejoras en las instalaciones de sombra en las playas pueden mitigar los efectos del calor. Los destinos urbanos deben centrarse en espacios verdes, actividades culturales nocturnas y mantener a los turistas informados durante los periodos más cálidos. En última instancia, la sostenibilidad no solo contribuirá a mitigar el cambio climático, sino que también puede abrir nuevas oportunidades en un mercado cada vez más preocupado por la sostenibilidad.