En un cambio reciente que ha irritado a la comunidad de viajeros frecuentes, en algunos vuelos American Airlines ha sustituido sus habituales neceseres de tela o plástico con cremallera para la clase Business por cajas de cartón. Esta decisión, aparentemente motivada por consideraciones ecológicas, ha suscitado animados debates en la comunidad FlyerTalk. Los miembros están expresando su escepticismo, considerando el cambio como una medida de recorte de gastos y no como un auténtico esfuerzo medioambiental.
¿Almacenaje útil, recuerdo preciado o basura?
El cambio importa a los aviadores que han encontrado un uso posterior creativo para estos kits. Desde organizar cables y equipos electrónicos hasta guardar maquillaje, las pequeñas bolsas han disfrutado de una segunda vida en manos de muchos viajeros. Sin embargo, para los guerreros de la carretera que acumulan estos kits con más frecuencia de la que pueden darles un nuevo uso, el cambio puede suponer un alivio. Estos viajeros frecuentes suelen dejar los kits en el avión o desecharlos cuando se acumulan en casa.
Para el viajero ocasional, un kit de amenities de calidad no es sólo una colección de artículos esenciales de viaje; puede ser un recuerdo preciado de una experiencia de primera. Es algo tangible que prolonga el lujo de un viaje en clase preferente o primera clase mucho tiempo después del vuelo.
Personalmente, me inclino por este sentimiento. He utilizado a diario durante años una bolsa de amenities Bogner de un vuelo de Lufthansa. Del mismo modo, varias bolsas Polaris de United han encontrado su sitio en mi equipo de viaje y en mi almacén doméstico, reutilizadas para cables, aparatos electrónicos, artículos de aseo y pequeños objetos. Pero admito que también he regalado o desechado muchos más de estos pequeños kits.
Idea: optimizar para la reutilización
Un estilo de kit que no guardé fue el de United. Experimentaron brevemente con voluminosas latas metálicas para sus kits. Aunque únicas y teóricamente reutilizables –¿a quién no le gusta una bonita caja metálica?– estas latas eran difíciles de guardar en el equipaje de mano y propensas a abollarse. Nunca pregunté, pero supongo que las azafatas también las encontraban poco prácticas.
Las reacciones a los nuevos kits de amenities de American Airlines nos recuerdan el difícil equilibrio que deben alcanzar las aerolíneas. Tienen que ser responsables con el medio ambiente y rentables, al tiempo que mantienen la percepción de lujo para sus pasajeros de la cabina delantera. El embalaje de un kit de amenities de clase business es definitivamente un «problema del primer mundo» que afecta a una pequeña fracción del público que vuela, pero nos dice algo sobre cómo las aerolíneas enfocan la experiencia del cliente.
A medida que las aerolíneas luchan por fidelizar a sus clientes, estos detalles aparentemente menores pueden convertirse en diferenciadores significativos. Queda por ver si estas cajas de cartón serán acogidas como un paso sensato y ecológico o si se verán como una degradación de la experiencia del pasajero.
Sin embargo, una cosa es cierta: la comunidad de pilotos es siempre muy observadora y se hace oír sobre estos cambios. Incluso los pequeños ajustes en la experiencia del cliente no pasarán desapercibidos ni dejarán de comentarse.