El Hotel Westin Palace Madrid ha acogido este miércoles el Forbes Artificial Intelligence Summit 2025, un encuentro que ha reunido a líderes empresariales, políticos y expertos internacionales para debatir sobre el impacto de la inteligencia artificial en el presente y el futuro de nuestras sociedades. Organizado por Forbes España en colaboración con ISDI y Sigma Dos, y con el apoyo de los partners Deloitte, NTT Data, SAP, Seidor, Artificial Jungle, Moeve y Orange Empresas, el Summit ha ofrecido una radiografía de la transformación tecnológica en marcha.
Estas son las diez grandes conclusiones que deja el evento.
1. La IA no es una evolución: es una revolución.
Ignacio Quintana, CEO de Forbes España, abrió la jornada recordando que no se trata de una simple transformación digital, sino de una revolución social, económica y general. “Este Summit nos ayuda a entender el cambio que estamos viviendo. No solo en la parte de las empresas, sino también en la parte humana para ir adaptándonos a los tiempos que corren”, señaló.
2. El concepto de IA lleva décadas gestándose.
Nacho de Pinedo, CEO y cofundador de ISDI, recordó que la inteligencia artificial no es nueva: desde 1956 ya se hablaba de ella. Lo que ha cambiado es su capacidad para superar al ser humano en tareas estratégicas y cognitivas, gracias a la llegada del machine learning, el deep learning y la generative AI.
3. La IA ha alterado por completo el equilibrio global del poder.
Carme Artigas, co-chair del United Nations AI Advisory Body, explicó que la tecnología está redibujando las fronteras de la geopolítica. Arabia Saudí emerge como nuevo actor tecnológico, mientras que EE.UU. y China se disputan la supremacía. Europa, advirtió, necesita “velocidad y escala” para competir.
4. El campo de batalla ya no es solo físico.
Artigas introdujo un nuevo paradigma de conflicto que incluye seis dimensiones: tierra, mar, aire, ciberespacio, espacio sideral y espacio mental. La IA entra de lleno en las últimas tres, redefiniendo la seguridad nacional y la gobernanza global.
5. La geotecnología desplaza a la ideología.
La mesa redonda moderada por Javier Rodríguez Zapatero (ISDI) y compuesta por Irene Blázquez-Navarro (Center for the Governance of Change), Margaret Chen (China Club Spain) y Mira Milosevich (Real Instituto Elcano) coincidió en que el nuevo orden mundial se define más por el acceso y control tecnológico que por los sistemas de pensamiento.
6. Europa debe aprovechar su oportunidad.
Aunque rezagada respecto a otros bloques, Europa aún tiene margen para convertirse en potencia tecnológica. Para ello, debe actuar con cohesión, agilidad y visión estratégica común, según apuntaron varias voces a lo largo del Summit.
7. La IA también puede reforzar la democracia.
Irene Blázquez-Navarro destacó cómo las tecnologías de IA pueden utilizarse para procesos de escucha activa, participación ciudadana y toma de decisiones más informadas en la esfera pública. “Se están pensando en nuevas formas de democracia transnacional y para esto sirve la tecnología”, aseguró.
8. China lidera en IA… ¿con una visión más inclusiva?
Margaret Chen, exdirectora de Telefónica para Asia y presidenta de honor de China Club Spain, puso el foco en cómo China está democratizando el acceso a la IA, especialmente en países menos favorecidos. A su juicio, “OpenAI no era nada open”, y muchas grandes tecnológicas occidentales dependen del talento chino para innovar.
9. España, epicentro de los datos en el sur de Europa.
Javier Echániz (Deloitte) destacó que España se ha convertido en un referente en centros de datos, lo que le da una posición estratégica. No obstante, pidió una estrategia continental en temas clave como semiconductores, modelos de IA y gobernanza de algoritmos.
10. Retener talento será clave para liderar la IA.
Además de infraestructuras y marcos normativos, el futuro de la IA en España y Europa dependerá de la capacidad para formar, atraer y retener talento especializado en tecnología, datos y ética digital.
El Forbes Artificial Intelligence Summit 2025 ha dejado claro que la inteligencia artificial no solo transforma sectores: redefine sistemas. Y lo hace con una urgencia que exige decisiones valientes, visiones amplias y colaboración internacional.
