Los últimos relojes joya que te deslumbrarán por lo mucho que brillan

Hay relojes que brillan más que el sol, porque están cuajados de piedras preciosas y producen un destello sin igual en la muñeca. Son los relojes joya, que si están fabricados por las principales marcas relojeras suizas, combinan la más elevada mecánica en miniatura con el engaste exquisito de piedras preciosas. En los últimos meses hemos asistido al lanzamiento de algunas de estas piezas. Por supuesto, no son aptas para todos los bolsillos (su precio parte de 85.000 euros), y quizás tampoco para todas las muñecas. Requieren de actitud para ser lucidas, porque son las más lujosas y vistosas que se pueden encontrar en el mercado.

Classique Tourbillon 3358, de Breguet

El tourbillon, la principal invención del maestro relojero Abraham-Louis Breguet, es una de las complicaciones relojeras más intrincadas, pero no tiene secretos para la firma que fundó el francosuizo, Breguet. Y ésta no solo la incluye en modelos para hombre. Porque, ¿quién dijo que las mujeres no buscan también relojes complicados? En este Classique de oro rosa, el tourbillon, el protagonista indiscutible de la esfera, se ubica a las 6 h, como es habitual. Mas su abertura es ovalada y no redonda, como hasta ahora. Además, el puente de la jaula del tourbillon no es recto sino curvado, y se ha engastado con 14 diamantes.

Rendez-Vous Dazzling Night & Day, de Jaeger-LeCoultre

El Rendez-Vous, que Jaeger-LeCoultre lanzó en 2012 pensando en ellas, suele mostrar un bisel muy fino que, cuando se convierte en un modelo de alta joyería, se forma con dos hileras de diamantes con engaste en garras. Y, por primera vez, la variedad Rendez-Vous Dazzling luce una esfera totalmente engastada, con diamantes dispuestos en círculos concéntricos y fijados con pequeñas cuentas de oro. Con la excepción de la abertura día/noche de las 6 h, formada por un disco de nácar que gira con su sol y su luna creciente dorados sobre un fondo de estrellas.

Aquanaut Luce Rainbow 5260/355R, de Patek Philippe

En el caso de Patek Philippe, una de sus complicaciones estrella es la repetición de minutos, y acaba de incorporarla al Aquanaut Luce, el hermano pequeño del deportivo Nautilus en su versión para mujer. Y no solo ha ganado en complejidad, sino que se ha adornado con cientos de gemas de colores, de ahí su apellido Rainbow (arcoíris). Está decorado con 52 zafiros multicolores de talla baguette, 112 diamantes de la misma talla y 160 diamantes de talla brillante. Y se han empleado distintos tipos de engaste para sujetarlos: nieve y el más fascinante invisible. En su interior, el Calibre R 27 automático toca a demanda la hora, los cuartos y los minutos transcurridos desde el último cuarto sobre dos timbres clásicos, cuando se presiona el gatillo situado en el lado izquierdo de la caja. El resultado no puede ser más vistoso.

Patrimony Automático Joyería, de Vacheron Constantin

La sencillez y el minimalismo del clásico Patrimony de Vacheron Constantin se embellece por primera vez en su historia con un pavé de diamantes en este tres agujas que irradia luz. Para su esfera se ha elegido el engaste nieve, de manera que las piedras se colocan en un orden aleatorio, dejando la menor superficie posible de la base al descubierto. En total suman 769 diamantes redondos, de talla brillante.

Alpine Eagle Summit, de Chopard

Ésta es una nueva vuelta de tuerca para el Alpine Eagle, que inaugura las versiones «joyeras» del ejemplar con un degradado de zafiros blancos y rosas en su bisel. De tamaño generoso (41 mm de diámetro), es perfectamente unisex. Para su esfera texturizada se ha elegido el típico motivo radiante del Alpine Eagle, como si fuera el ojo de un águila, inspirada en la paleta de colores naturales del paisaje alpino. En este caso, toma el tono «agujas doradas», denominado así en el siglo XIX por la cresta rocosa de reflejos dorados que culmina en la parte suiza del macizo del Mont Blanc.