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Adiós a Brigitte Bardot, Venus del cine francés

Ha fallecido a los 91 años la leyenda francesa que convirtió su vida en un canto al arte, a la belleza, a la libertad y al activismo.

La que fue uno de los iconos más inolvidables del cine francés y símbolo sensual de los años 50 y 70, Brigitte Bardot (París, 1934-2025) ha fallecido este domingo a los 91 años, según ha declarado su fundación en el siguiente comunicado: «La Fundación Brigitte Bardot anuncia con inmensa tristeza el fallecimiento de su fundadora y presidenta, la señora Brigitte Bardot, actriz y cantante de renombre mundial, que decidió abandonar su prestigiosa carrera para dedicar su vida y su energía a la defensa de los animales y a su Fundación».

Según la prensa regional, Brigitte Bardot fue hospitalizada el 28 de septiembre para someterse a una «intervención quirúrgica importante destinada a tratar una enfermedad grave». La actriz y cantante francesa había ingresado en varias ocasiones en los últimos meses; en octubre se informó que permanecía hospitalizada en Tolón desde hacía semanas debido a esta operación relacionada con su delicado estado de salud.

Brigitte Bardot en su camerino durante la grabación del especial de televisión Bonne Année 2 Brigitte, en 1963.

Las nuevas generaciones y aquellos no fanáticos del cine clásico, conocían la faceta tardía de Bardot. Un rostro de pocos amigos, activista en favor de los animales, con ideas relacionadas con la derecha francesa más conservadora e incluso escandalosa y polémica. Sin embargo, BB -su apodo- llegó al mundo mediático francés e internacional de la manera más contraria posible. Como si de una nueva Afrodita se tratara.

Una Venus surgida de la espuma de mar de las portadas de revistas como “Elle” y “Le Jardin des Modes” desde muy joven, cuya huella quedaría sellada gracias a sus cincuenta y dos películas, las cuales se han convertido en completas esculturas a observar del séptimo arte. Su trayectoria como actriz comenzó en 1952 y entre sus películas más fundamentales se encuentran: Y Dios creó a la mujer (1956), La verdad (1960) y El desprecio (1963) , donde Bardot encontró su papel en la cultura popular: una belleza que dejaba atrás la ingenuidad y dio pie a la rebeldía e independencia sensual.

Su talento, además de su belleza también se escondía a plena vista en sus obras cinematográficas. Su interpretación en Viva Maria! (1965), dirigida por Louis Malle, le valió la nominación a los Premios BAFTA como Mejor Actriz Extranjera.

Brigitte Bardot y Sami Frey, en traje de noche, en los años 60.

En la música, su voz y su presencia quedaron para siempre en la memoria colectiva con el icónico single J’ai t’aime… moi, non plus, grabado en 1967 junto a Serge Gainsbourg, un tema que aún provoca rubor por los intensos y sensuales suspiros de Bardot.

A mediados de los años 1970, decidió alejarse del cine para dedicar su vida a la defensa de los animales, un compromiso que se materializó en 1986 con la creación de la Fundación Brigitte Bardot. Sus emblemáticas fotografías en Canadá denunciando la caza de focas durante esa década siguen siendo recordadas.

Bardot fue, es y será un icono de la moda. Sus primeros pasos estilísticos por la pasarela de la moda mediática dio pie al imaginario en el que todos pensamos a la hora de pensar en el chic francés. Siluetas favorecedoras y sensuales, sin falta de ornamentos excesivos, pero siempre con una sonrisa que enmarcaría la feminidad francesa en el tiempo. Con sus maquillajes, diademas anchas y peinados con volumen definieron un estilo sencillo, elegante y sensual que, además, lanzó a la fama la leyenda de lugares como Saint-Tropez en Francia y Buzios en Brasil.

En sus últimos años, vivió entre su icónica residencia de La Madrague y su refugio recóndito, La Garrigue, donde convivía con sus animales y cuidaba de su capilla privada.

Brigitte Bardot será recordada como un icono cinematográfico y un bello espíritu libre del que la sociedad no estaba preparada a admirar.

Brigitte Bardot con peluca, en el rodaje de El desprecio en Italia, 1963.