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Las novelas clásicas vuelven a la taquilla: ¿por qué estas historias siguen siendo rentables siglos después?

Los clásicos de ‘Frankenstein’, ‘Drácula’ y ‘Cumbres borrascosas’ vuelven a ser las historias que conquistan las butacas de los cines. ¿Cuál es el secreto de su inmortalidad?

Amores imposibles, la incógnita de la condición humana e incluso la distinción entre el bien y el mal. Todos estos temas son factores comunes en las películas que más entradas han vendido en las taquillas desde que uno tiene memoria. Sin embargo, estos argumentos ya han sido escritos siglos antes en papel y leídos por millones. Por lo que la pregunta debería ser, ¿por qué no nos cansamos de estas historias tan evidentes? La respuesta no es por el miedo a lo desconocido, sino la comodidad a lo familiar. Cada adaptación cinematográfica basada en una novela clásica sirve como una reminiscencia a las bases del imaginario ficticio universal. A veces, resulta necesario volver a esas raíces para recordarnos cómo funcionamos como sociedad e individuos. ¿Para qué están las historias sino para vivirlas una y otra vez? Y sinceramente, si nos ponen de portada a los actores más mediáticos y adorados del momento, mejor que mejor.

Dejemos atrás las preguntas introspectivas y ciñámonos a lo que realmente mueve el mundo. Las cifras. Números que suben cuando sus representantes visuales son de lo alto de la colina de las estrellas de Hollywood. Además de otros factores, como satisfacción estética, banda sonora distintiva y un director de renombre. Justo todas estas casillas las rellenan muchos de los estrenos más esperados de la temporada cinematográfica 2025/2026. Entre ellos se encuentran Frankenstein de Guillermo del Toro un monstruo taquillero producido de Netflix que ha ocupado los titulares y los post de Instagram durante semanas; la romántica Drácula de Luc Besson, recién estrenada este pasado 21 de noviembre en cines; y en el futuro más cercano, Cumbres borrascosas de Emerald Fennell.

Para nada resultan ser tres de las novelas clásicas más épicas de la historia de la literatura. P Pero, su impacto sigue estando presente tanto en taquilla y como en la cultura contemporánea, además de contar con reinterpretaciones previas que también lograron reconocimiento y éxito comercial. Por ejemplo, Frankenstein de Mary Shelley ha tenido versiones icónicas como la dirigida por James Whale en 1931 y Mary Shelley’s Frankenstein de Kenneth Branagh en 1994; Drácula de Bram Stoker fue reinterpretada magistralmente por Tod Browning en 1931, por Francis Ford Coppola en Bram Stoker’s Dracula (1992) y más recientemente por Gary Shore en Drácula (2012). En cuanto a Cumbres Borrascosas de Emily Brontë, destacaron la versión de William Wyler en 1939, la adaptación de Peter Kosminsky para televisión en 2009 con Juliette Binoche y Ralph Fiennes de protagonistas y Wuthering Heights de Andrea Arnold en 2011, cada una aportando su estilo propio y logrando tanto ovaciones de la crítica como del público.

El alto y tierno Frankenstein de Guillermo del Toro

La película Frankenstein de Guillermo del Toro -basada en la obra de Mary Shelley publicada en 1818-, estrenada el 7 de noviembre de 2025 y protagonizada por Jacob Elordi y Oscar Isaac, ha tenido un impacto impresionante en Netflix y ha generado gran expectación a nivel mundial. Aunque su lanzamiento en salas fue limitado, el filme contó con un presupuesto de 120 millones de dólares, mostrando la magnitud de la producción y la inversión necesaria para materializar la visión del director mexicano.

En la plataforma de streaming, la película acumuló 29,1 millones de visualizaciones en sus primeros tres días, y en tan solo 10 días superó los 62,9 millones de vistas, consolidándose como un fenómeno de audiencia. Además, según FlixPatrol, Frankenstein alcanzó el primer puesto en Netflix en 85 países durante su semana de estreno, destacando su éxito internacional y la acogida masiva del público. En resumen, su origen clásico, su producción y su criatura, todo un éxito.

El amor eterno del Drácula de Luc Besson

La versión de Drácula dirigida por Luc Besson -también titulada Dracula: A Love Tale– contó con un presupuesto de entre 40 y 45 millones de euros, y como acaba de estrenarse en cines, sus cifras en taquilla están aún por ver. Lo que sí se sabe es que estos primeros días en Francia el filme ha reunido a 266.000 espectadores en 559 salas, lo que representa un buen arranque para Besson.

Se trata de una reinterpretación del clásico mito vampírico de Bram Stocker publicado en 1897, solo que esta vez, se centra principalmente en el amor trágico y la pasión prohibida. Entre los protagonistas destacan Dhanush, quien interpreta al enigmático Drácula, y Morfydd Clark, en el papel de Mina, la mujer que despierta en él sentimientos prohibidos y lo enfrenta a su propia naturaleza. El filme ofrece una mezcla de acción, romance y estética visual característica de Besson, con escenarios góticos y estilizados que refuerzan el tono oscuro y seductor de la narrativa.

La pasión de Cumbres Borrascosas

Una de las historias de amor más grandes de todos los tiempos vuelve a cobrar vida casi 200 años más tarde de su publicación –publicada en 1847 por Emily Brontë-, solo que esta vez, a partir del talento de dos australianos que tienen a todo el mundo en la palma de su mano. Su directora, Emerald Fennell, vuelve a la gran pantalla tras éxitos como Saltburn (2023) -en la que también contó con Jacob Elordi como principal sujeto de pasión y obsesión- y Una joven prometedora (2020), con esta reinterpretación mucho más saturada y ardiente de este romance cargado de odio y venganza. Emily Brontë de 1847.

Se estrena el 13 de febrero de 2026, consolidándose como el regalo perfecto para el día de San Valentín. Directamente por las reacciones a su tráiler, promete ser uno de los bombazos taquilleras del próximo año.

Lo clásico también puede ser moderno

En conclusión, el renacer de estas novelas clásicas en la gran pantalla demuestra que las historias no caducan. La mezcla de dirección reconocida, reparto destacado y producción de alto nivel confirma que estos relatos siguen siendo relevantes y rentables, recordándonos que lo clásico puede sentirse moderno y capaz de despertar emociones nuevas y distintas a las originales. Esa es la magia del cine, ofrecer una perspectiva única y sensitiva que nos permite vivir las historia de manera diferente cada vez que la experimentamos.

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