Creatividad, artesanía y precisión. Estas son las tres características que definen los diseños de MO STUDIO I, la nueva línea de negocio de Multiópticas que saldrá a la venta el 20 de octubre y que nace para redefinir el modo en que miramos, entendemos y llevamos unas gafas. Porque más que un accesorio, son el reflejo de una forma de estar en el mundo.

Por eso, cada una de sus piezas —seis de graduado y ocho de sol— ha sido diseñada para resistir al tiempo, no a las modas. En palabras de Mónica López, directora de producto de Mó, “el objetivo es que esta nueva línea se conciba como un fondo de armario de gafas”. En definitiva, un concepto que construya lo que catalogan como la alta costura de la gafa: bien hecha y atemporal».
Esa idea de “alta costura” aplicada al universo óptico no es casual. Es el reflejo de una nueva concepción del lujo, alejada del exceso y cercana a la autenticidad. Como apunta Alex Rivière, protagonista y directora de estilismo de la campaña, “que se hable de alta costura en el contexto de una colección de gafas refleja cómo el lujo contemporáneo se está alejando de lo meramente ostentoso para enfocarse en el diseño con intención, la calidad y el saber hacer”.
«El lujo contemporáneo se está alejando de lo meramente ostentoso para enfocarse en el diseño con intención, la calidad y el saber hacer»
Su visión encaja de forma natural con el espíritu de MO STUDIO I. Rivière entiende las gafas como una parte esencial: “Para mí, las gafas no son un simple accesorio, sino una parte clave de mi identidad. Más que adaptarse a cada look, funcionan como un elemento constante que aporta coherencia y carácter a todo lo que llevo”. Esa coherencia visual, elevada a objeto, es precisamente lo que la colección propone: piezas con alma pensadas para durar.
La colaboración entre Rivière y Mó va más allá de la imagen. Como empresaria y directora creativa, su implicación en el proyecto ha sido total. “Desde el principio lo abordé no solo desde un punto de vista estético, sino también estratégico: entendiendo la identidad de la marca, su posicionamiento y lo que quería comunicar con esta colección». Esa doble mirada —empresarial y artística — se percibe en cada detalle del estilismo, en la manera en que las gafas se integran con los looks, en esa estética refinada y silenciosa que huye del ruido para quedarse en la esencia.

Por eso, cada montura se convierte así en una declaración de intenciones: líneas limpias, volúmenes precisos, materiales nobles. Mó ha cuidado cada elemento técnico —desde las bisagras flex personalizadas hasta las lentes minerales con tratamiento antirreflejante— para garantizar una experiencia visual y sensorial a la altura del concepto. Todo está pensado para acompañar sin imponerse, para destacar sin necesidad de gritar.
La paleta cromática, de tonos neutros y elegantes, refuerza ese carácter atemporal. Los acetatos personalizados, los grabados metálicos y los acabados de alta calidad completan un universo donde cada detalle cuenta. Como explica la propia Rivière, “esta colección no busca imponerse, sino proponer una visión estética con personalidad. Son piezas que no solo acompañan, sino que aportan una capa más de lectura al conjunto».
La experiencia MO STUDIO I no termina en la montura. Cada gafa se presenta en un packaging cuidado hasta el último gesto: cajas sobrias, gamuzas XL, tote bags de algodón, accesorios diseñados con la misma precisión que los modelos que protegen. Un universo coherente donde cada elemento habla el lenguaje de la elegancia contenida.
Con este lanzamiento, Mó reafirma su compromiso en el ámbito del diseño óptico premium y consolida su filosofía con una nueva manera de entender el lujo: silencioso, construido sobre la durabilidad, la intención y el arte de mirar con estilo propio. Porque hay miradas que no siguen modas, la definen.
