La genetista estadounidense Mary-Claire King (Chicago, 76 años) ha sido galardonada con el Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica por sus aportaciones pioneras en genética aplicada a la medicina y los derechos humanos. King es reconocida internacionalmente por descubrir el gen BRCA1, clave para demostrar que algunas personas heredan un mayor riesgo de tener ciertos cánceres como el de mama y ovario.
En los años 90, gracias a su trabajo se conoció que determinadas mutaciones de este gen aumentan drásticamente el riesgo de padecer tumores como los mencionados. A su hallazgo le debemos la posibilidad de realizar diagnósticos genéticos tempranos, lo que ha salvado miles de vidas. Un ejemplo muy conocido fue el de la actriz Angelina Jolie, quien en 2013 decidió someterse a una doble mastectomía preventiva tras saber que era portadora de este gen.
La genética como forma de justicia
Formada en matemáticas y doctora en genética evolutiva, King fue también la primera en demostrar que los humanos y los chimpancés comparten el 99% de su ADN, un hallazgo revolucionario en los años 70.
Además de su labor médica, la genetista ha sido una figura clave en la lucha por los derechos humanos. En los 80, colaboró con la organización «Las Abuelas de Plaza de Mayo» en Argentina, desarrollando técnicas genéticas para identificar a niños secuestrados durante la dictadura militar. Su exitoso método basado en el análisis de ADN mitocondrial ha permitido reunificar a más de 100 familias.
El jurado ha destacado que su trabajo «ha salvado vidas, ha ayudado a hacer justicia y ha cambiado la forma en que entendemos nuestra genética». Con este reconocimiento, Mary-Claire King se une a la lista de grandes referentes científicos distinguidos por sus aportaciones a la ciencia y, sobre todo, a la sociedad.
