Blue Heart nació como una expresión clara del vínculo entre belleza y sostenibilidad. Más que una iniciativa, es un compromiso a largo plazo que impulsa programas de conservación marina, colabora con líderes científicos y da visibilidad a comunidades que habitan y cuidan del océano. Su mensaje es sencillo y poderoso: lo que nos cuida, debe ser cuidado.
A través del fondo Blue Heart Oceans Fund, La Mer apoya proyectos que van desde la restauración de ecosistemas marinos hasta la educación de futuras generaciones. Iniciativas como GreenWave, centrada en la agricultura oceánica regenerativa, o EarthEcho International, que forma a jóvenes líderes ambientales, son solo algunos ejemplos del impacto de esta campaña global.
Más del 90 % de las plantas marinas utilizadas por La Mer provienen de fuentes responsables.
También lo es la elección consciente de ingredientes. Más del 90 % de las plantas marinas utilizadas por La Mer provienen de fuentes responsables, recolectadas respetando los ciclos del océano. En el corazón de sus fórmulas está el Miracle Broth™, un fermento regenerador creado a partir de alga kelp, cuya elaboración lenta y cuidadosa refleja la filosofía de trabajar con —y no contra— los ritmos del mar.
Este compromiso se traduce también en acciones locales. Como en Menorca, donde los días 3 y 4 de julio se celebró el Mes de los Océanos con una experiencia sensorial e inspiradora. El encuentro tuvo lugar en el hotel Fontenille Santa Ponsa, en el corazón de una isla declarada Reserva de la Biosfera.






Allí, La Mer reunió a una comunidad de personas comprometidas con la sostenibilidad marina. Los invitados: Rocío Osorno, Tomás Páramo, Javier Sánchez Medina, Ana Vera, Emilio Alcaraz, Patricia Montero, George Parra o Vanessa Romero, entre otros muchos. Una suma de asistentes de excepción que pudieron comprobar de primera mano el proceso de fermentación que hay detrás del Miracle Broth, el ingrediente principal de un elixir marino cuyo origen parte del alga Kelp.
Un tributo a la capacidad del océano para transformarnos como personas y como planeta. Un homenaje a la esencia que se evidenció con una cena en la que cada plato evocó el alma del mar y de La Mer. Todo en un enclave idílico, en una cueva creada por el propio oleaje, el cual se pudo escuchar en una sesión regenerativa que permitió acercar más a los asistentes con este propósito, con este fin: el de acercarnos al mar para conectarnos con nosotros mismos.
Blue Heart es, en esencia, esa promesa. Una belleza que escucha, respeta y actúa. Y eventos como el de Menorca son una muestra viva de cómo La Mer continúa conectando a las personas con el mar —no solo a través de sus productos, sino también desde una visión profunda de responsabilidad y futuro compartido.
