Su padre, un ingeniero agrónomo que militó toda la vida en política, le aconsejó que no se dedicara a ella: “Te van a destrozar. A ti se te nota todo en la cara y eres demasiado sincera”. Pero María Dolores de Cospedal (Madrid, 59 años) hizo caso omiso. Esta abogada del Estado lo ha hecho casi todo en política. Fue ministra de Defensa con Mariano Rajoy (2018-2020), presidenta de Castilla La Mancha (2011-2015), Secretaria general del PP durante diez años (2008-2018), Subsecretaria de Interior y de Administraciones Públicas, Consejera de Transportes con Esperanza Aguirre y hasta agregada en la embajada de España en Washington.
Retirada de la política desde hace siete años, todo lo que hace sigue siendo noticia. Desde su reciente divorcio del empresario Íñigo López del Hierro, su marido durante 15 años, hasta una posible relación con un empresario andaluz, algo de lo no quiere ni oír hablar: “Terminé una relación y estoy centrada en mi hijo y mi trabajo. Mis amigos siempre han sido importantes para mí y soy una persona libre”. Y añade muy seria: “Pero estoy aquí para hablar de un proyecto laboral”.
En efecto, Cospedal ha lanzado IC Abogados con un grupo de socios y amigos: “Alberto López de la Mata, un gran fiscalista, y Manuel Zorrilla, un compañero mío abogado del Estado, me plantearon la posibilidad de trabajar juntos y tener un despacho conjunto. Y aquí estamos”, asegura mientras se acomoda en su luminoso despacho en pleno barrio de Salamanca ante un café recién hecho. En la estantería, varias fotos con el rey Felipe y otras personalidades retratan sus años de servicio público.
Criada en Albacete, donde llegó con cinco años, y primogénita de tres hermanos, fue madre sola a los 40 años, cuando nació su único hijo, Ricardo, que hoy tiene 19 años. A pesar de su prolija carrera, no tiene duda de cuál ha sido su proyecto más importante: “El mejor acierto de mi vida fue tomar la decisión de ser madre”.
Quedamos con ella cinco días antes de que estalle el ‘caso Montoro’, la nueva trama de corrupción que pone en jaque al PP, pero acepta pronunciarse escuetamente sobre el tema cuando le repreguntamos vía WhatsApp: «Se ha comunicado que [Montoro] causaba baja en el PP y como bien ha dicho Núñez Feijoo, la justicia ha de actuar por igual con todo el mundo».

¿Qué le ha llevado a fundar IC Abogados?
He estado dos años trabajando como abogada yo sola. Hasta que dos compañeros y amigos, el fiscalista Alberto López de la Mata y Manuel Zorrilla, un compañero mío abogado del Estado, me plantearon la posibilidad de trabajar juntos y tener un despacho conjunto. Se incorporaron al proyecto otras dos personas: Javier Hernández y José Manuel Rey. Un tiempo después, se lo ofrecí a Juan Mestre, catedrático de de la Universidad de Alcalá y buen amigo. Le pareció una idea atractiva y se vino con su hija, Sofía. Y aquí estamos.
¿La idea es crear un despacho boutique?
Exactamente. Todos hemos trabajado en despachos grandes y medianos. Y también de manera individual. Pero queríamos una idea distinta. Que cada uno traiga sus clientes y poderles ofrecer más servicios, además de poder consultar con un compañero. Tenemos un marco muy cómodo porque estamos en el centro de Madrid, que es muy fácil para tener reuniones.
Ha trabajado muchos años en política. ¿Cree que se puede seguir defendiendo la honorabilidad de la clase política a pesar de que los casos de corrupción que afectan o han afectado históricamente a los grandes partidos?
Bueno, a los grandes ya los pequeños, ¿eh? Pero sí, creo que hay que defender la honorabilidad de la mayor parte de la clase política. Puede haber un sinvergüenza, pero creo que la mayoría de la gente que se dedica a la política es gente honorable que quiere trabajar por su país, por su ciudad o por su región. Dedicarse a trabajar para lo que es de todos es quizá el más noble de los oficios. Y necesitaríamos que fueran los mejores.
¿Y no cree que hay mucha desafección por la clase política? ¿Que los jóvenes no están interesados por lo que pasa en el Parlamento?
Totalmente. Lamentablemente los políticos no hablan de lo que se habla en la calle, aquello que de verdad preocupa o interesa a los ciudadanos. Y eso genera desafección, sobre todo entre la gente joven, que encuentra otras vías para cooperar y estar integrados en la sociedad, como las ONGs, las fundaciones…
El PP ganó las últimas elecciones en número de votos pero no ha sido capaz de gobernar en España. ¿Qué tendría que hacer para conseguirlo?
Bueno, esa es la pregunta del millón. Yo creo que hoy el PP representa una mayoría social muy importante. Y creo que la deriva que tiene el actual gobierno, claramente discriminatoria de unas zonas del país respecto a otras, les hace mucho daño. El PP siempre ha defendido la igualdad entre españoles, la igualdad de oportunidades y la defensa de derechos y libertades en todas partes del territorio nacional. Creo que esa defensa constante, enérgica, desde la moderación, es lo que hará ganar al PP.
Habla de moderación. ¿Le gusta Alberto Núñez Feijóo?
Para hacer política no tienes por qué atacar al otro, al revés. Tienes que colocarte en el lugar del otro para intentar llegar a acuerdos. Ver los puntos que te unen y no los que te separan. Eso es la moderación. Ser moderado no significa ser tibio, ni débil. De hecho, hay que ser muy fuerte para ser moderado porque lo fácil es dejarse llevar por los intestinos y empezar a insultar, a separar, a dividir. Cuando los temas son complicados y duros, hace falta tener una gran templanza.
“Terminé una relación y estoy centrada en mi hijo y mi trabajo”
¿Cree que los pactos del PP con Vox han perjudicado a su partido e impedido que gobierne?
No. Yo creo que cuando se terminan unas elecciones hay que gobernar. Si no se tiene la mayoría para ser investido cada uno busca a aquellos con los que pueda tener líneas más a fines. Para el PP es mucho más fácil pactar con VOX que con Esquerra Republicana, obviamente. Y desde luego con Bildu nunca pactaría, de lo cual me alegro.
¿Cómo ve la evolución del Partido Popular desde su época como secretaria general hasta hoy?
El PP tuvo un bache. Cuando se pierden las elecciones, hay una moción de censura y hay un cambio de liderazgo, hay que reencontrar el sitio que se perdió. Aparecieron dos partidos, Ciudadanos y Vox, que empezaron a restar votos al PP. Y por eso es importante ese reencuentro con lo que ha sido el Partido Popular: un partido reformista y de progreso que busca tratar a los españoles por igual, en cualquier parte del territorio nacional. Y avanzar en lo económico a través de ideas liberales pero sin descuidar a la parte más necesitada de la sociedad.
¿Qué fue lo que inicialmente la motivó a entrar en política y a formar parte del Partido Popular?
La política me atrajo desde que era muy jovencita. Mi padre militaba en UCD y yo tuve esa experiencia en mi casa. Luego, cuando UCD desapareció, formó parte del Partido Reformista, un proyecto con mucho apoyo financiero y ningún voto. Yo milité en las juventudes de ese partido.
“He tenido fama de ser muy mandona, de tener carácter. Pero muchas veces las mujeres hemos adoptado comportamientos masculinos para que no te vean débil”
Fue madre sola con 40 años. ¿Cómo vivió aquella decisión?
Fue un hijo muy deseado. Nació y cuando lo estaba inscribiendo en el Registro Civil, Rajoy me llamó para ofrecerme convertirme en la candidata a la presidencia de Castilla La Mancha. Imagínate. Mis padres me ayudaron muchísimo.
En su opinión, ¿qué es lo más difícil de ser mujer en la política española?
La mujer tiene que demostrar constantemente que se merece estar donde está. Tenemos esa sensación de ‘no hago lo suficiente’, ‘no valgo lo suficiente’, ‘no sé lo suficiente’. Luego, hay una tendencia a escuchar mucha más la opinión de un hombre. Muchísimas veces, en reuniones conjuntas, emites una opinión y nadie la recoge. Hasta que la ratifica un señor e inmediatamente la hace suya.
¿Le ha pasado mucho?
Muchísimo. Yo he tenido fama de ser muy mandona, de tener carácter. Pero muchas veces las mujeres hemos tenido que adoptar comportamientos masculinos, que quizá no son naturales en nosotras, para que no te vieran débil y poder llegar a determinados puestos. Yo hice una oposición que era muy masculina para la época; fui la primera mujer que se convirtió en secretaria general del PP; la primera mujer presidenta de Castilla la Mancha… No he tenido grandes pegas por ser mujer, pero lo he trabajado mucho.
Qué opina del debate de que opositan mayormente la gente de familias acomodadas que pueden mantenerlos durante tantos años de estudio.
Es una mentira como una catedral. Las oposiciones equiparan socialmente a todo el mundo. Da igual que vengas de una familia con o sin posibilidades. Eso es lo que de verdad equipara la educación. Además, donde menos opositores ha habido tradicionalmente ha sido en las zonas más ricas de España. Hay más industria, había un nivel de vida más alto y la gente tenía más posibilidades de encontrar trabajo.
¿Cree que España puede permitirse no cumplir con el compromiso de alcanzar el 5% de PIB en defensa, especialmente en el contexto internacional actual?
Lo que España no se puede permitir es quedar fuera de lo que quieren todos sus socios de la OTAN. Es decir, el 5% más que una cifra es una actitud. La actitud de querer llegar a esa cifra. Nosotros hemos dicho que no queremos llegar. Hay países que saben que quizá no lleguen, pero la actitud y la voluntad de querer incrementar la inversión en defensa es lo que vale.
“En política los egos están totalmente disparados, como las hormonas de los adolescentes”
¿Cuál es en su opinión el equilibrio adecuado entre el gasto social y el gasto en defensa? ¿Cree que se están planteando falsos dilemas?
Pues un poco sí. Creo que se están planteando falsos dilemas porque un país que no esté bien defendido pone en riesgo el ejercicio de los derechos y el disfrute de sus libertades por parte de sus ciudadanos. Si no tienes seguridad no tienes completamente garantizado el derecho a la educación, la libertad de circulación, la libertad de residencia, el acceso a las pensiones o a un sistema de salud pública. Cuando no hay seguridad, todo eso desaparece.
¿Qué gastos sociales mantendría y cuáles restringiría?
Creo que tiene que haber un equilibrio. Hay que mantener una sanidad y una educación públicas de las mejores características. Y un sistema de pensiones. Pero a lo mejor hay cosas como el bono joven o el transporte gratis de tren para los menores, que no son tan necesarias. El estado está ingresando más dinero que nunca gracias a los fondos europeos, pero no se está transformando en creación de riqueza, de infraestructuras que queden para el futuro. Lo que se hace es repartir. Que está muy bien, pero…
¿Pan para hoy y hambre para mañana?
Justo. Eso creo. Que es una oportunidad perdida. Me da mucha pena que los fondos Next Generation, que no se vayan a aprovechar para nada. Y eso se va a acabar ya, además.
Soraya Saenz de Santamaría y usted compartieron muchos años en la cúpula del gobierno. ¿Cómo describiría su relación hoy con ella?
Pues una relación educada aunque no nos vemos apenas. Aunque la prensa multiplicó nuestra enemistad por veinte mil. Da mucho morbo que dos mujeres sean enemigas. Teníamos una relación normalizada. Tampoco tienes porque ser amigas íntimas de ir a cenar. Y ahora tampoco, claro. Aunque yo tengo muchos amigos de la política.
“Soraya [Saénz de Santamaría] y yo tenemos una relación educada aunque no nos vemos apenas”
¿Qué amigos guarda de la política?
Pues muchos. ¿Quieres que te dé nombres? Juan Ignacio Zodio, Dolors Monserrat Isabel García Tejerina, José Manuel Soria… Con los expresidentes del gobierno siempre tenía muy buena relación… Y con mucha más gente. Yo tengo muchos… Pero de hacer planes con ellos. Con los primeros, sí. Planes personales.
Han pasado varios años desde aquellas primarias del PP en 2018 en las que ambas compitieron junto con Pablo Casado. Con la perspectiva del tiempo ¿cómo recuerda ese momento?
Como un error. Creo que las primarias no fueron una buena cosa para el PP. Era un sistema que no me gustaba, aunque luego me presenté, porque me lo pidieron y aconsejaron muchos compañeros. Pero creo que no es el mejor sistema para la elección del presidente del Partido Popular. Y creo que en otros partidos tampoco ha dado muy buen resultado. En unas primarias no sale necesariamente el mejor candidato.
¿Cómo recuerda su infancia en Albacete?
Llegué allí con cinco años. Estudié música, tocaba la guitarra clásica y practicaba ballet. El baile era lo que más me gustaba. También fui parte de los ‘boy scouts’ durante muchísimos años. Fui una niña muy activa.
¿Hay muchos sinsabores en la política?
Bueno, yo creo que en cualquier organización. Lo que pasa es que la política tiene un componente de exposición pública importante. Tienes un foco encima todo el día. Y luego los egos están totalmente disparados, como las hormonas de los adolescentes.
