Después de apenas dos años al frente de X (antes Twitter), Linda Yaccarino (Nueva York, 61 años) ha anunciado su dimisión como directora ejecutiva de la compañía. En un comunicado cuidadosamente formulado y sin entrar en detalles sobre los motivos de su marcha, la ejecutiva se despidió ayer con un tono amable y conciliador: tras «dos años increíbles» y estando «inmensamente agradecida con Elon Musk por haberle dado la oportunidad de su vida», Yaccarino pone punto y final a esta corta pero intensa etapa.
Su llegada a X en 2023 generó grandes expectativas. Con una sólida y exitosa carrera profesional a sus espaldas, y procedente de NBCUniversal —donde fue presidenta de ventas de publicidad durante más de una década—, Yaccarino fue elegida por Musk para tomar las riendas de las operaciones comerciales, mientras él se centraba en los productos y la tecnología.
La tarea de la ejecutiva no era menor; más bien, era ambiciosa y determinante para el futuro de la aplicación: proteger la libertad de expresión, transformar X en la aplicación para todo y para todos, restaurar la confianza de los anunciantes tras la polémica adquisición de Musk (por 44.000 millones de dólares), y garantizar la seguridad de los usuarios, especialmente de los menores.

Un perfil de altos vuelos y altos ingresos
Como se ha mencionado, antes de llegar a X, Linda ya era una figura consolidada en el mundo de los negocios. Fue durante sus años en NBCUniversal donde adquirió la mayor parte de su fortuna; allí, su salario rondaba los 4 millones de dólares. Su patrimonio neto se estima hoy entre los 35 y los 40 millones de dólares, según informes de Market Realist, GoBankingRates y Hindustan Times.
En X sus ingresos fueron aún más elevados. Se calcula que Yaccarino percibía un salario base de 6 millones de dólares al año, a lo que se sumaban incentivos y acciones que, en función de los resultados, podían duplicar esa cantidad. Su paso por la compañía de Musk ha sido, sin duda, rentable en términos financiero.
¿Y ahora qué?
La salida de Lina Yaccarino se produce pocos meses después de que Musk anunciara una operación interna inesperada: la venta de X a xAI, su startup de inteligencia artificial. Esta transacción —realizada íntegramente en acciones— otorgó una valoración de 80.000 millones de dólares a xAI y 33.000 millones a X. Eso supone una reducción de unos 11.000 millones respecto al precio que Musk pagó por la plataforma en 2022 (44.000 millones), lo que equivale a una caída cercana al 25 %.
Este «cambio de manos» marca una nueva etapa para X —uno de los grandes focos de poder del panorama tecnológico actual—, mientras que el futuro de Yaccarino es incierto. Sin embargo, con su historial en el mundo corporativo, no sería extraño verla liderando otra gran empresa en poco tiempo
