Además de ser una de las modelos más importantes del siglo pasado (y parte de este), también ha sido una de las más polémicas. Naomi Campbell (Londres, 54) parece de otra galaxia. No solo por su físico sobrehumano, también por su carácter errático. La «Diosa de ébano» ha tenido que enfrentar numerosos problemas legales y críticas como acusaciones de maltrato laboral y agresión, enfrentamientos a la policía de Londres, actitudes de diva (como cuando asistió a un servicio comunitario vestida con un look de 300,000 dólares) y sus dos embarazos por gestación subrogada, su vida ha sido foco de atención mediática.
Uno de sus grandes escándalos está relacionado con su ONG Fashion For Relief, fundada en 2005 para recaudar fondos para diversas causas medioambientales y humanitarias y disuelta el año pasado por fraude. Hoy, un año después de las duras acusaciones, Naomi Campbell rompe su silencio y cuenta en una entrevista exclusiva a Financial Times cómo su ONG acabó en desgracia.
Una ONG destinada a hoteles de lujo y cigarrillos
El pasado 26 de septiembre Campbell vivió una auténtica pesadilla. Se encontraba en París a punto de recibir la insignia de Caballero de la Orden de las Artes y las Letras, uno de los máximos honores de Francia. No pudo evitar emocionarse. Pero no fue por el premio.
Ese mismo día la Comisión de Caridad del Reino Unido publicó los resultados de la investigación a su ONG: solo un pequeño porcentaje de los fondos recaudados por la modelo entre los años 2016 y 2022 se destinaron realmente a la beneficencia (concretamente el 8,5%), mientras el resto se utilizaba en gastos superfluos: hoteles de lujo, spas, un equipo de seguridad para la top británica y cigarrillos durante un viaje a Cannes.
Campbell aseguró desconocer todo esto y, por primera vez, decidió dar su versión de los hechos.
Falsificación, desvío de fondos y una traición
Lejos de los titulares y especulaciones que rodearon a Fashion for Relief, la supermodelo relató una historia casi increíble sobre lo que, según ella, ocurrió realmente: una trama de robo de identidad, desvío de fondos y traición por parte de una amiga.
Desde su creación en 2005, Fashion for Relief había recaudado más de 15 millones de libras apoyando distintas crisis humanitarias. Eran tres las fideicomisarias de la fundación: Campell, Veronica Chou y Bianka Hellmich. A finales del 202 Chou alertó a Campbell de una investigación abierta por la Comisión. Cambell, desde Nueva York, confió más en Hellmich que en Chou para hacer frente a la situación.
En abril de 2024, la Comisión decidió imponer una prohibición de 10 años para que Campbell fuera fideicomisaria (pena reducida posteriormente a la mitad), y Campbell nunca se enteró. Es más, se enteró a través de un comunicado de prensa 5 meses después, justo el día en que recibió el premio en París.
Más traicionera que Judas: Bianka Hellmich
Shock total. Campbell investigó por su cuenta y descubrió que había sido víctima de un fraude orquestado por Bianka Hellmich, la persona en quien más confiaba.
La clave del engaño: una dirección de correo falsa, casi idéntica a la suya (difería por un carácter), que Hellmich usó para comunicarse con los abogados de la firma Carter-Ruck y gestionar documentos cruciales como si Campbell los hubiera aprobado. Incluso firmaron en su nombre una carta comprometiendo fondos de la fundación (Hellmich se había pagado a sí misma más de £290,000) y hasta una resolución para cerrar la fundación en Reino Unido.
Durante la investigación, Hellmich evitó reunirse, alegando problemas familiares, y dejó el manejo del caso a una agencia de relaciones públicas especializada en crisis. Al ser confrontada con pruebas, no negó los hechos pero tampoco los explicó claramente. Acusada de falsificación, robo de identidad y creación de correos falsos, afirma que la víctima fue ella y que Campbell la controlaba.
Hellmich fue inhabilitada por nueve años como fideicomisaria, y Campbell está apelando su propia sanción. Si logra probar que fue víctima de una estafa, Hellmich podría enfrentarse a cargos penales y hasta dos años de cárcel. Campbell, por ahora, solo quiere pasar página: “Es personal, porque viene de alguien que conoces.”