En 1965, Steve Schapiro comenzó a seguir a Andy Warhol para la revista Life. De un legendario fotoperiodista y de un icono de la cultura pop sólo podía salir algo bueno. Brillante. Un trabajo que acoge tales calificativos y que se traduce en Andy Warhol and friends 1965-1966, el libro publicado por Taschen que recoge las vivencias de Schapiro cerca, muy cerca, del artista.
Warhol, que encontraba inspiración en la cultura popular y objetos de naturaleza comercial, estaba consolidando su reputación como importante artista pop cuando se convirtió en objeto de estudio de Steve Schapiro. Con sus gafas de sol, su peluca rubia y sus anodinas declaraciones públicas, el creativo era un personaje enigmático, carismático, profundamente ambicioso y consciente de que para convertirse en una estrella era necesaria la presencia de personas que documentasen su trayectoria. Y el también ambicioso y trabajador Schapiro iba a ser el testigo perfecto del imparable ascenso de Warhol, que pasó de ser un artista neoyorquino de culto a todo un icono del siglo XX.

En palabras del fotógrafo: “Guardaba silencio y sonreía mucho”. De forma irónica, Life nunca publicó su trabajo, por lo que muchas de estas imágenes se muestran en este libro por primera vez tras escanear los negativos encontrados en el archivo del fotógrafo, con el famoso y su séquito de superestrellas, incluidas las legendarias Edie Sedgwick, Nico y toda la Velvet Underground de Los Ángeles, como protagonistas de estas páginas que recogen más de 120 instantáneas, obras de Warhol en The Factory, textos, entrevistas de Schapiro y un ensayo y comentarios de obras a cargo del biógrafo oficial de Warhol, Blake Gopnik.
En definitiva, este libro es el retrato definitivo de un artista innovador en un período transformador de la cultura estadounidense de posguerra, donde además de desatar algún que otro acontecimiento histórico, se puso en marcha la maquinaría de la ‘andymanía’, todavía hoy en funcionamiento. Y eso que Andy Warhol confesó haber deseado sólo 15 minutos de fama.
