El mundo del cine está de luto tras el fallecimiento de la estrella de Hollywood Gene Hackman (95 años) junto a su esposa, la pianista Betsy Arakawa (63 años) y su perro. Fueron encontrados sin vida en su residencia de Santa Fe, Nuevo México la tarde del miércoles 26 de febrero.
“Esta es una investigación activa, pero en este momento no creemos que haya habido un crimen”, ha dicho en una declaración el sheriff del condado, según informa BBC. Sin embargo, aún no ha aportado la causa posible de las muertes.
El ganador de dos premios Oscar, cuatro Globos de Oro y dos BAFTA había compartido más de tres décadas de vida junto a su pareja. Aunque mucho se habla de su marido, poco se habla de ella. Betsy también fue una estrella.
Anónima y vital para la estrella de Hollywood
No tiene redes sociales. Tampoco habla en público y no sabemos casi nada de ella. Parece ser una persona extremadamente privada, y pocas cosas se saben sobre la estadounidense de ascendencia hawaiana. Apoyando a su marido de forma incodicional y nunca buscó protagonismo ni ser el centro de atención.
Se conocieron en los años 80 en un gimnasio de Los Ángeles donde trabajaba Betsy Arakawa mientras terminaba su carrera musical. En aquel entonces, Hackman ya estaba casado y con tres hijos. El actor ha afirmado que no abandonó a su mujer por otra más joven. Simplemente, se distanciaron.
32 años de diferencia y flechazo a primera vista. Comenzaron a convivir en 1990 y en 1991 se casaron. Compraron una residencia abandonada en Nuevo México y la remodelaron a su gusto (o el de Betsy). Ella fue quien se ocupó de la organización de las obras, la decoración y los detalles más pequeños.
En esos años, Hackman sufrió una insuficiencia cardíaca congestiva y su esposa estuvo muy presente cuidándolo. Tuvo que someterse a una angioplastia, algo que lo convenció en parte de retirarse del mundo del cine. Comenzó a escribir libros y una vez más, era su esposa quien perfeccionaba sus redacciones.
Además de trabajar en un gimnasio, la ascendente hawaiana también era pianista con formación clásica. Además de la música, se dedicó al mundo empresarial. Arakawa fue copropietaria de un negocio de muebles para el hogar en Santa Fe, que dirigió durante años. Y ni mencionar su labor de madre. Aunque la pareja no tuvo hijos, se convirtió en madrastra desde el primer minuto.
