No sé si habrá o no paz para los malvados, pero lo que tengo claro es que no la hay para quienes nos dedicamos a teclear las novedades que, día tras día, nos trae la industria de la moda. Cuando no es noticia que un creativo deja una marca, lo es que otro entra a formar parte de otra. Y así nos pasan los días.
Sin embargo, la noticia que más estábamos esperando ocurrió un frío 12 de diciembre. Tan frío como nos dejó a casi todos la noticia bomba de la semana: Chanel ya tenía sucesor para Karl Lagerfeld, porque Virginie Viard sólo fue una estrella fugaz. Tras meses de especulaciones, de ver creer que igual que podría ser Hedi Slimane como John Galliano, lo cierto es que ni Slimane ha vestido de cuero negro las pasarelas de la marca de Mademoiselle Chanel ni el sueño de ver a Galliano ocupar el trono ha terminado de hacerse realidad.
Quien quisiera ser director creativo de Chanel que se olvide. El puesto creativo más codiciado de la industria ya ha sido ocupado. Santa Claus dejó su regalito de Navidad a Matthieu Blazy, el diseñador que ha culminado cuatro años estelares de carrera en Bottega Veneta para hacer lo propio en Chanel, este 12 de diciembre. 12 días antes de lo previsto. Pero, aunque a priori el organigrama del sector parece haber encajado su última pieza del puzle, lo cierto es que todavía podemos asistir a otro movimiento. ¿Cuál?
El 18 de junio de 2022, entre las bambalinas de Milan Fashion Week y rodeado de fresas, Jonathan Anderson se tomó un selfie para la portada del número más veraniego de Tapas Magazine (julio/agosto 2022). Sólo unos minutos antes de concederme la entrevista para la misma cabecera. Tan agradecido como emocionado por la entrevista, me mostró, por videollamada, lo último de la colección masculina y crucero femenina 2023 de su firma de nombre homónino, JW Anderson, la otra firma que lidera en paralelo a Loewe. Le hacía especial ilusión desfilar en Milán. Casi tanto como recordar sus veranos familiares en Ibiza y aquellos maravillosos platos de croquetas que confiesa meterse entre pecho y espalda en cuanto tiene la mínima ocasión. Me quedó bastante claro: a él lo que de verdad le gusta es comer croquetas.
Pero esta no es la cuestión. De la misma forma que entró al juego de confesarnos nuestro platos de comida preferidos, fue un poco más cauteloso cuando le pregunté que vendría después de Loewe. Todo ocurrió según lo esperado. Evadió la respuesta. A cambio me confesó que en moda ya se había inventado todo, y que lo único que le quedará a las marcas de lujo será crear según lo creado. Algo similar a la confesión de Virgil Abloh (1980-2021) poco antes de irse: «El futuro de la moda es vintage«.
Me quedé satisfecha. Admiro, en presente, a Abloh y también a Anderson, y ambos piensan lo mismo. Y su no respuesta a sus planes de futuro más allá de Loewe me hizo pensar que su salida de la marca podría estar más cerca que lejos. Aunque bien es cierto que de aquella creencia han pasado ya dos años. Diciembre de 2024 se agota y Anderson sigue ocupando la dirección creativa de Loewe para las divisiones de moda y belleza. A lo mejor su silencio lo entendí mal. O a lo mejor todo está por pasar. Porque como las cosas más importantes en la vida, por casualidad, un día los rumores de un nuevo cambio en las grandes firmas volvieron a avivarse. Esta vez el protagonista era él, y la segunda casa más importante para el LVMH, Dior.
¿Será Jonathan Anderson el siguiente director creativo de la firma creada por Christian Dior?
Y por qué no. Él está considerado el niño prodigio de la industria y Dior cuenta con una herencia lo suficientemente generosa como para que Anderson se divierta creando.
Lo he pensado mucho, y son varias las razones que podrían hablar de un nuevo comienzo para ambos protagonistas. Dior y Loewe pertenecen al conglomerado de lujo LVMH, de manera que el riesgo no sería del todo una realidad. La empresa sabe cómo funciona Anderson, simplemente tendría que seguir aplicando su técnica en el nuevo destino. Y, echando un vistazo al trabajo del creativo en Loewe durante 11 años –donde ha conseguido captar la atención de una industria con su expertise artístico y contemporáneo, revalorizando la imagen de la marca y ampliando su alcance en el mercado global–, el resultado podría contarse en positivo. A fin de cuentas, todo queda en casa. Otro motivo por el que estas cábalas podrían materializarse es que, en la actualidad, todas las firmas de lujo buscan la misma dupla: vanguardismo y tradición; innovación y herencia. Anderson es lo uno y Dior es lo otro; y este combinado podría ser la fórmula del éxito para la redefinición del lujo contemporáneo. Todos estos términos nos sientan en el front row de lo que se espera sea la moda hoy y mañana: un escaparate de estilo donde lo nuevo nos recuerde a algo ya visto. A eso que predijo Abloh.
Y no menos importante para creer que el sector podría volver a agitarse es el momento tan emotivo que vivió el diseñador a principios de diciembre, cuando se hizo con el trofeo al Diseñador del Año, en los Premios de Moda 2024, en una categoría que reunió a celebridades como Miuccia Prada y Rick Owens, entre otros. Si este galardón significa que no hay otro diseñador mejor que él, al menos en este año que acaba, ¿por qué no le damos a su creatividad la oportunidad de seguir haciendo historia en una nueva familia?
Su discurso de agradecimiento durante la ceremonia fue tajante: “La moda me hace salir de la cama todos los días”. Mientras que nosotros no podemos meternos en ella sin repasar previamente los #ÚLTIMAHORA. Puede que algún día este hashtag preceda su nombre cuando haya que anunciar que Jonathan Anderson le ha dicho sí a Dior.
