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Rigoberta Bandini: «Me marcó muchísimo Marisol»

La mayoría de los españoles conoció a Rigoberta Bandini con ‘Ay mamá’ en el Benidorm Fest de 2022. En 2025 volverá a hacer que nos caigamos de culo con ‘Jesucrista Superstar’, su segundo álbum.

Fotografía: Sergi Pons, Realización: Fermín + Gilles, Estilismo: Fermín + Gilles, Maquillaje y Peluquería: Mónica Marmo, Make Up: Chanel Skin Care, Le Pure, Asistente de Fotografía: Adria Botella, Agradecimientos: Nuts Indulgence Club.

Rigoberta Bandini nació en marzo de 2020, hace casi cinco años. Y nació, como manda la tradición, con un pan bajo el brazo. Ese mismo año, el 30 de abril, Paula Ribó González cumplía 29 años, y lo que empezó como una broma en su fiesta de cumpleaños se ha terminado convirtiendo en algo muy serio. Porque desde el instante mismo en que surgía el personaje su carrera no ha hecho más que seguir una trayectoria permanentemente ascendente y atípica.

Ribó había estudiado Dramaturgia en el Instituto del Teatro de Barcelona –donde coincidió con Paula Malia y Bàrbara Mestanza, con las que formó el grupo musical Les Mamzelles, con un par de álbumes publicados entre 2012 y 2014–, y tenía una carrera consolidada como actriz de doblaje hasta que la música, que siempre había estado ahí, le reclamó más protagonismo. Con ese nacimiento simbólico comenzó su ascenso. 

Chaqueta de ante con monograma GG, blusa de seda, pantalón vaquero, bailarinas y collar, todo de Gucci.

España entera supo de ella en 2022, cuando se presentó al Benidorm Fest, concurso que tenía como premio elegir al representante de España en Eurovisión. Ay mamá sólo fue vencida por Chanel y su SloMo, pero Rigoberta se libró de la maldición: salvo casos muy concretos, ese festival suele convertirse en la tumba definitiva para los cantantes españoles que participan en él. Y ella lo sabía. “Sí, era consciente. Hay muchos artistas para los que su carrera no queda del todo favorecida, pero a nosotros nos dio igual. Nos presentamos con la intención total de decir: ‘¡Vamos a vivir esto!’. Quizá éramos un poco ‘masocas’ o kamikazes, pero es que nos parecía una experiencia única. Luego, al final, no haber ido, con la perspectiva del tiempo, ves que también ha sido maravilloso, porque ha sido muy favorecedor respecto al proyecto y ganamos muchísimo solo con participar en el Benidorm Fest”.

«A veces no es fácil encontrar sinergias entre dos artistas, por mucho que admires a esa persona. Puede suceder que no te veas en esa canción» 

Rigoberta habla en plural porque su marido, el guionista y humorista Esteban Navarro (integrante, junto a Xavi Daura, del dúo humorístico-musical Venga Monjas y miembro, también, del grupo Cheeto’s Magazine), forma parte del proyecto musical Rigoberta Bandini como arreglista y compositor. “Él también me insistió mucho para presentarnos, porque nosotros somos bastante fans de la Eurovisión de los años 70 y conectamos con esas influencias musicales, que son de las que yo he bebido, con grupos como Abba, que habían salido de allí”. 

Vestido midi efecto piel de Adolfo Dominguez, collar de eslabones largos de oro amarillo y collar de oro blanco con diamantes, ambos de Rabat.

Entre la estrategia y la espontaneidad

Paula Ribó nació en 1990, pero, curiosamente, sus principales influencias musicales son, casi todas, anteriores a esa fecha. “Yo me nutrí de la música de los setenta por ‘culpa’, entre comillas, de mis padres. Me marcó muchísimo Marisol y también me gustaba un grupo que tenía Jeanette, cuanto ella tenía 15 años, que se llamaba Picnic. Luis Aguilé también me parece estupendo y me inspiran mucho sus canciones. Juanita banana la escuchamos ‘mogollón’ en el coche. Son canciones que no tienen más pretensión que entretenerte y llevarte a lugares que ni te puedes imaginar antes de darle al play”.

Su alter ego musical es un extraño crossover en el mundo de la música española. Como si de su adorado Franco Battiato se tratara –un músico de formación clásica que empezó su trayectoria en el ámbito de la música clásica contemporánea, que abandonó para triunfar en el mundo de la música pop con canciones llenas de referencias intelectuales– sus posibilidades comerciales son reales, pero su universo gira en torno a preocupaciones vitales que no esconden preguntas filosóficas primordiales (y la admiración a dramaturgos contemporáneos radicales y vanguardistas como Rodrigo García y Angélica Liddell). Ya lo dijeron Orchestral Manoeuvres in the Dark, la banda de tecno-pop de los primerísimos años ochenta: “Divertirse puede ser una decisión intelectual”. Pero ¿cuánto hay de estrategia en la forma de llevar tu carrera y cuánto de espontáneo?

“Yo creo que esta parte friki/intelectual de la que hablas ¡Realmente soy así! Esa es la parte ‘mía’, que a veces sobresale con respecto a la ‘artista’. Mi parte ‘artista’ quiere hacer las cosas bien, quiere ser una artista musical estándar, pero luego me sale la friki y es inevitable. Sí que hay, obviamente, una estrategia y mucha más planificación y disciplina que antes. Ya no es todo espontáneo, en absoluto, pero a la hora de componer y generar universos sí soy espontánea, porque si no dejaría de tener sentido. La estrategia la empleo en el modo de comunicar mis ideas, mis canciones y mis creaciones”.

Jugando al escondite inglés

Hasta su participación en Benidorm Fest todo se había ido desarrollando de una forma contenida y sin estridencias, publicando singles, uno tras otro, hasta completar siete. El primero, Too many drugs, comenzó a sonar 15 días antes del confinamiento y se benefició de esa especie de “semanas sabáticas” de la sociedad para escuchar música en bucle, con una intensidad insólita. Para ella ese tiempo también fue positivo, viviendo plenamente su embarazo y dedicando, quizá, más tiempo del previsto a seguir componiendo. 

El suyo es el tipo de crecimiento que otorga credibilidad: avanzando poco a poco, casi sin que se llegue a apreciar el movimiento, como en el escondite inglés (¿algún niño juega todavía a eso?). El exitazo de Ay mamá derivó en el lanzamiento, autoeditado, de La emperatriz, su primer álbum, en el que reunía casi todos los singles ya editados y alguna canción nueva, y después más singles, en los que empezó a sacar partido de su recién adquirida fama, con colaboraciones que llegan hasta el momento actual con cantantes como Santi Balmes (Love Of Lesbian), Julieta Venegas, Alizzz, Amaia, Pipiolas o Delaporte… “Yo busco que [las colaboraciones] sean, realmente, bastante orgánicas. Antes de hacer una he conocido al artista y hemos conectado. Y la mayoría de las veces la he compuesto con esa persona, como sucedió con Amaia o con Julieta Venegas. Me gusta ser parte del proceso creativo y sentir que esa canción también es un poco mía. Ese es, para mí, el ingrediente principal, porque a veces no es fácil encontrar sinergias entre dos artistas, por mucho que admires esa persona, porque puede suceder que no te veas en esa canción. No solo tiene que gustarme el artista”.

Capa de lana y pantalón vaquero, ambos de María de la Orden, jersey de punto de Soeur, bailarinas de Yerse y anillos de Cleopatra’s Bling.

Ahora es cuando llega el momento más temido por la mayoría de artistas que han tenido éxito con su disco de debut, el llamado ‘difícil segundo álbum’. Para ella (no lo dice ella: lo digo yo) la dificultad no es tanta porque, en realidad, nunca hubo un primer álbum. Era una recopilación de canciones compuestas de forma independiente, creadas sin más presión que la necesidad de expresarse. Por eso, ahora, Jesucrista Supersta”, su segundo álbum, sin fecha definida de lanzamiento –sólo dice “en 2025”– puede virse como si fuera el primero. 

“La emperatriz supuso, de alguna manera, recoger todo lo que había hecho para poder cerrar esa etapa y comprenderla –explica Rigoberta–. Pero ahora le he puesto mucho empeño en entender qué es hacer un álbum. No sólo es componer canciones sino crear un universo con una coherencia interna y una entidad propia. Es algo que casi tiene vida. Pienso mucho en la imagen romántica de que el álbum es como la punta de un iceberg y que la gente que consuma mucho ese álbum conseguirá conectar con su epicentro: lo que me ha llevado a mí componerlo y todo lo que yo he tejido detrás”.

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