“Para que el proyecto Pedro García haya sobrevivido tres generaciones en el mundo del calzado hemos tenido que hacer algo bien», reza el manifiesto que Pedro García (1946-2016) escribió en la portada del libro que relata su historia (Pedro García, tres generaciones de zapateros, autopublicado en 2011) –y la de su padre, hijos y nietas–, al frente de la firma española de nombre homónimo.
Él fue quien profesionalizó una aventura empresarial y pasional por la artesanía del calzado que arrancó su padre en 1925, en Elda, Alicante, y que en la década de los noventa continuaron sus dos hijos, Pedro y Mila, y ahora, sus nietas, Zahara y Candela.
Cuatro generaciones que han sabido entender el proceso de fabricación de calzado como un lienzo en blanco en el que verter creatividad y buenas materias primas, con el objetivo de crear una perfecta simbiosis entre la estética y el confort. Valores a los que hay que añadir un compromiso firme por la producción sostenible. Lo resaltan Pedro y Mila García, hermanos y líderes de la compañía desde que su padre les animara a hacerse con el negocio, en 1991, y terminara por cederles el testigo en los 2000.
«No creemos en la moda de usar y tirar, sino en productos atemporales, de alta calidad y bien concebidos que soportan bien el paso de los años», resalta Pedro, director creativo, y continúa Mila, CEO: «Creemos firmemente que nuestra responsabilidad hacia el planeta y la sociedad es parte esencial de nuestra identidad».
En el centro, los hermanos Pedro y Mila García, tercera generación, junto a las también hermanas Candela y Zahara García, cuarta generación. Cortesía: Pedro García
Y es que 100 años, los que cumplirá la marca en 2025, es tiempo más que suficiente para estudiar y entender un mercado en constante evolución y que tiene como objetivo convertirse en mejor proveedor con cada una de sus creaciones. Para seguir sumando éxitos, Zahara y Candela, hijas de Mila, forman ya parte de la cúpula de la marca, como directora de marketing y directora de proyectos de marketing y optimización de e-commerce, respectivamente. «Formar parte del equipo como cuarta generación es un honor y una gran responsabilidad. Queremos seguir aportando una visión enfocada en la sostenibilidad y el impacto social positivo, siempre evolucionando, pero sin perder de vista nuestras raíces y el legado que nos define», comentan ambas.
Presente en 37 países la internacionalización es sólo uno de los muchos logros conseguidos por Pedro y Mila para la firma familiar que el próximo año celebrará su centenario. Un momento de júbilo que Pedro García honrará por todo lo alto. Una colección cápsula llamada Essentia, que recoge el minimalismo sofisticado tan característico de la marca, con las padukas de tiras de satén de seda y piezas de perla trabajada, pulida y ensamblada a mano por expertos artesanos, con esferas con cientos de cristales Swarovski de alta calidad ensambladas a mano, como modelo principal de la colección.
Diseños de Essentia, la colección que celebra este centenario. © Daniel Riera
También se publicará el libro Pedro García, made in Spain since 1925, con firmas de libros por todo el mundo; una serie de eventos en Nueva York, Milán y Madrid, y algunos espacios efímeros (pop-ins) para algunas de las boutiques y tiendas más importantes, como Selfridges (Reino Unido), Nordstrom y Neiman Marcus (EEUU), Lane Crawford (Hong Kong), El Corte Inglés (España), Level Shoes (Dubai), SKP (Beijing), Shinsegae, Boon the Shop (Korea), Adora (Manila), Sogo (Kuala Lumpur), entre otros emplazamientos, completarán las actividades por este aniversario. Porque como bien apuntó el protagonista en sus memorias, «para que Pedro García haya sobrevivido tres generaciones hemos tenido que hacer algo bien». Tan bien que no son tres, sino cuatro generaciones las que ya lideran este asunto familiar.
Elda, un lugar en el mundo
Ese sentimiento de pertenencia al lugar de origen es algo con lo que la familia García ha convivido desde sus orígenes. Por eso, Elda tiene no sólo un lugar importante en el corazón de este clan, sino también en la marca que se fundó en 1925. No hay bolsa que salga de las tiendas de Pedro García que no lleve impresa la huella de esta localidad alicantina, por cierto, cuna de la artesanía en el calzado. Desde este lugar el linaje marchó a Cuba en 1910 y desde allí volvió cuando aquel país no les dio lo que esperaban. En Elda se formó toda una saga de zapateros y empresarios que comenzó con un pequeño taller en la casa familiar y continúa fabricando calzado para 37 países, repartidos por todo el mundo, entre las cuatro paredes de una fábrica casi tan centenaria como la firma; así que cómo no sentir un nudo en la garganta al ver que desde Elda se llega al resto del mundo.
© Daniel Riera