Cuando Alice Campello (Venecia, Italia, 29 años) se quedó embarazada por primera vez tenía 23 años y esperaba mellizos. “Tenía una tripa enorme y, como toda mujer, estaba obsesionada con el tema de las estrías, de los cambios del cuerpo. Empecé a comprar quinientos millones de aceites para ver cuál funcionaba mejor. Hasta que me hice prácticamente una experta”, nos cuenta en un español casi perfecto, en el que se cuela alguna extraña expresión de su idioma materno.
Se acababa de mudar a Londres con su marido, el futbolista y capitán de la Selección Española Álvaro Morata, de 32 años, que acababa de fichar por el Chelsea. En la capital inglesa Alice empezó a soñar con hacer algo suyo. Algo grande. Algo bonito. Era el año 2017 y ser madre primeriza de dos no le pareció suficiente. Tras muchas dudas, decidió lanzar la marca de cosmética natural Masqmai.
“Álvaro me empujó un montón. Me decía: ‘Es tu pasión’. ‘¿Por qué no te lanzas?”. Pero Alice no se animaba. “Tuvo que empujarme muchísimo: ‘Vales un montón’; ‘Cuando hay pasión las cosas salen’, ‘Si va mal, ya está, una experiencia más de tu vida’; ‘¡Hazlo!”, continúa su relato sentada frente a un enorme espejo enmarcado de luces, mientras le maquillan para esta sesión.
Y Alice lo hizo. “Insistió tanto que dije, bueno, voy a intentarlo. A lo mejor de verdad puedo hacerlo”. Y lanzó su primer producto: Natural Beauty Elixir, un aceite de belleza 100% natural para rostro, cuerpo y cabello que hidrata, nutre y regenera la piel. «Desde el principio funcionó. Recuperé toda la inversión en un mes”, recuerda la empresaria. Fue el primer éxito empresarial de Masqmai y el primer éxito personal de Alice. Con el tiempo, el producto se ha ido consolidando y en 2023 vendió 62.000 unidades o lo que es lo mismo, 10 elixires cada hora. “Me sentí súper bien. Empoderada. Fuerte. Me entraron muchas ganas de hacer crecer la marca y dedicarme muchísimo más a ella”.
A Natural Beauty Elixir le siguió su segundo producto best seller, Roiboos eyes patches, unos parches de hidrogel para descongestionar, calmar y revitalizar la zona del contorno de los ojos que también bate récords. A día de hoy se venden cuatro cajas de parches por hora y hasta las mujeres menos experimentadas en productos cosméticos han oído hablar de estos parches milagrosos para las ojeras. Los datos, parece, respaldan la rumorología. En 2023 Masqmai facturó 7,84 millones de euros. En 2024, 8,8 millones euros. Para esta influencer acostumbrada al éxito, con 3,7 millones de seguidores en IG y unos ingresos generosos gracias a sus acuerdos con las marcas que publicita, gastar sus ahorros en un proyecto incierto resultaba, cuanto menos, vertiginoso. Su gran preocupación era, además, crear un producto auténtico y de calidad. “No quería que fuera la marca de una chica famosa en IG. Quería hacer un producto top. No puedo vender una cosa que yo no utilizaría. Desde el principio lo trabajé muchísimo con expertos, dermatólogos, cosmetólogos”, continúa Alice que ha llegado a la sesión de fotos desde Milán, donde reside, como una celebrity, rodeada de un equipo de cinco personas que incluye a cuatro personas de su agencia de representación y su amiga y mano derecha en Masqmai, Alexandra Nielsen.
Trazó una estrategia precisa. Crear un buen producto, vender mucho y, con las cifras de venta en la mano, llamar a la puerta de Sephora, la cadena de cosméticos francesa propiedad de LVMH. En un futuro, ojalá, entrar en el mercado estadounidense y poder vender su empresa. «Sé que voy a ganar muchísimo más de lo que están ofreciendo ahora». Para eso, su primer producto tenía que ser un best seller.
Masqmai, la empresa de Alice Campello, facturó 8,8 millones de euros en 2024
Y Alice lo hizo.
“Lo que pasó es que lo compraban y lo seguían comprando: para la chica, para la madre, para la abuela… Es un producto 360 grados, para todo el mundo. El boom llegó cuando la gente empezó a mandarme sus fotos del antes y el después”, que Alice publicó estratégicamente en sus redes. En 2022 se cumplió su siguiente propósito y entraron en Sephora Italia.
¿Cómo te eligieron?
Yo me peleé. Crecí un montón en Internet para que ellos vieran mis números y poderles decir: «Vosotros también me necesitáis a mí».
¿Cuál es la decisión más arriesgada que has tomado como empresaria?
Entrar en Sephora fue un reto enorme. Requería una inversión grande para nosotros que éramos pequeñitos. Había que comprar los stands de todas las tiendas, invertir en marketing, en publicidad…
¿Cuánto tiempo tenía la marca antes de entrar en Sephora?
No mucho… Yo diría que tres años.
¿Cómo te seleccionaron?
Estudiaron el proyecto, los números, el producto. Hay que pasar muchísimos procesos. No es fácil. Después de estar un año vendiendo en Sephora Italia, vamos a ampliar a Sephora España y Portugal porque las cifras de venta son muy buenas.
¿Cómo celebraste el día que cerraste el contrato con Sephora?
Con los pies en la tierra. Estaba muy feliz pero me creaba mucha angustia. Pensaba: ‘Ese grupo tan grande está contando conmigo. A ver si no les voy a dar los resultados que esperan’. Sentía mucha presión.
¿Te definirías como ambiciosa?
Muchísimo. He crecido con un padre que me ha obligado a serlo. Él tiene muchas empresas y es muy importante en el mundo de los negocios. Hubiera podido tener unos hijos acomodados pero no nos lo ha permitido. Nunca me ha regalado nada. Siempre me ha dicho que para conseguir algo hay que esforzarse y conseguirlo sola.
Y Alice lo hizo.
Andrea Campello es uno de los empresarios más importantes de Mestre, en Venecia. Está casado desde hace más de 30 años con Maria Libralesso y tiene dos hijos, Alessandro y Alice. Su empresa, Campello Motors, es una sociedad concesionaria que distribuye automóviles de las marcas Fiat, Jeep, KIa, Nissan y Lotus en el norte de Italia. También es importador y distribuidor exclusivo para todo el mercado italiano de coches SWM y minicoches eléctricos XEV. Su trayectoria empresarial incluye la inauguración en 2013 de una ‘ciudad del automóvil’ en Mestre y otra en 2022 en Padua. En total se le estiman más de 60 concesionarios y la facturación del grupo ronda los 200 millones de euros al año. Su emporio también incluye negocios en el sector inmobiliario y en el náutico: “Tiene un astillero”, –comenta Alice sin darle mayor importancia–. “Muchas empresas diferentes que no me interesan ni me motivan nada. A mi hermano sí. De hecho trabaja con él”, continúa mientras observa su maquillaje en el espejo.
Andrea es un hombre hecho a sí mismo. Trabajaba como camarero cuando le pidió ayuda a su padre para abrirse camino en el mundo de los concesionarios. Su padre, que no andaba boyante, pidió un préstamo al banco: 30.000 euros. No fue a fondo perdido. En cuanto las cosas le empezaron a ir bien, Andrea le devolvió el dinero. “Siempre me lo cuenta con orgullo”, recuerda su hija.
Para montar su negocio, Alice también pidió un préstamo a su padre. “Obviamente me ayudó. Sería mentira si dijera que he encontrado el dinero así, volando”, gesticula alzando las manos al aire. Su padre fue tajante: “Te doy un dinero pero si lo gastas todo es tu problema. No te voy a dar más”.
¿La ayuda de tu padre ha sido determinante?
Sí, gracias a él pude hacerlo. A la hora de tomar decisiones le pido consejo; tiene mucha más experiencia que yo.
¿A quién te pareces más a tu padre o a tu madre?
Tengo el carácter de mi padre al 100%. Somos iguales.
¿Cómo sois?
Muy ambiciosos. Nunca me hubiese gustado ser una mujer que no hace nada. Siempre he querido hacer algo mío y sentirme importante. No podría ser solo “la pareja de”.
Durante muchos años Alice y Álvaro han formado una pareja envidiable. Eran jóvenes. Eran guapos. Eran ricos. Eran exitosos. También eran, quizá, demasiado públicos. “Mi familia ha gustado mucho en las redes. Yo creo que la gente veía que nos queríamos mucho. Es bonito todo lo que hemos vivido de tener hijos tan jóvenes, mudarnos tantas veces… Teníamos a todo el mundo entretenido. Veían que lo que sentíamos era amor de verdad”.
Alice y Álvaro se conocieron en 2016, se casaron en 2017, tuvieron a los mellizos Alessandro y Leonardo en 2018, Edoardo, su tercer hijo, llegó en 2020 y en 2023 le dieron la bienvenida a Bella, la niña, con un parto muy complicado que requirió 17 transfusiones de sangre y que casi le cuesta la vida a Alice. En verano de 2024 anunciaron su separación y por un momento Internet explotó.
Érais la pareja perfecta.
En toda pareja sana y que se quiere el otro ve lo mejor en ti y quiere lo mejor para ti. Él me ha querido mucho y muy bien. Me empujaba mucho en todos mis proyectos y me hacía ver una parte buena de mí que a lo mejor yo no veía. Para mí eso es el amor.
Tienes 3,7 millones de seguidores en IG y él 20. ¿Estar tan expuestos no ha ayudado?
Somos unos privilegiados y tenemos muchísimas cosas positivas. La gente que dice: ‘¿De qué os quejáis si tenéis todo?’. Pero también tenemos mucha presión. Cuando estás tan expuesto mucha gente se inventa cosas y te quiere ver mal.
¿Has necesitado ayuda psicológica?
Sí, y me ha venido muy bien. Pero nunca te acostumbras del todo a todo eso. Quizá es caracterial. No consigo acostumbrarme; no consigo no pasarlo mal. Yo siento que lo que he vivido en mi relación es lo más sincero y verdadero de mi vida. Nunca nos hemos faltado al respeto y podría poner mi cuerpo en el fuego. Me duele mucho que lo pongan en duda solo por hacer daño. Pero tengo que aprender a convivir con ello.
Llegar a un sitio y pensar: ‘¿Qué pensará de mí? ¿Se creerá lo que ha leído?’. Demostrar todo el rato que no soy esa persona que describen en los medios es muy frustrante. No me siento nunca libre.
¿Cómo has llevado ser madre tan joven?
Creo que no estaba preparada. Te dicen: ‘No duermes, es cansado…’. Pero no sabía lo que iba a pasar a mi mente y a mi cuerpo. Lo mejor de mi vida ha sido tenerlos tan seguidos y cuando los veo jugar juntos me parece impresionante. Pero no me estaba dando cuenta de cuánto me ha afectado a nivel mental. Mis embarazos y mis postpartos me han afectado muchísimo. Sobre todo el último, que casi me muero.
«Mi intención ahora no es volver con Álvaro. Mi intención es estar bien y que mis hijos estén bien»
¿No hiciste caso a lo que sentías?
Tengo una personalidad muy fuerte y no me gusta hacerme ver débil o triste. Al día siguiente estaba intentando estar con mis hijos haciendo ver a todo el mundo que estaba bien, que no necesitaba a nadie. Y no es así. Tenía que haber vivido mi duelo.
¿En qué situación estáis Álvaro y tú?
No estoy sufriendo ningún tipo de desamor porque hablo con Álvaro todos los días. No se ha ido con otra, nada de eso ha pasado. Álvaro me está respetando. Es más que no estábamos bien por nuestras cosas. Y hay que volver a estar bien, punto.
¿Hay una puerta abierta a una reconciliación?
Mi objetivo ahora no es volver, sino estar bien. Que mis hijos estén bien, que vivan todo de la mejor manera posible, pero sobre todo estar bien yo. Y él también. Es mi familia y siempre lo será. Si puedo ayudarle, lo haré.
*Maquillaje y peluquería Beatriz Matallana; Ayudante de fotografía Germán Arbós; Técnico Digital Luis Spínola; Ayudante de estilismo Diego Serna