Magaluf y una británica millenial. No todo son prejuicios, si no éxito: el de un festival literario, el Festival de Literatura Expandida de Magaluf (FLEM), y el de una escritora, Dolly Alderton (Londres, 36 años), y ninguno de los dos es fortuito. Alderton es metódica y una curranta de la palabra en todas sus vertientes y el FLEM se ha consolidado como el evento de literatura expandida más relevante de España impulsado por la librería independiente Rata Corner e INNSiDE by Meliá. La entrevistamos en exclusiva para Forbes Women.
En tu libro ‘Todo lo que sé sobre el amor’ causaste gran impacto en redes especialmente entre mujeres jóvenes. ¿A qué crees que se debe esa conexión tan profunda con el público?
Creo que fue al hablar sobre la amistad de una forma romántica, dándole un valor especial. Es algo que resonó mucho con mujeres de mi generación y generaciones más jóvenes. Reflejaba sus propias amistades, y creo que eso es lo que hizo que muchas se sintieran identificadas.
Y ahora, con ‘Todo final es un comienzo’, las reacciones han sido muy positivas. ¿Has llegado a nuevos perfiles de lectores, como un público masculino, por ejemplo?
Sí, ¡el público! Recibo fotos de hombres leyendo el libro en trenes en Inglaterra, lo cual es nuevo, ya que tradicionalmente mis lectores eran en su mayoría mujeres. Creo que esta novela ha ampliado un poco mi audiencia masculina. Aun así, la mayoría de mis lectores siguen siendo mujeres de entre 20 y 40 años que disfrutan de una copa de vino blanco, y estoy encantada con eso.
En España existe la figura del ‘macho ibérico’, un hombre que es afectivamente distante y poco expresivo en sus sentimientos. Sin embargo, Andy (protagonista de tu novela) es un hombre igualitario y afectivo. ¿Crees que hay cada vez más Andys y menos machos?
Sí, lo creo. Creo que el concepto de lo que significa ser hombre ha cambiado. Aunque sigue habiendo presión sobre los hombres, algo que puede ser peligroso, siento que ahora hay más variedad en los tipos de masculinidad que uno puede abrazar. La masculinidad tóxica existe, pero soy optimista sobre la variedad de formas en que un hombre puede expresarse hoy.
En redes has recibido un aluvión de comentarios de personas que se ven reflejadas en tu última novela. ¿De dónde sacas la inspiración para retratar ese realismo emocional y social tan preciso?
Muchas mujeres me han comentado que se identifican con Jen, especialmente con el dilema de desear libertad y aventura, pero también un hogar y estabilidad. Es una lucha que siempre ha existido para las mujeres, y con el avance en igualdad laboral y nuevas oportunidades, se hace más evidente. La inspiración la obtengo siendo muy observadora y, admito, un poco entrometida. Siempre estoy tomando notas, incluso sin darme cuenta.
¿Veremos ‘Todo final es un comienzo’ en una serie o película, como ocurrió con ‘Todo lo que sé sobre el amor’?
¡Eso espero! Es emocionante ver cómo el proceso de adaptación agrega un nivel adicional de creatividad. En un libro, escribes lo que sucede y, a menos que el editor lo cambie, eso es todo. Pero en un guion, hay muchos factores que pueden alterar tu visión inicial: presupuesto, actores, locaciones, etc. Este proceso es como contar una historia no solo con palabras, sino con los actores adecuados, el lugar perfecto, la música… es un mundo creativo completamente distinto.
Eres guionista, columnista y autora. ¿Cómo se interconectan tus roles creativos? ¿Sientes que alguno de ellos te da mayor libertad?
Todos se influyen mutuamente. El haber escrito guiones me ha mejorado como novelista en cuanto al diálogo y a una escritura más visual. Ser periodista me ha entrenado para ser observadora y cumplir con fechas límite, lo que es muy útil para evitar el bloqueo creativo. Al escribir ficción, ejercitas una descripción más rica y una narrativa poética que puede enriquecer mucho los otros formatos.
Esta pregunta es un poco cliché, pero, ¿cómo es tu proceso creativo al escribir una novela? ¿Qué haces para mantener la concentración?
Algunas cosas prácticas son, por ejemplo, no estar en redes sociales, cambiar el navegador para evitar distracciones y usar el método Pomodoro, que implica trabajar 25 minutos seguidos y luego tomar un descanso. También recomiendo no escribir de forma lineal: si estás bloqueado en una parte, salta a otra escena que te emocione. Otro punto clave para mí es planificar. Hago un esquema detallado de unas 30.000 palabras, escena por escena, lo cual me permite divertirme en la parte creativa.
Tus libros combinan humor y vulnerabilidad. ¿Crees que el humor es clave para abordar y comunicar emociones complejas?
Totalmente. El humor es como un envoltorio que hace que las observaciones o la sabiduría sean más atractivas. Es mi manera de explorar la vulnerabilidad, y me encanta ese equilibrio entre lo dulce y lo amargo, entre el sentimentalismo y el escepticismo.
¿Hay algún secreto sobre Dolly Alderton, alguna cuestión o habilidad secreta sobre la que nunca te hayan preguntado, que te gustaría compartir?
Buena pregunta. Me suelen preguntar mucho sobre escribir a partir de experiencias personales, el amor y temas filosóficos sobre las relaciones, lo cual es irónico, ya que no soy precisamente una experta en esos temas en mi vida personal. Me encantaría hablar más sobre aspectos técnicos de la escritura, mis autores favoritos, música, cine, comida… temas en los que realmente puedo sumergirme y ser detallista, ya que soy un poco obsesiva con esas cosas.