Carla Prat (Girona, España, 1984) ha conseguido encontrar una nuevo camino para formar parte del mundo del arte con el respaldo de una empresa internacional. Su puesto es el de Creative Strategist en Acciona Cultura, donde fusiona su experiencia en museología con su visión creativa para diseñar exposiciones y experiencias inmersivas de gran impacto. Con más de quince años de trayectoria en el ámbito cultural, Carla ha liderado proyectos innovadores como el Pabellón de Sostenibilidad en Expo 2020 Dubái, el Museo del Real Madrid en el nuevo estadio y la premiada exposición sobre la vida de Frida Kahlo.
Su formación en arte y museología, así como su experiencia en museos de Europa y América Latina, le han permitido aportar un enfoque único a cada proyecto. Además, su papel en la Junta Directiva del Comité Internacional de Museos Memoriales y de Derechos Humanos refuerza su compromiso con el impacto social y cultural del arte. Entrevistamos a Prat con motivo de la última iniciativa de su empresa, el primer Certamen de Arte Emergente de Acciona Cultura que se celebra del 14 al 21 de noviembre en Madrid.
Háblanos de este certamen, uno de los últimos proyectos que habéis hecho.
Es un proyecto de una dimensión diferente a la empresa. Nos inquieta la manera en la que entendemos las ciudades, la manera en la que se habitan las ciudades. Y queremos ver cómo los jóvenes ven este arte.
¿Qué cualidades se buscan en los participantes?
La originalidad, la calidad técnica y los mensajes que hay dentro de la obra en distintas disciplinas. Escultura, fotografía y dibujo.
¿Cómo ha sido el proceso de selección?
Ha sido entre cuatro jueces, yo incluida. Andrés Pan de Soraluce, CEO de Acciona Living & Culture; el fotógrafo, comisario y docente Juan Valbuena; el comisario y gestor Javier Martín-Jiménez y el pintor, cineasta y crítico Carlos García-Alix. Todos hemos aportado distintos puntos de vista desde nuestro sector. Después de mucha conversación transversal, creamos una especie de mapa para entender la obra, el artista y el mensaje.
¿Cómo ves el futuro del Certamen? ¿Se repetirá?
Yo espero que sí, aún no lo hemos comentado. Pero ha funcionado muy bien y yo creo que la idea sería repetirlo. En este caso se ha pensado más en el talento local, al ser el primero que hacemos, pero se podría internacionalizar.
¿Cómo llegasteis a la idea de juntar arquitectura y arte?
Dentro de Acciona se ve cómo uno. Nos interesa ver un poco la manera de construir estas ciudades, como habitarlas. Va muy vinculado no sólo al paisaje urbano, si no en la manera en la que uno habita. La cultura evidentemente forma parte de esto.
¿Cómo describirías las obras que se han presentado en el certamen?
Gestual, evocan un diálogo, y relevantes.
¿Crees que es posible mantener un equilibrio entre tecnología y autenticidad en experiencias culturales?
La gente cree que una cosa compite con la otra pero yo no lo veo así. Las personas estamos cada vez más acostumbradas a consumir cultura de diversas formas. Ya no es una forma tan unilateral, donde hay un discurso y eso es lo único que se puede interpretar. La tecnología es una herramienta que amplifica la experiencia, como realidad virtual, realidad aumentada, proyecciones. Lo ideal es poder combinar los dos y crear muchas capas de interpretación que enriquezcan la experiencia del visitante.
¿Qué dificultades has encontrado al utilizar tecnología con arte?
El desafío con la tecnología es que tiene un coste elevado y que es muy cambiante. Hay que estar siempre actualizado, y a veces el tiempo en los espacios culturales va a un ritmo y el de las tecnologías va a otro.
¿Cómo os mantenéis actualizados con la tecnología?
Formar parte del sector. Somos pioneros en el sector y tenemos muchos colaboradores, vamos a congresos, tenemos intereses. Es por esto que estamos dentro de una conversación que nos permite anticipar lo que viene.
¿Cuál dirías que es el museo que se está adaptando más rápido a estas tecnologías?
Yo diría que hay varios. Por ejemplo, el Museo de Orsay ha integrado hace poco la realidad virtual dentro de su espacio. El Museo Egipcio tiene salas inmersivas también. En general los museos de ciencias naturales también están haciendo buenas integraciones como en Nueva York, en París o en Valencia.
¿Cómo te inspiras al crear un proyecto?
Para la idea inicial me inspiro en arte, libros, y con personas que trabajan en el sector. Pero al final, al trabajar constantemente con artistas emergentes, o con galerías, ahí es donde más te inspiras.
Como directora creativa, ¿qué aspectos crees que se necesita para movilizar a un equipo para sacar adelante un proyectos tan grandes?
Para estos proyectos hay que saber visionar a largo plazo, ser ambicioso y pensar en transversal. No solo de manera interna con el equipo comercial o otros equipos de la empresa, sino internacional e intercultural.
¿Qué fue lo que te atrajo inicialmente hacia el campo de la museología y la dirección creativa?
Siempre me han gustado los museos, el arte y la cultura en general. Estudié bellas artes, y he vivido en muchas partes. Al entrar en Acciona, se me dio la oportunidad de hacer proyectos innovadores, involucrando la tecnología, la narrativa, espacios increíbles. Me ha dado la oportunidad de investigar el futuro dentro de la cultura y cómo nos relacionamos con ella.
¿Cómo ha influido vivir fuera en tu forma de trabajar ahora?
Pues acciona es una empresa internacional y muchos de los proyectos que hacemos son fuera de España. Yo he aprendido a entender a gente de distintos sitios, como funcionan distintas empresas, las distintas maneras de comunicarse. Es esencial para trabajar en una empresa internacional la forma en la que nos comunicamos con gente de fuera.
¿Qué exposición te cambió la vida?
No sé si la vida pero sí el viaje. Fui al museo de la inocencia en Estambul, y en su momento estaba leyendo el libro de Orhan Pamuk, ‘el museo de la inocencia’, que ha ganado el Premio Nobel de literatura. Me encantó ver como él inventó un museo a partir de su novela o cómo se inventó una novela a raíz de crear un museo. El se dedica, mientras que escribe la novela sobre una pareja en el contexto de Turquía, a coleccionar todo lo que sus personajes hacen en la novela. Si fuma, los cigarrillos. Si viven en una casa, la radio que suena en la casa. Todos los objetos están comprados en anticuarios de Turquía.