Bridgit Mendler (Washington D.C., Estados Unidos, 1992) comenzó su carrera profesional como actriz para varios programas de Disney en los 2000. Sin embargo, al contrario que muchos de sus antiguos compañeros, decidió dar un giro inesperado a su carrera estudiando en dos de las mejores universidades de Estados Unidos, MIT y Harvard. Ahora es consejera delegada de Northwood Space, que planea producir estaciones terrestres, es decir, antenas en la Tierra que conectan y envían información a los satélites, según anunció en sus redes sociales este pasado mes de febrero.
Mendler explicó a la CNBC que el objetivo de la empresa es construir una ‘autopista de datos entre la Tierra y el espacio’, y que se centrará en producir y desplegar rápidamente estaciones terrestres para facilitar el envío de la gran cantidad de datos que se genera a medida que crece la industria espacial. Este pasado 9 de octubre la joven actriz comentó en sus redes sociales los emocionados que estaban, ella y su equipo, de haber conseguido comunicación con un satélite gracias a Planet Labs.
Además, en su entrevista en la televisión habló sobre como Northwood Space se ha lanzado con una financiación inicial de 6,3 millones de dólares, respaldada por inversores como Founders Fund (fundada por Peter Thiel, que tiene una fortuna de 7.300 millones de dólares según las estimaciones de Forbes), Andreessen Horowitz (el cofundador Marc Andreessen tiene una fortuna de 1.800 millones de dólares) y Also Capital.
La joven actriz dijo que ‘se enamoró del derecho espacial’ en la Oficina Espacial de la Comisión Federal de Comunicaciones, donde trabajó en 2022 según su perfil de LinkedIn, y tuvo la idea de la empresa durante la pandemia de Covid-19 con su marido y cofundador, el ingeniero Griffin Cleverly.
Esta empresaria americana se ha convertido en un gran ejemplo de soñar grande. Su comienzos como actriz no la freno para pensar que podía hacer algo totalmente distinto a lo que ella había vivido hasta el momento. Con un grado en derecho de Harvard y un doctorado en filosofía de MIT, Bridget Mendler ha demostrado la importancia de aspirar alto, porque con esfuerzo y persistencia puedes incluso llegar al espacio.
