El mundo de la moda ha sido testigo de un evento sin precedentes en el último desfile de Victoria’s Secret. Con la participación de supermodelos icónicas como Kate Moss, Adriana Lima y Carla Bruni, la pasarela se llenó de elegancia y experiencia. Pero lo que realmente marcó la diferencia fue la inclusión de modelos de diversas tallas, edades y etnias, rompiendo así con los estereotipos tradicionales y celebrando la diversidad en su máxima expresión.
La actuación estelar de Cher fue el broche de oro que elevó el espectáculo a otro nivel. A sus 78 años, la artista demostró que el talento y la energía no tienen edad, interpretando algunos de sus éxitos más emblemáticos y cautivando a todos los presentes. Su presencia no solo aportó glamour al evento, sino que también reforzó el mensaje de empoderamiento y autenticidad que la marca busca transmitir en esta nueva etapa.
Este desfile representa un punto de inflexión para Victoria’s Secret, que ha sabido adaptarse a las demandas actuales del mercado y a las expectativas de una sociedad que clama por mayor inclusión y representatividad. La apuesta por la diversidad no solo ha sido aplaudida por críticos y aficionados, sino que también se perfila como una estrategia que podría revitalizar las cifras de negocio de la firma.
Aunque las cifras oficiales aún no se han dado a conocer, se estima que el desfile anual de Victoria’s Secret mueve alrededor de 500 millones de dólares en ingresos, incluyendo ventas, acuerdos publicitarios y derechos de transmisión. Con la combinación de figuras legendarias como Cher y un enfoque renovado en la diversidad, se espera que el impacto económico y cultural de esta edición sea aún más significativo, consolidando su posición como un referente en la industria de la moda.