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María Dolores Dancausa, presidenta de Bankinter: «Las mujeres tenemos una habilidad especial para ahorrar de forma más eficiente»

Después de trece años como CEO de Bankinter María Dolores Dancausa ocupa ahora su presidencia. La entidad, a la que llegó en plena crisis financiera, se ha convertido bajo su mandato en el quinto banco español por tamaño y beneficios. Hablamos con esta burgalesa sobre fórmulas de ahorro, el precio de la vivienda, los bajos sueldos y de cómo mandar a un montón de hombres.

Cuenta María Dolores Dancausa (Burgos, 65 años) que la persona que más le ha influido en su carrera profesional ha sido Jaime Botín, el fundador de Bankinter recientemente fallecido. “Tenía muchas inquietudes intelectuales en el mundo de las artes, las ciencias, las letras… Tomó clases de filosofía hasta hace nada y hablaba latín exactamente igual que castellano. En el banco era una persona emblemática”. Un retrato suyo de joven ilustra la planta baja del palacete donde está la sede de este banco que él fundó en 1965, que antes sirvió de despacho a Emilio Botín padre y que desde marzo de este año preside Dancausa, la única mujer junto con Ana Patricia Botín al frente de un banco.  Previamente fue su CEO durante 13 años, un cargo que ocupó en octubre de 2010, en plena crisis financiera. Todo un reto para Dancausa que salió airosa de la prueba: Bankinter consiguió dar resultados positivos todos esos años y hoy es el quinto banco español por tamaño, por capitalización bursátil (el valor total en bolsa de todas las acciones de una empresa) y por beneficios: 845 millones de euros después de impuestos en 2023. 

Jaime Botín no es la única persona que ha influido en esta mujer cordial que contesta disciplinada a todas las preguntas a pesar de que la entrevista se alarga más de lo previsto. La quinta hija de Fernando Dancausa –abogado, alcalde de Burgos y subsecretario de Vivienda con Franco–, y Concha, ama de casa y madre de siete hijos –cinco hombres y dos mujeres– creció escuchando un consejo obsesivo: no depender económicamente de nadie. Obediente, convirtió su trayectoria en un camino de éxitos a pesar de que su madre, a la que estaba muy unida, le impidió que se le subieran a la cabeza. “Cuando le decía: ‘Mamá, me van a dar un premio’, me contestaba: ‘Muy bien. Qué tal tu hijo, ¿le bajó la fiebre?”. La matriarca ocupó un lugar nuclear en la vida de los Dancausa y días después de esta entrevista, toda la familia se juntará para celebrar el que hubiera sido su 100 cumpleaños. El lugar elegido, el restaurante Bamboleo, propiedad de su hermano Nacho y donde la dicotomía entre morcilla de cebolla y de arroz no existe. “Las mejores son las de arroz, por favor”, zanja Dancausa sin atisbo de duda. Runner declarada y viajera empedernida, la financiera está casada con José Enrique García-Romeu y Fleta, abogado, fiscal de carrera e inspector de Hacienda y es madre de tres hijos –Guillermo, de 33 años, Fernando, de 30, y Lola, de 25–. Hablamos con ella de crisis, dinero, rentabilidad y de cómo consiguió no perderse en la media Maratón que corrió en Tokyo. 

María Dolores Dancausa, fotografiada en su despacho de Paseo de la Castellana. © Félix Valiente

Ha dicho que las mujeres sabemos ahorrar mejor que los hombres. ¿Cómo se ha reflejado esa fórmula en sus años como CEO?

Partiendo de la base de que hay mujeres despilfarradoras, creo que en términos generales tenemos una habilidad especial para ahorrar de forma más eficiente, posiblemente porque hemos tenido una necesidad histórica de equilibrar mejor nuestros recursos. Eso nos ha hecho ser más prudentes y previsoras. Pensamos más en el largo plazo, lo que se puede entender como una mayor capacidad de ahorro.

Se convirtió en CEO en 2010, en plena crisis financiera. ¿Cómo vivió aquellos años? 

Llegué a Bankinter en octubre de 2010 y el rescate a Bankia fue a mediados de 2011. La crisis se había iniciado en 2007 pero cada año era más intensa y rondaba sobre nuestras cabezas. Se aprobaron los ‘Decretos Guindos’. Nos hicieron poner unas previsiones excepcionales para poder hacer frente a la crisis inmobiliaria que había. Dicho lo cual el banco funcionó muy bien. Yo estaba con un equipo de dirección recién ensamblado que aún requería de ajustes y con los cinco sentidos puestos en cómo tenía que gestionar Bankinter esa crisis, de la que por cierto salimos muy bien parados. Conseguimos algo excepcional: dar resultados positivos todos esos años. 

Gracias a su cargo, ¿qué momento histórico ha vivido que haya supuesto una experiencia extraordinaria?

Hay muchos, imagínate: cambios de gobierno, cambios en las circunstancias geopolíticas en el mundo… Pero si tuviera que elegir uno solo te diría que lo más importante ha sido el Covid. El nivel de responsabilidad que tenía me exigía tomar decisiones importantes cada día. Tenía que estar comunicando a la plantilla lo que estaba ocurriendo, a los proveedores, estar al tanto de las bajas, de los contagios, seguir funcionando porque éramos un servicio básico… Fue un periodo tan intenso, de tantas decisiones, con un grado de incertidumbre tan enorme… Era una sensación totalmente extraña. Tengo alguna herida de guerra por ahí dentro.

El difícil acceso a la vivienda, la pérdida de poder adquisitivo y los sueldos bajos suponen una perspectiva de futuro complicada para la gente joven. ¿Qué futuro les ofrece nuestro país? 

Todo lo que has dicho se puede reducir a un tema: los ingresos son insuficientes para cubrir los gastos imprescindibles y eso plantea una perspectiva complicada para la gente joven. El problema es que para ganar competitividad las empresas tienen que tener los sueldos contenidos. Y está muy relacionado con el modelo productivo de nuestro país porque tenemos actividades de poco valor. Hacen falta reformas y políticas económicas y fiscales que ayuden a los empresarios a crear un tejido empresarial fuerte. Que las empresas puedan invertir en tecnología y diversificar los sectores productivos. Tenemos demasiada dependencia de, por ejemplo, el turismo, que bienvenido sea. Pero creo que nuestro país necesita invertir en otros sectores.

Ha tenido una carrera exitosa y también ha sido madre. ¿Cómo fue la incorporación después de cada parto? ¿Qué ventajas y desventajas tiene una mujer frente a un hombre a nivel laboral?

La libertad que te da trabajar es indispensable para la mujer, pero tengo claro que no se consigue sin hacer muchas renuncias. Pasas muchas dudas y te planteas si estás haciendo las cosas bien. Cuando me preguntaban: ‘¿Cómo concilias?’ los de comunicación se enfadaban porque yo concilio mal. No es mi fuerte. Cuando tienes tres hijos, un marido, un hogar y un trabajo de responsabilidad, necesitas dedicarle tiempo a cada cosa. Pasas por épocas peores o mejores pero al final tienes el convencimiento de que estás en el camino correcto. En el tema de mis partos no soy un ejemplo porque en los tres me incorporé al mes sin que nadie me lo exigiera. Era un tema mío de responsabilidad; pensaba que tenía que estar ahí. Y ahora, te diré que soy taxativa y obligo a la gente a que se coja el permiso de maternidad completo porque para mí, lo que hice fue un error. He perdido un tiempo muy importante con mis hijos. En las empresas hay veces que uno tiene que dar el 120% y otras el 80%. Y no pasa nada. La vida laboral es muy larga.  

Está bien que las obligue. 

El tiempo de la maternidad es muy importante en la vida de tus hijos. Aunque también tengo clarísimo que, cuando han venido mujeres a mi despacho con 30 y tantos años y dos o tres niños, a decirme que quieren dejar de trabajar porque se pasan la vida en Urgencias, las convenzo como pueda para que se queden. Creo que es fundamental que tengan libertad e independencia. 


María Dolores Dancausa viste traje dos piezas de Roberto Verino. © Félix Valiente

La baja natalidad es, además, un tema importante en nuestro país.   

En efecto. Cada vez que viajo, cuando tengo comidas con grandes empresarios, este tema sale en todas las conversaciones. Están enormemente preocupados. No entiendo cómo nadie se pone a resolverlo.

Se define como una persona directa. 

Sí, me gusta decir lo que pienso aunque respeto mucho las opiniones contrarias. Pero no soy políticamente correcta porque eso supone una cierta cobardía. Se supone que tienes que aceptar razonamientos con los que no estás de acuerdo y eso no me va. 

¿Con qué razonamientos no está de acuerdo y no se calla?

Con el  impuesto extraordinario a la banca he sido muy contundente. Es un hecho objetivo que pagamos más impuestos que ningún otro sector de la economía. Pagamos el 30% del Impuesto de Sociedades en lugar del 25% que paga el resto de empresas y también tenemos otro tipo de tasas y gravámenes: impuesto sobre los depósitos, impuesto de actos jurídicos documentados, el fondo de garantía de depósitos… Que de manera sobrevenida nos impongan un impuesto extraordinario en base a unos argumentos que no se sostienen, como que ganamos mucho dinero… 

Es que ganan mucho dinero. En los primeros meses de 2024 Bankinter ha obtenido un beneficio después de impuestos de 473 millones de euros.

Ganamos el dinero que tenemos que ganar en relación a la actividad que desarrollamos. Y es bueno que ganemos dinero. Nuestros accionistas están más contentos y nuestros empleados tienen asegurado su puesto de trabajo. Aportamos muchísimo a la sociedad. Pero el otro argumento es el que más duele: la banca tiene que pagar el rescate que hicieron de ella. Eso no es cierto. Se rescató a las Cajas de Ahorros, no a los bancos. Que 12 años más tarde te sigan pidiendo pagar ese rescate, duele. En este país se sustituyen los hechos por relatos que no son ciertos, pero que a base de repetirlos muchas veces se convierten en realidad. Pero vamos, el impuesto sobre la banca lo hemos recurrido y lo vamos a ganar. 

Hoy ser banquero no es una profesión muy bien vista, a diferencia de lo que ocurría en las décadas de los 80 y 90.

Totalmente. Antes eras un triunfador y ahora es: ‘¿Dónde trabajas?’. Y tú: ‘Pues mira… Dirijo un banco… No se lo digas al de al lado’ (risas). Otro ejemplo que demuestra que soy bastante directa es que soy de las pocas que en ese momento denuncié la distorsión que producían las ayudas a las Cajas porque parecía que se premiaba la mala gestión. Lo dije en TVE. Fui muy crítica con ese rescate. Lo que es cierto es que pasado el tiempo, se ha solucionado y no hay que mirar atrás. Ahora queda menos de la mitad del sector financiero, las cajas han desaparecido y tenemos un sector financiero, sólido, rentable y mucho más potente y solvente. 

¿Cómo ha vivido el #metoo y qué cambios ha notado en su vida y en su entorno?

Ha tenido un impacto enorme y ha sido muy útil poner el foco en la problemática del acoso sexual y la violencia de género. En la sociedad ha habido un cambio radical que era muy necesario. Aunque yo me siento una privilegiada, la verdad. Siempre cuento lo mismo. Pertenezco a una familia numerosa de provincias donde mis padres nos inculcaron a mi hermana y a mí que teníamos que trabajar igual que mis hermanos. Mi padre tenía verdadera obsesión porque fuéramos económicamente independientes y nos dieron la formación. De hecho las dos hemos trabajado como fieras. Siempre he tenido la suerte de trabajar en empresas muy modernas donde se me han dado muchas oportunidades. Nosotros en Bankinter hemos contratado a mujeres embarazadas de siete y ocho meses. Cuando me llevan a foros de mujeres y me preguntan por mi experiencia digo: ‘Soy consciente de la situación de la mujer y la discriminación salarial, el techo de cristal… Pero yo, en primera persona, solo he tenido suerte. 

Es una ‘runner’ declarada. ¿Cómo empezó y cuánto corre?

Me aficioné a los 31 años. Necesitaba empezar a hacer ejercicio porque soy una persona nerviosa. Desde entonces ha sido el deporte que me ha acompañado. No necesitas a nadie, sólo dependes de ti misma. Puedes correr 20 minutos o una hora. Mi recorrido habitual es dar la vuelta al Retiro, unos 4,5 kilómetros. Pero también he corrido una media Maratón en Tokyo, una experiencia increíble. Fue mi primera vez. Aguanté todos los km porque no entendía los letreros de los sitios y pensé: ‘Como me salga ahora no vuelvo al hotel en la vida’. Luego he corrido otras en Munich y en San Sebastián… Y luego carreras más cortas como los 10km de la Carrera contra el cáncer. 

Además de su labor en Bankinter forma parte del Consejo Asesor de Acciona y Puig. ¿Cómo afronta esa etapa? 

Mi puesto en Bankinter es muy importante y me gustaría cerrar mi etapa de presidenta igual de bien que cerré la de CEO. Con respecto a mis puestos de consejera estoy encantada. Son dos compañías muy diferentes y estoy aprendiendo muchísimo de otros sectores que desconocía.