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Aurora Catà, vicepresidenta America’s Cup: «Es la Fórmula 1 del mar, estos barcos vuelan»

Una audiencia mundial está pendiente de Barcelona en la 37ª edición de las regatas más importantes del mundo, la Copa América. Este sábado arranca la regata femenina. Hablamos con Aurora Catà, vicepresidenta, y Carlota Artigas, directora de marketing.

Aurora Catà, vicepresidenta de la America’s Cup Event (ACE), y Carlota Artigas, directora de Marketing del campeonato. © Vanessa Montero

Se trata de la competición más antigua del mundo, que debuto hace 173 años de forma internacional. Hablamos de America’s Cup que este año, por primera vez en la historia, celebrará también una regata exclusivamente para mujeres: la Puig Women’s America’s Cup, que arranca este sábado 5 de octubre. Aurora Catà, vicepresidenta de la America’s Cup Event (ACE), y Carlota Artigas, directora de Marketing del campeonato, explican las claves de la competición deportiva más antigua del mundo en esta 37ª edición que se celebra en Barcelona, ciudad que se va a convertir en la primera en acoger unos JJOO, una ACE y dentro de poco un mundial de fútbol. La Copa América se celebra durante 68 días en los que compiten los equipos senior, la categoría de jóvenes y, por primera vez, una edición de mujeres. Unas regatas peculiares en las que, relatan, no hay una federación al uso y en las que el ganador de la última edición elige las reglas de la siguiente. En esta ocasión, Nueva Zelanda ha apostado por facilitar el tradicional espionaje entre equipos de una forma más sana y competitiva.


Aurora Catà (izda.) viste camisa azul marino de COS y pantalón negro de Marni; Carlota Artigas lleva camisa y pantalón  de seda elástica negra de THEAVANT. Estilismo: Mirian Arruga, Make up: Raquel Costales.

¿En qué se traduce la America’s Cup para Barcelona?

(Catà) En un impacto material, emocional y económico. Se ha mejorado el centro marítimo y todas sus infraestructuras; mostramos Barcelona a 1,5 billones de audiencia generando un nuevo estado de ánimo en la gente y por último la Universidad Pompeu Fabra cuantifica el impacto económico de la ACE para Barcelona en unos 1000M€ que sustentan los equipos (algunos viven aquí hace dos años y son unas 150 familias), el desarrollo de los barcos, las pruebas, el entrenamiento y el impacto de los visitantes en esta edición gratuita con visión directa y zonas de conciertos, pantallas, funciones, djs…

¿Cuánto tiempo y esfuerzo han dedicado a preparar este evento?

(Catà) Ha sido una maratón. Yo presidía la Asociación Barcelona Global –que trae empresas consolidadas y grandes eventos a la ciudad– cuando nos ofrecieron presentarnos a este. No teníamos la candidatura más fuerte económicamente, pero la complicidad de las instituciones, la ciudad y la sociedad civil la hizo ganadora. Desde el 1 de enero de 2022 ha sido un trabajo non stop, pasamos de ser cinco a montar una estructura de unas 200 personas, porque la ACE no tiene una federación organizadora, sino que se crea en paralelo al equipo ganador.

¿Hay más tradición fuera de España?

(Catà) En Nueva Zelanda hablar de la Copa América de Vela es como hablar aquí de fútbol. En Italia y EEEUU no tanto, pero sí es muy conocido. Es la Fórmula 1 del mar, estos barcos vuelan, los equipos necesitan grandes presupuestos, pero en España, a pesar de tener tanta costa y medallas olímpicas, no tenemos tanta tradición. 

(Artigas) Uno de los objetivos de esta edición es acercar la vela a nuestro país, es un evento abierto para todos que se puede disfrutar desde el agua, tierra y por televisión.  

¿Cómo surge la iniciativa de la Puig Woman America’s Cup?

(Catà) El CEO de la 37 edición de Copa América, Grant Dalton, tenía la voluntad de abrirla al público y de darla en abierto en televisión. Hace tres ediciones inauguró la categoría de jóvenes y ahora propuso una competición solo para mujeres siguiendo con los valores de inclusión y diversidad que la ACE comparte con la ciudad.

(Artigas) El patrocinio de Puig, con bagaje en el mundo de la vela, es un buen match porque defiende el papel de la mujer y que futuras generaciones tengan esa competición a la que aspirar.

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