Un adolescente con tijeras en vez de manos, enamorado; una novia cadáver optimista en el amor; unos barberos nublados de mal de amores con un don para «el pastel de carne»; un esqueleto que necesita sentirse realizado y querido en tiempos de Halloween. Todos estos personajes creados por Tim Burton (California, EEUU, 66 años) suenan «grotescos», «macabros», sin embargo, todas sus historias están cantadas por un mismo aliento: el amor. Aún con figuras distorsionadas y filtros saturados fríos, este sentimiento es lo que convierte a estos «cuentos de hadas góticos» en relatos encantadores e inesperadamente cautivadores.
Esta misma combinación de emociones es la que mueve al director y dibujante californiano a crear este universo en el que su locura imaginativa de garabatos incómodos y expresionistas se narran a través de guiones cómicos negros, pero siempre con un tono indirectamente romántico. El amor no está solo presente en los versos de los personajes, sino también en quién los interpreta, y no cabe duda que Burton representa este éxtasis de sentimientos a través de sus figuras femeninas. Además de mucha admiración por las impecables interpretaciones de cada una, también se suma que algunas de estas actrices han desempeñado un papel importante en la vida amorosa del director. Por lo que se podría decir que «estas musas» han sido circunstanciales a lo largo de la carrera artística del cineasta y han personificado el auténtico espíritu Burton a través de sus personajes. ¿Quién sería Tim Burton sin Helena Bonham Carter o Winona Ryder? Desde luego, no sería el mismo. Ni hubiera tenido tanto éxito.
Con maquillajes espectrales y ropas de estética victoriana, estas musas han reinado y protagonizado este universo marcado por rayas. ¿Quiénes son estas musas y cuáles han sido sus papeles?
Winona Ryder
La primer y eterna musa del cineasta. Ryder fue uno de los talentos que más brilló durante la década de los 90, al ser una de las actriz fetiche de Scorsese y Coppola al protagonizar títulos tan icónicos como La edad de la inocencia (1993) y Drácula (1992) de Bram Stoker. Sin embargo, fueron las historias de Burton las que mostraron el potencial de la actriz delante de la cámara. Con solo 15 años, Winona se convirtió en su primera musa de ojos grandes y expresivos con su personaje de Lydia en Beetlejuice (1988), una niña incomprendida que abraza a la oscuridad y que ayuda a un matrimonio fenecido a ver la luz que se esconde detrás de la serpiente de rayas blancas y negras del mundo de los muertos.
Dos años más tarde, la actriz volvió a las directrices de Tim en la tierna y punzante película de Eduardo Manostijeras (1990) al interpretar a Kim, una adolescente que encontró el amor con el personaje de Johnny Depp, tanto dentro como fuera de la pantalla, protagonizando una de las parejas más icónicas y de mayor estilo de esta década. Al fin y al cabo, este universo basado en historias incómodas y descabelladas siempre acaba de una misma forma, enamorado.
¿Y por qué eterna musa? Porque volvió al mundo Burton este mismo año con la segunda entrega de Beetlejuice, estrenada este pasado viernes 6 de agosto y en la que vuelve con la misma pasión por la oscuridad que el primer día.
Lisa Marie
La siguiente musa del cineasta fue la actriz y modelo Lisa Marie Smith, con la que mantuvo una relación de casi 10 años. Se conocieron en una discoteca de Nueva York en 1991 y fue amor a primera vista. Pareció como si la historia de Eduardo Manostijeras (1990), filme que le había impulsado al estrellato al director, se hubiera hecho realidad al enamorarse una joven de cabellos dorados con un hombre incomprendido, pero con mucho talento. Lisa Marie protagonizó varias películas que conformaron una de las etapas más ricas en la carrera del actor, como fueron Ed Wood (1994) ¡Marcianos al ataque! (1996), Sleepy Hollow (1999) y El planeta de los simios (2001). Tuvieron una relación bastante mística y dinámica. Se disfrazaban continuamente de los personajes de Burton en las promociones de las películas, como si fuera un Halloween eterno de amor. Hasta que este se terminó de manera bastante abrupta, tras diversos problemas en su último rodaje en común y el posible idilio del director con Helena Bonham Carter, lo que destrozó a Lisa Marie. Ya nunca volvió a aparecer en ninguna de sus películas.
Helena Bonham Carter
Helena representa en carne y hueso el hito de los personajes de Tim Burton. Fue su musa más longeva. Protagonizó siete de sus películas y fue su mujer durante más de una década y es la madre de sus dos hijos. Estaban hechos el uno para el otro, compartían locuras, manías y la pasión por el cine grotesco. Tras conocerse en el rodaje de El planeta de los simios, su relación detrás de las cámaras continuó con las películas de El gran pez (2003), Charlie y la fábrica de Chocolate (2005), La novia cadáver (2005), Sweeney Todd: el barbero demoniaco de la calle Fleet (2007), Alicia en el país de las maravillas (2010) y Sombras tenebrosas (2012).
Es difícil pensar en Helena y no relacionarla directamente con el universo frío saturado de Burton. Esta relación artista-musa ha sido una de las más sonadas de las últimas décadas y una de las que más sentido ha tenido. Se separaron en 2014 y desde entonces, no hemos vuelto a ver a la actriz en ninguno de sus proyectos. Sin embargo, siempre quedará grabado en el libro de garabatos del cineasta y en la memoria de todos sus fanáticos, el personaje ‘tan cabezón’ de la película de Alicia en el País de las Maravillas o la dulzura azul de Emily en La novia cadáver .
Eva Green
De una musa pasamos a otra. Es como si las películas de Burton estuvieran unidas por un mismo hilo. Descubrió a Eva Green en la última película en la que apareció Helena Bonham Carter, Sombras tenebrosas. Surgieron sonados rumores de un idilio entre estos dos, algo que nunca llegó a confirmarse. No obstante, la mirada mortal de la actriz apareció en otras dos películas del cineasta, Miss Peregrine y los niños peculiares (2016) y Dumbo (2019). Aunque no sea una de las musa más conocidas, su estética y carácter interpretativo casó mucho con el estilo de Tim Burton, lo que marcó otra nueva etapa en este mismo.
Jenna Ortega
Uno de los rostros favoritos del terror de la actualidad, no podía ser menos que otra musa de uno de los reyes de este género. Jenna Ortega, a través de su mirada que atraviesa pantallas, pisó por primera vez el universo Burton en los zapatos negros de Miércoles Adams, en la serie de Netflix en 2022 y desde entonces se ha convertido en uno de los garabatos parecidos del cineasta y dibujante. Estas musas tienen algo en común, y es que convergen la oscuridad con sus rostros inocentes en todos los personajes que interpretan y eso es algo que Jenna lo borda. Con ‘sus trencitas’ y medias hasta la rodilla, no parece ser l verdadera aparentemente adolescente psicópata cuya mejora amiga es una mano inquieta.
Además, han vuelto a trabajar juntos en la segunda entrega de Beetlejuice (2024), junto a Winona Ryder, donde ella es la protagonista y heredera de la oscuridad de su madre, Lydia -personaje interpretado por la misma Winona-. Y por lo que parece, su relación musa-artista solamente acaba de empezar.
Monica Belluci
Esta es la última y más reciente musa del director. Se conocieron hace veinte años en el Festival de Cannes, pero ambos estaban casados. En 2022, ya divorciados comenzaron una relación amorosa que ya lleva dos años. Y como se ha visto en el historial de Burton, ninguna pareja suya puede salir limpia de su arte. Monica Bellucci forma parte del reparto de Beetlejuice 2, y parece que está recibiendo muy buenas críticas.
En conclusión, el universo de Tim Burton inundado por lo grotesco, está reinado por unas mujeres top que hacen de lo siniestro encantador. Con mucho amor entremedias, el cineasta se ha convertido en uno de los directores más llamativos y diferentes de la última etapa cinematográfica, y es que ¿qué sería el arte sin amor?