Después de casi dos años actuando en Las Vegas, la cantante Adele (Londres, Inglaterra, 1988) anunció este pasado 1 de septiembre, en un concierto en Múnich, Alemania, su retirada por un tiempo indefinido de la industria de la música. Sin planes de crear nuevos álbumes, ni hacer más conciertos, la artista británica comentaba a sus fans: “Me he pasado los últimos siete años construyendo una nueva vida para mí. Ahora quiero vivirla”.
No es la primera vez donde la cantante deja su vida pública por un tiempo y luego vuelve con un nuevo álbum. Entre el estreno del álbum 25 y la publicación del último, 30, hubo 5 años de inactividad por parte de Adele. Es cierto que las veces anteriores no hizo público su descanso. Es por esto que los fans están más preocupados que las últimas veces, cuestionando que la artista vuelva a dedicarse a la música. Una de las razones por la que las entradas de sus conciertos están absolutamente agotadas.
Gracias a su última gira, venta de discos y regalías, la creadora de la canción Rolling in the deep tiene un patrimonio mayor de 220 millones de dólares. Esta cifra se confirmó el año pasado por Celebrity Net Worth, pero hay que sumar sus últimos conciertos en Munich, fuera de los ya planeados en Las Vegas, y su número de ventas este último año. Todo apunta a que la artista tiene el dinero suficiente para disfrutar de una temporada ilimitada de descanso, privacidad y diversión con su familia.
Anteriormente anunció en uno de sus conciertos en Las Vegas, mientras que mantenía una conversación con una fan embarazada, como ella misma tenía “muchas ganas de volver a ser madre pronto”. Dejando a sus audiencia ver una parte de sus planes del futuro lejos de los focos. La cantante británica ya tiene un hijo de 11 años, Angelo, con su exmarido inglés Simon Konecki. Tras su divorcio en 2020, donde se repartieron 117 millones de dólares entre los dos según El País, la artista ha vuelto encontrar el amor con un agente deportivo llamado Rich Paul.
La incertidumbre de que esta pueda ser la última vez que veamos a una de las mejores cantantes de la última década actuar en vivo, nos deja con un sabor agridulce. No obstante, hemos visto la mejor versión de Adele estos últimos dos años, divertida en sus conciertos, activa en sus círculos sociales y lo suficientemente valiente para saber cuando necesita un descanso.