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Las 7 razones por las que (ahora sí) hay que ver el documental de Jennifer Lopez, ‘La mayor historia de amor jamás contada’

La mayor historia de amor jamás contada es una pretenciosa oda a Bennifer que ya daba pistas sobre el final de la pareja. Costó 20 millones de dólares que la diva del Bronx puso de su bolsillo.

Jennifer Lopez
Jennifer Lopez

La persona que tituló el documental de Jennifer Lopez y Ben Affleck La mayor historia de amor jamás contada (probablemente ella misma) no alcanzó el cima de su carrera con aquella decisión. El documental se estrenó en febrero en Amazon Prime y pasó sin pena ni gloria. Ahora que la estrella del Bronx ha presentado ante la Corte Suprema de Los Angeles la solicitud de divorcio de su marido, ha llegado el momento en el que cobra sentido ver un contenido en el que cada frase, cada gesto, cada advertencia, adquiere un renovado significado.

Si descartaron ver esta producción cuando se estrenó por las malas críticas generalizadas, vamos a darles 7 razones por las que, una vez confirmado que segundas partes nunca fueron buenas para Bennifer, ahora sí hay que darle al play a esta obra del director Jason Bergh. 

NO SE PODÍA SABER

Y no lo decimos por el mítico portazo de Affleck al coche de Jennifer delante de los paparazzi, ni por las caras de infelicidad de las que ha hecho gala durante año y medio para alegría de Internet. Sino porque no hace falta ser un lince para captar que hay mucha Jenny para tan poco Ben en una cinta en la que el matrimonio comparte lo que ocurre entre bambalinas y muestra una cierta desconexión y hartazgo entre ellos a pesar de pretender lo contrario. 

Él sólo abandona su estado taciturno en una escena en la que se ilusiona al encontrar algo tan aburrido como unas cámaras de rodaje dentro de un camión (recuerden, Affleck dirigió la premiada Argo en 2012). Cuando se acerca a su mujer para contarle que son “geniales”, ella –agobiada por el estrés de estar financiando su película– derriba su entusiasmo con un “no me importa”.

Pero si hay un tema en el que sus diferencias son premonitorias es la exposición pública de su relación, que la diva decide desafiar publicando un álbum, una película, el propio documental sobre su historia de amor y una gira cancelada. “Una de las primeras cosas que pedí a Jen cuando volvimos fue que no quería una relación en redes sociales”, explica Ben Affleck en Amazon Prime, donde a renglón seguido admite que renunció a sus pretensiones porque era injusto exigir algo así a una artista con más de 251 millones de seguidores. 

En el documental, ambos relatan cómo la excesiva presión mediática motivó su primera ruptura. Ella admite: “No creo que [Ben] se sienta muy cómodo conmigo haciendo esto, pero me quiere, sabe que soy una artista y va a apoyarme en todo porque sabe que no puede parar que yo haga mi música y escriba lo que he escrito”. Éxito asegurado. 

QUÉ CARA PONER CUANDO COMPARTEN TUS CARTAS DE AMOR

La expresión de Affleck cuando explica que un día bajó a saludar a los músicos con los que su mujer preparaba su nuevo álbum y descubrió que estaban leyendo el libro que contenía todas las cartas personales que ambos se habían dedicado entre 2001 y 2022 (él las recopiló y se las regaló a ella) es la de un hombre noqueado. “Ella me dijo: lo han leído, les he enseñado el libro, mi fuente de inspiración. Yo respondí: Que les has enseñado… a todos los músicos… ¿qué?”, relata perplejo.

AFFLECK COMO MUSA

A pesar de que el actor y director avisa a su mujer de que no tiene “que demostrar nada a nadie”, desde el minuto uno Lopez dedica sus esfuerzos a justificar un pasado amoroso con más matrimonios que Ross Geller –cuatro en total: el actor cubano Ojani Noa, el actor y coreógrafo Cris Judd, el cantante Marc Anthony y Ben Affleck– y a tratar de redimirse con el que, en aquel momento, era el amor de su vida. Y lo intenta contando su historia a lo grande con su marido como fuente de inspiración. 

“Jen se inspiró en esta experiencia, así trabajan los artistas, tu vida personal te inspira (…), pero a mí siempre me ha parecido que estas cosas son sagradas y especiales porque, en parte son privadas para mí, así que he tenido que adaptarme”, explica Affleck, quien además aclara que no le hacían ilusión los proyectos de su mujer pero que se sintió “muy aliviado” al ver que él no salía tanto como ella.

UNA AMIGA LLAMADA JANE FONDA

Entre todas las personas del entorno que avisan a J.Lo de los riesgos de exponer de forma tan directa su relación de pareja brilla con luz propia la lucidez de la actriz Jane Fonda. “Me siento unida ti y a Ben y quiero que esto funcione. Sin embargo, me preocupa que parezca que estás más pendiente de demostrar vuestra historia que de vivirla sin más. En todas las fotos salís besándoos, abrazándoos… y no lo entiendo. El amor verdadero habla por sí solo”, le advierte. 

Fonda también saca el tema de las caras de Affleck en la gala de los Grammy en la que parecía divertirse menos que un ficus. “Me asusté con toda esa mierda de los Grammys, pensé, ¿qué pasa? ¡Parecía muy infeliz!”. La cantante latina reconoce a su amiga que se está exponiendo demasiado, “pero no sé hacerlo de otra forma”. 

20 MILLONES DE DÓLARES Y UN ELEFANTE EN LA HABITACIÓN

En La mayor historia de amor jamás contada vemos cómo alguien mundialmente exitoso decide meterse en un jardín contra viento y marea. ¿Saben esas veces en las que un jefe pide una tarea que va a salir mal seguro, pero que hay que hacer sí o sí? Pues la decisión de realizar este documental, la película y el álbum asociados son exactamente lo mismo, pero con Jenny de jefa. 

No será porque nadie la avisó. El director, la productora, su agente… todos sueltan frases como: “No había ganas de una película musical basada en un álbum”; “no sabía si era necesario. Este proyecto me daba miedo pero es emocionante verlo tomar forma”; “ahora mismo hay un poco de inquietud con algunas de las ambiciones del proyecto”, y un largo y premonitorio etcétera.

Incluso ella empieza financiando todo ante la falta de compradores y con su equipo pidiéndole que no lo haga. “Pensé, mierda, ¿quién va a pagar esto? Supongo que yo”. Lopez confesó en Variety que había puesto 20 millones de dólares de su bolsillo para la trilogía. Algunas de sus palabras son muy reveladoras: “Hay gente que piensa que esto es absurdo porque no lo necesito. Y tienen razón, no lo necesito. Pero quiero hacerlo”. El jefe no siempre tiene la razón.

LADIVAS TAMBIÉN LLORAN

Vale la pena ver a Lopez en chándal y con botella térmica XXL de cristales de Swarovski pidiendo a su chófer que arranque mientras desde fuera de su enorme coche sus asistentes intentan aclarar una duda. También dando órdenes como estas: “El presupuesto es el que os di y no hay recortes de escenas. (…) Os advierto, no me molestéis mientras rodamos, no lo hagáis porque será una mala idea”. 

En una época en la que cada celebridad quiere ver en alguna plataforma su propio documental, parece obligado añadir algo de drama con el privilegiado protagonista haciendo alguna confesión lacrimógena. Y cuando queda un poco forzado, se nota. Como cuando esta artista, que cantó en la SuperBowl y en la última investidura del presidente de EEUU, nos cuenta que su madre era una narcisista, que fue la hermana mediana (ahí sí que hay tema) o relata medio llorando medio masticando que “Yo no confiaba en mí misma, el mundo tampoco, pero Ben sí lo hizo”.

POR QUÉ TAMBIÉN HAY QUE VER LA PELÍCULA

Si se animan a ver la película musical asociada This is me… Now verán que tal vez cobra sentido la razón por la que Ariana Grande, Taylor Swift, Jason Momoa, Jennifer Coolidge, Lizzo, Vanessa Hudgens y Khloe Kardashian pusieron todo tipo de excusas para no participar en un cameo. 

Como dice Lopez en el documental con toda la razón y lucidez: “Entiendo que nadie quiera decirme que no, pero cuando a un actor no le gusta un guion, lo que debería decir es que no le gusta”.

BONUSTRACK: EPÍLOGO BENNIFER

Antes de que J.Lo le pida a Shakira el teléfono de Bizarrap nos despedimos con una de las frases que la cantante pronuncia en el documental sobre su cuarto matrimonio fallido: ”Sólo quiero que la gente crea que el amor existe. Si puedo usar mi historia para ello, eso es lo que debería hacer como artista. Quizás estoy a punto de ser jodidamente criticada. No sé [solloza], pero es lo que mi corazón me dicta”.

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