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Natalie Batlle, presidenta de Juno House: «Hay que ser una deportista en los negocios, entrenar para emprender»

Con sus más de 600 socias, Juno House está preparada para «comerse el mundo» y ofrecer un espacio seguro para todas las mujeres ambiciosas, polifacéticas y desde luego, modernas.

Natalia Batlle fotografiada por Isabel Dai.

La multiculturalidad se respira en la Farinera de Aribau, en el centro de negocios de Barcelona, con Juno House, el primer club y workspace de la ciudad dirigido por y para la creación de una comunidad de mujeres actuales donde mezclar sinergias, historias y conexiones. Las raíces internacionales de su fundadora, presidenta y directora creativa, Natalie Batlle (Chicago, 38 años), han sido esenciales a la hora de recoger y construir una sociedad denominada como «la casa de la mujer moderna«, en la que suena el himno de «querer comerse el mundo«.

Natalie, de origen estadounidense y con fuertes raíces españolas, nació en Chicago, estudió en Nueva York y se especializó en marketing, comunicación y brand-making. Trabajó en la primera campaña electoral del expresidente Barack Obama y más tarde como directora de comunicación en una empresa tecnológica. Hace doce años se mudó a Barcelona con su marido, y al asentarse en el vanguardismo de la Ciudad Condal, sintió que le faltaba algo. Necesitaba sentir el espíritu neoyorquino donde el límite está en el cielo. Así nació Juno House, como un puente hacia una comunidad de diversidad y de crecimiento personal y laboral femenino. Ahora con sus más de 600 socias, Batlle define a sus llamadas «juno women» como mujeres colaborativas, de mente abierta y muy chics.

Como madre de dos hijos, no percibe la maternidad como algo incompatible frente al trabajo, al contrario, los entiende como conceptos que van de la mano: «Como madre emprendedora siento que soy capaz de hacer todo y más. Por eso creo que ambos conceptos tienen muchas conexiones. Aprendes a conciliar tu tiempo, a dar el máximo de ti misma y a comprender que no siempre sale todo bien, pero que al menos lo has dado todo por y para tu bebé o proyecto».

Aunque tenga un apellido muy catalán, Natalie nos cuenta que es una «woman of the world» y que con Juno House se siente más en casa que nunca casi tres años después de su comienzo, al estar rodeada de una gran familia de mujeres modernas, actuales y muy reales.

¿Cuál es la historia de Juno House?

Todo comenzó cuando me quedé embarazada de mi hijo hace cinco años. A mi parecer la maternidad te cambia para siempre. Sentí que era capaz de cualquier cosa y esa iniciativa la volqué en aquella red de apoyo femenino que me faltaba aquí en Barcelona. Me documenté e investigué cómo bautizar a la ciudad con el primer club para mujeres. Pero no fue hasta dos años más tarde, durante la pandemia cuando ya pude poner en marcha el proyecto. Además, me quedé embarazada de mi segunda hija, Chloe, el mismo año en el que empezamos y sinceramente, ella representó lo que queremos transmitir con Juno: una madre empresaria, independiente y ambiciosa.

Junto a mis socias, Liana Grieg, Eva Vila-Massanas y Carla Crespo y con mucho esfuerzo, hemos construido este templo de la mujer moderna y estamos muy orgullosas de que actúe como un espacio seguro para ellas.

¿A qué te refieres con que «Juno es un espacio seguro para las mujeres»?

La comunidad de mujeres que hemos consolidado impulsa el apoyo y la visibilidad de los nuevos y antiguos proyectos de las que le componen. Dentro de Juno han nacido nuevas iniciativas. La más reciente ha sido una agencia de moda muy top de género intergeneracional, y al haberse sentido en una red segura de apoyo, a la vez que impulsada por la buena voluntad de sus compañeras, se ha visto capaz de cumplir cualquiera de sus objetivos, al igual que el resto de proyectos. Ojalá crezcamos cada vez más para ser unas referentes de la mujer moderna.

¿Cuál ha sido tu inspiración para crear este proyecto?

Al principio fueron principalmente mi familia, mis amigas e incluso mi propia historia. Sin embargo, con el proyecto ya empezado tengo que decir que las propias «juno women» han sido las que me han guiado en este trayecto. Las madrinas de este proyecto han sido las columnas del templo para mujeres que ahora es Juno. No solo por la expansión a la que han contribuido, al ellas encontrar a más mujeres con el espíritu que nos identifica, sino al haber construido esta comunidad en la que se respira su energía y su inquietud colectiva de siempre querer conocer y aprender.

Natalia Batlle fotografiada por Isabel Dai.

¿Qué es lo que hace especial a la comunidad de Juno?

Su carácter y su política de Woman to Woman. Las más de 600 socias que componen nuestra familia son cercanas, amigas y tienen como ideal colaborar y ayudarse entre ellas. Continuamente se animan a conseguir nuevos retos y a nunca conformarse, siempre aspirar a más y a seguir en su búsqueda personal y laboral.

Además, Juno representa ese espíritu social y de tribu que tenemos las mujeres. Las «junos» no se limitan a solo su nicho, sino que sus conexiones se expanden a todo tipo de ámbitos, lo que permite tener una mayor oportunidad de mercado y negocio, creando una sociedad más rica y multicultural.

¿Qué te ha aportado Juno House a nivel personal?

Como persona me ha hecho bajar a la tierra. Yo soy de vivir en las nubes, soy muy creativa e impulsiva y considero que este proyecto me ha enseñado a bajar a la tierra y a dejar que las cosas fluyan más, aunque me cueste. Al fin y al cabo, Juno representa la transformación de la mujer y desde luego que me ha hecho ser más humilde y a comprender que mi aspiración es acompañar a mujeres en su camino.

¿Cuál ha sido la lección que has aprendido que más te haya servido a la hora de emprender? ¿Y qué consejo darías a las futuras emprendedoras?

Sinceramente, emprender es una montaña rusa y cada día aprendo una lección nueva. Pero lo que más me ha ayudado a seguir evolucionando ha sido el consejo de uno de mis mentores: tomarse todo como si fuera un juego. Parece un consejo bastante masculino, pero es cierto que las mujeres somos muy perfeccionistas y hay veces que hay que comprender que unos días funcionan las cosas y que otros no. Hay que mirar los negocios como si fuera un juego para no destruirte y seguir teniendo motivación y ganas de avanzar y crecer.

Por lo que, el consejo que daría sería que para ser emprendedora hay que desde luego ser optimista y tener mucha confianza en una misma, pero es fundamental estudiarlo todo muy bien y los factores 360º que conlleva. Hay que ser una deportista en los negocios, entrenar para emprender. Aunque esto no esté hecho para todos, el mundo necesita más mujeres emprendedoras.

¿Cómo consigues el equilibrio en tu vida personal y laboral?

Cambia cada mes y cada día. Pero en mis mañanas tengo un ritual y una filosofía de vida: no vas a llegar a todo, así que empieza en paz tu día. Paso tiempo con mis hijos, nos hacemos el desayuno, me voy al gimnasio y me mentalizo que ser madre y emprendedora es un trabajo a tiempo completo que nunca acaba. Juno supone mucha acción social de tarde y de noche, entre eventos y de más, por lo que las mañanas son para mí.

El equilibrio se intenta, pero no siempre se consigue y hay que asumir que no puedes llegar a todo. Por ejemplo, el otro día se me olvidó que mi hijo tenía una excursión y aunque me sienta fatal en el momento, pienso que en lo que de verdad se va a acordar es en nuestros paseos en bici los fines de semana. Hay que estar en paz con una misma y sus capacidades.

¿Cómo percibes vuestro futuro en Juno House?

Nuestro objetivo es que la mujer «juno» pueda ser tanto de Lima como de Madrid, queremos llegar a todas ellas para así ampliar el número y la diversidad de la comunidad. Actualmente, estamos estudiando a fondo cuál es nuestra siguiente ciudad de expansión, no puedo decir ubicación exacta, pero sí puedo afirmar que este solo es el comienzo de Juno y que lo internacional y muchos más clubs están por venir.

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