Un Bernabéu abarrotado en un caluroso martes de pleno julio. Multitudes blancas gritaban en coro el nombre más deseado desde hacía más de cinco años. Un Madrid ‘Realmente’ satisfecho cantaba: «¡Mbappé ya está aquí!». Su presidente, Florentino Pérez, siempre ha conseguido todo lo que se propone, solo que este caramelito francés le ha llevado el mayor de sus esfuerzos negociadores, remontándose a su primera propuesta de fichaje en 2017, mientras este jugaba en Mónaco. El pasado 16 de julio, siete años más tarde levantaba la mano de su nuevo número nueve y ambos buscaban en el público (casi entre lágrimas) a Fayza Lamari, la dura negociadora que ha hecho posible que su hijo, Mbappé, juegue en el Madrid.
Exjugadora profesional de balonmano, una experta negociante y una madre que vela por el mejor futuro para su hijo. Fayza Lamari (Bondy, Francia, 49 años) ha sido quien ha decidido dar el ‘sí quiero’ al equipo blanco, como la representante de su hijo en todas las gestiones y sobre todo en lo que respecta a sus derechos comerciales. Un fichaje que ha costado años. El director de OKDIARIO, Eduardo Inda, desveló que «estaba pidiendo más dinero de la que toca de prima de fichaje», particularmente 130 millones de euros. Aunque ceder no sea la mejor cualidad de ambos, Lamari y el club madridista sellaron un acuerdo final sometiéndose por ambas partes.
Con 25 años, Kylian Mbappé se ha convertido en uno de los fichajes más históricos hasta la fecha, y con él, su madre en una de las mujeres más influyentes en la actualidad del fútbol masculino. Están muy unidos, son confidentes y Kylian no hace nada hasta que su madre y mano derecha le dé el visto bueno. El exdelantero del PSG siempre ha manifestado su sueño de encontrarse entre el equipo madridista, no obstante, Fayza tenía en mente la realización de otras cuestiones previamente a dar ese pistoletazo de salida al equipo que ha sido 15 veces ganador de Europa.
En octubre de 2021, a solamente una firma de distancia de fichar por el Real Madrid, Lamari declaró en una entrevista a Le Parisien donde no negaba una renovación con el PSG, equipo en el que jugaría siete temporadas hasta 2024. En efecto, en marzo de 2022 en el desértico Qatar, Fayza desbloqueó una de las renovaciones más sonadas del fútbol de las últimas décadas donde solicitó bonus y pretensiones entre otras cuestiones, sin ningún tipo de esfuerzo. Este acto, aunque detestado por el público madridista, fue primordial para que Kylian recibiera un muy generoso porcentaje de sus derechos de imagen de la mano de París. Estos derechos son de gran importancia para la cabeza familiar de los Mbappé ya que como se ha podido observar en su negación a colaborar en campañas publicitarias como KFC o Coca Cola, su madre y guía de su política de comunicación, considera que estas acciones son dañinas para la imagen del futbolista. Incluso se negó a que su hijo apareciera en una sesión de fotos de la selección francesa hasta tener bien claros sus derechos de imagen. Siempre al mando.
Aunque no siempre estén del todo de acuerdo en ‘los asuntos de estado’ y haya habido complicaciones en el camino, madre e hijo son inseparables. Esta unión se pudo observar y sentir a través de las cámaras del Bernabéu retransmitidas internacionalmente, donde se vieron caer las lágrimas de Fayza y la inaguantable sonrisa de Kylian. Símbolos que sellan cinco temporadas donde, después de Francia haber perdido en la semifinal contra España en la Eurocopa, el conocido como Donatello (apodo concedido a Kylian por Thiago Silva en 2017), y su madre van a conquistar el continente de la mano de Florentino y de su nuevo escudo blanco.
Un carácter de raíces africanas
Fayza Lamari es conocida por su fuerte y ambicioso carácter, el cual ha forjado a lo largo de su vida. Aunque nació en Bondy, un barrio humilde en la periferia de París su familia es originaria de Cabilia, al norte de Argelia, una zona histórica al ser el lugar de procedencia de los bereberes.
Yayza y su exmarido Wilfried tienen tres hijos. El mayor, Jirés Kembo-Ekoko, es adoptado, y también fue futbolista profesional; y dos hijos biológicos Kylian y el pequeño Ethan, quien también es jugador de fútbol en el Lille Olympique Sporting Club. Aunque la pareja se divorció, la familia Mbappé siempre se ha mantenido muy unida y más en cuestiones de deporte, ya que al igual que Wilfried tuvo un breve pasado en el fútbol, Fayza fue jugadora de la primera división de Francia de balonmano. Este carácter de deportistas de élite no solo se pasa genéticamente, sino que se enseña y eso es por lo que han luchado ambos padres y parece haberlo conseguido. De hecho, Lamari destacó en el deporte de mano por su puntería y velocidad, cualidades muy semejantes a las de su hijo Kylian en el césped.
Actualmente, se encarga de la representación de ambos de sus hijos y no hay asunto que no pase por sus manos. Es una auténtica jefa en cuestiones de pelotas.
Además, junto a Kylian fundaron en 2022 una empresa de documentales, Zebra Valley, además de una fundación, a la que destinan un generoso porcentaje de los ingresos del jugador para ayudar y apoyar a los más desfavorecidos.