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Cómo la caída del muro de Berlín hizo que Gianni Versace revolucionara su marca

‘Ganni Versace. Frente al espejo’ se puede disfrutar en Madrid hasta el 6 de octubre, en el Museo Nacional de Artes Decorativas. La retrospectiva se presenta como un diálogo entre el legado del diseñador italiano y las influencias históricas que marcaron sus diseños y la época que le tocó vivir.

 

Una coleccionista octogenaria, amiga personal de Gianni Versace (Reggio di Calabria, 1942 – Miami, 1997) y amante de la moda, fue la dueña de las más de 180 piezas de las que el Museo Nacional de Artes Decorativas disfruta desde 2001, fecha en la que esta particular se las vendió al museo (tres años antes de que se inaugurara el Museo del Traje CIPE). La antología incluía más de 120 vestidos, ideados entre los años 80 y 90, pertenecientes a colecciones de alta costura de diferentes marcas, entre las que destacan Valentino Couture, Chanel, Givenchy Couture, Yves Saint Laurent, Renato Balestra, Emmanuel Ungaro y, por supuesto, Atelier Versace, la firma protagonista de este artículo y de la exposición que se puede ver en dicho museo madrileño hasta el próximo 6 de octubre.

Con el deseo de permanecer en el anonimato, quien perteneciera al círculo más íntimo del diseñador italiano eligió este museo como lugar de descanso de su amplio armario por su excepcionalidad y ubicación: España siempre fue un destino querido por su amigo y geográficamente la convierte en vecina de su país de origen. Además, consideró que un país que no fuera el natal daría más importancia a la muestra que el suyo, donde obviamente no sería el único diseñador italiano en hacer diseños excepcionales.

Atesorado desde entonces, es ahora cuando este armario ha sido analizado por el conservador del museo, José Luis Díez-Garde. El experto ha encontrado en la historia de la moda y del modisto la razón definitiva para exhibir las creaciones con las que Ganni Versace lanzó Atelier Versace, en 1989: mostrar y demostrar al público que el italiano fue más que un diseñador de renombre, cuya marca todavía se encuentra entre las favoritas. Fue un pensador, un intelectual, que hilaba cada puntada con corrientes culturales distintas.

El hilo histórico de Gianni Versace

Puede que el modisto, primero, y empresario, después, fuera uno de los creativos de la moda más leídos de la industria. Gracias a su pasión por los libros, por la investigación y por encontrar nuevas formas de expresión, su moda tuvo un propósito: el de hablar de un momento histórico concreto a través del patrón utilizado, del estampado elegido o de la gama cromática seleccionada para cada creación, entre otras herramientas empleadas.

Todo esto se puede apreciar en Atelier Versace, su particular laboratorio de ideas en el que experimentar, abandonando el confort que le ofreció Versace, la firma que él mismo fundó en 1978 y con la que triunfó durante los años con una moda parca en colores y funcional. Su imaginación iba a otra velocidad y, en aquel momento, su satisfacción laboral y personal dependían de la creación de otro espacio que le permitiera darle rienda suelta. Atelier Versace fue una necesidad.

Hasta fue el propio Gianni quien manifestó en 1994, tres años antes de fallecer, que siempre había tenido una visión muy clásica de él y que fue Atelier Versace el culpable de hacerle cambiar de opinión. Un proyecto que sigue respirando 27 años después de su marcha y que permitió dar a la sociedad de la época una nueva forma de entender la moda y de vestirla. El lanzamiento de este ‘laboratorio’ coincidió con la caída del Muro de Berlín, un momento reseñable a nivel internacional que trajo consigo una nueva sociedad. Tocaba darle a la Historia un nuevo capítulo y Gianni se hizo cargo de ello.

Arriesgó en propuestas, y en ellas mezcló todo tipo de influencias culturales que mostraron el interés que cultivó por las diferentes culturas y sus historias. La muestra que exhibe el Museo Nacional de Artes Decorativas es sólo un resumen del universo referencial con el que Gianni Versace trabajó en aquellos años. Esos temas, que van desde la Antigüedad clásica a la fascinación por Oriente, los excesos decorativos, el deseo sexual o el arte, son una constante en el marco cultural occidental y, en consecuencia, están también muy presentes en otras de las colecciones permanentes del museo.

Con este contexto histórico en la cabeza, el trabajo de Díez-Garde ha consistido en seleccionar los vestidos de Atelier Versace que mejor representan esta fusión de disciplinas para exaltar el savoir-faire del diseñador, que aprovechó un acontecimiento tan determinante para Europa para revolucionar la industria de la moda y dar a la sociedad una alternativa adaptada a los nuevos tiempos que se avecinaban.

La muestra, que estará abierta al público hasta el próximo 6 de octubre, exhibe el diálogo amplio y rico en contexto que mantienen Gianni Versace con ciertos objetos, a través de sus vestidos, como respuesta a todo su intelecto adquirido de sus investigaciones y lecturas. Desde jarrones hasta muebles, cuadros, joyas, y otros elementos decorativos, dan sentido a esta retrospectiva que si de algo habla es de comunicación no verbal, de ese hilo conductor que puede conectar historias, épocas, culturas y países, por medio de objetos.

Atelier Versace, una promesa de negocio

Tal fue la puerta creativa que abrió el diseñador con Atelier Versace que, 27 años después de su creación, sigue siendo un gran activo para la firma fundadora, Versace. La marca sigue bebiendo de sus orígenes y en ella se da forma a los diseños más atrevidos, especiales, reivindicativos, que tienen algo que decir y rompen con las normas. Y que cumple con el legado que dejó su fundador, una frase cargada de intención: «para ser superficial, tiene que ser trascendente». Esto fue él, pero también Atelier Versace. Si el foco sólo está en lo que vemos, al menos, que no olvidemos nunca lo que hemos visto. Para ello se necesita sucumbir a un trabajo diferente, sorprendente, exclusivo. Sin precedentes. Lo hizo partiendo de todo lo que encontraba en sus lecturas e investigaciones. Tomó prestado lo que ya existía en otras culturas e hizo con ella algo nuevo, con aire moderno.

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